Rosy Finch – «Witchboro» (2015)
Grunge / Stoner Rock / Alternative
(Discos Macarras / Lay Bare Recordings / Deathbound Records)
Mucho ha llovido en el seno de Rosy Finch desde aquel EP llamado “Wolves Waiting” del año 2013. Todo se hacía largo y extenso para escuchar la continuación a aquel corto, que como tantos, cumple su misión de dejarnos con los dientes largos. La espera del largo debut de los alicantinos se ansiaba demasiado pero por fin, eso hoy en día ya es una realidad. Su nuevo “Witchboro” sigue los pasos que dejaban los últimos compases de “Surnia Ulula” clausura final de aquel EP que aquí recogen el testigo para llevarlos en una manera mucho más amplia en sus más de 45 minutos y dos piezas extras demás por si te quedas con las ganas.
El reciente fichaje de la frontwoman Mireia Porto por sus vecinos ilicitanos Hela, no ha hecho más que darle chicha al asunto para una banda que fija claramente sus principales fundamentos en el panorama alternativo de los 90. Digamos que este debut larga duración deja las espadas bien altas para otra de esas grandes perlas que crecen en las orillas del Mediterráneo.
“Witchboro” tiene hasta 3 sellos que coeditarán el álbum; el sello del tarraconense Dani Audí, Discos Macarras, se encargará de su lanzamiento en CD, los holandeses Lay Bare Recordings harán lo propio en la edición analógica, siendo Deathbound Records quién de su tirada para un país como el Canadá. Lejos ha llegado la estirpe de Rosy Finch que no han hecho más que debutar a lo grande a base de la mejor mezcolanza de géneros destacados como el stoner o el grunge.
Evidentemente no todo está basado en dos de los estilos reinantes de esa última década del siglo XX, Rosy Finch ha elegido bien las cartas a la hora de calibrar bien su primer larga duración ya que ellos lo empapan con pizcas de paisajes sonoros que canta a la psicodelia actual y experimentan más allá con partes más atmosféricas siendo toda una declaración de principios por parte de la banda.
“Ursula” y “Hyde Formula” abren la lata en lo que son piezas bastante completas que bien podría resumir el largo espectro de este debut y las diferentes caras por las que vamos a pasar. Desde sus cálidos pasajes hasta su rabia más desenfrenada, un total ejercicio de improvisación dónde perfectamente se puede ver la evolución de estos tres músicos. La estética más macarra de su guitarrista Mireia Porto le da más músculo a este proyecto quién muchas veces se encarga de desgañitar hasta dejarse el alma con sus voces. A su lado, su fiel escolta, la bajista Elena García secunda a los micros y se encarga de liderar esa sección rítmica que la acaba completando el productor musical y batería de la banda, Lluis Más, un músico que puede vivir en la psicodelia progresista de los 70 con su otro proyecto Pyramidal, a descargar toda la fuerza a los tambores de otra década en rebelión de estilos como fueron los 90.
“Witchboro” abre su abanico para darte un largo recorrido por esos tiempos dónde el siglo XX ya iba poco a poco desvaneciéndose, ahí quedan para el recuerdo piezas como “Miss Howls” o “Sexkinesia” una mezcla del grunge más garajero y salvaje, dónde en el directo más rompedor se produce la catarsis.
Rosy Finch muestra su lado más oculto en la segunda parte del trabajo en piezas más extensas y profundas con monstruos dónde presenciamos su evolución como “Ligeia”, destacada del disco con una de las grandes aportaciones por parte de Mireia, el toque progresivo y atmosférico de “Mistress Of Evil”, incisiva, muy intensa y hasta exótica. Quizás los 11 minutos que suman estas dos últimas sea dónde encontremos las mejores partes del LP que se consuma con el maquiavélico cierre vivido en todo un tornado como “Daphne vs Apollo”, siendo su sexta pieza “Will O’ The Wisp” un vaivén totalmente alternativo de esta cara B que se remueve mansa y parsimoniosa rodeada entre el fango abismal. Un segundo acto por parte de la banda colosal, dónde radica su mayor fuerza, donde la agresividad de ellos se hace omnipresente pero también dónde desnudan su alma musical, dónde ahondan en sus raíces y que equipara un trabajo como “Witchboro” como ese álbum que largo tiempo llevábamos esperando. Multitud de matices y detalles para esta nueva aventura en su versión más amplia de los chicos de Alicante que se marcan un serio debut. Un notable bastante alto y un fiel seguimiento por lo que se nos puede avecinar de ahora en adelante con ellos.