Boveda Del Sol – «Terra Firma» (2016)
Experimental / Drone / Doom
Tras un primer acto en la banda Mindust, poco se podía esperar que uno de sus componentes tuviera tal fondo de armario capaz de crear un proyecto como el que hoy venimos a presentar, Bóveda Del Sol, y ese profundo estado de trance que presenta en su álbum debut “Terra Firma”.
El músico Jordi Vaquero Pujagut se embarca en una nueva aventura musical dónde traspasar los límites que tenía en Mindust para abrir su mente hacia otros sonidos cósmicos. “Terra Firma” es un producto dónde puedes encontrar ese ritual espiritual que conecta al músico con su propia naturaleza interior. Un alquimista como el mismo se define, capaz de llevar sus labores hasta su propio límite y traspasar ese abismo para conducir todas esas influencias del sonido pesado, la psicodelia y la música más experimental hasta su propia levitación.
Bóveda Del Sol se gestó en medio de la marabunta marcada por Mindust, y esa afición por la astronomía de Jordi le llevó a un nombre perfecto para embarcar su propio proyecto. Jordi, quién tocaba la batería en Mindust, aquí se pone el traje de faena para transmitir esa espiritualidad interior y plasmarla en 6 intensas piezas dónde se encarga de toda la instrumentación, grabación , producción y mezclas.
Dicho esto, “Terra Firma” es como abrir la mente de este artista y sacar todos sus ideales que ha podido amueblar en su vida musical. Todos esos deberes y tareas que han llevado en más de dos décadas, muestran ese reflejo sobre lo vivido y estudiado por el multi-instrumentista de Granollers.
Este debut conceptual sin duda se convierte en el techo de Jordi conseguido hasta la fecha. Un trabajo personal marcado por lo que dicta su propio corazón, las experiencias llevadas a cabo tiene un encuentro en “Terra Firma” y a partir de aquí puede surgir la bestia como se puede ver en las iniciales “Suno” o la propia “Terra Firma”, dónde esos pasajes stoner/doom te aplastan metafóricamente mientras escuchas entre la neblina de fondo un cruento gruñido que escupe la fuerza más abismal de Bóveda Del Sol. Incluso ese primer tramo de “Nivaria”, muestra esos pasajes atmosféricos que conducen a su destrucción final. “Echeyde” era el nombre que le daban los guanches, primeros habitantes de las Islas Canarias a su archiconocido y gran padre montañoso “Teide”, dónde el mismo Jordi ha viajado hasta la tierra dónde vio nacer esta página y conectar el vasto relieve de Tenerife a su mecánica cuántica. Observar el cielo y las estrellas que pueden disfrutar desde el Llano de Ucanca para conectar con el cosmos a través de una pieza como es esta “Echeyde” que posiblemente, junto con la unión de “Nivaria” ofrezca lo mejor del álbum en sus casi 11 minutos. Desde su densidad hasta su malevolencia, desde su ambientación hasta su espiritualidad. Como si el mismo “Teide”, que significa infierno, se revolviera entre su lava y escupiera esa candencia que tiempo después secará las largas y frías nevadas dejando el paisaje que en la actualidad se puede presentar, porque esto era el nivaria, definido por la frialdad y la nevisca que ha surgido durante todos estos años y que arropado de blanco al coloso canario.
“Terra Firma” nace desde siglos anteriores, desde las épocas de los aborígenes y el latín. El misticismo que se propaga en todo su espectro está en constante unión con la experimentación que profundiza cada vez más conforme se acerca su final con las dos piezas “Erg” o “Sigil”, drone que llena de suspense en sus dos pistas más largas dónde toman el protagonismo las partes al sintetizador, extensos riffs y los paisajes desolados que muestran la visionaria mente del músico.
La ambientación que ofrece “Terra Firma” es totalmente sobrecogedora, un mundo apocalíptico visto desde sus cuatro vertientes, como si el cielo y la tierra su unieran a medio camino abriendo una puerta hacia una nueva dimensión desconocida dónde descubrir el talento de este músico y mostrarnos todas sus inquietudes.
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