Colour Haze – «We Are» (2019)

12 de diciembre 2019 Rubén Herrera Un comentario

Psychedelic / Krautrock / Stoner

Si lo de Spaceslug durante la jornada de ayer fue una sorpresa, la irrupción de los veteranos Colour Haze en esta jornada de jueves, posiblemente sea un shock para muchos ya que su último y repentino “We Are”, está aquí para el disfrute de las masas.

No es la primera vez que los alemanes lanzan un álbum sin apenas campaña de promoción anterior. Vimos lo propio en su última entrega con “In Her Garden” (reseña aquí) y tres años atrás hicieron lo más parecido con “To The Highest Gods We Know” (reseña aquí). Que yo recuerde ahora mismo, tan solo fue “She Said” (reseña aquí), el que verdaderamente hizo levar las expectativas ante una nueva venida en un próximo material de estudio de Colour Haze.

¿Y a que viene todo esto? La respuesta es bien sencilla, Colour Haze, más allá de su veteranía, el ejemplo y el legado que ha despertado, las influencias que ha esparcido en muchas bandas, se han convertido en unos músicos exclusivos prácticamente escondidos entre el anonimato. Cada vez son menos los movimientos que circundan o las redes se hacen eco de ellos, y eso es algo que a mí, como redactor, incomoda en cierto aspecto porque no viene al caso para una banda que se ha ganado un respeto y un nombre dentro de la escena de la psicodelia del nuevo milenio.

Todo esto crece por culpa de lanzamientos como “Lo Sounds Da Krauts” (reseña aquí), ilustre obra del power trío de Múnich, o lanzamientos como su homónimo álbum, quiénes a principios de siglo, empezaron a forjar las primeras bases en la construcción del sonido esencial de lo que se conoce en el día de hoy a una banda como es Colour Haze.

La realidad es que la mente inquita de Stefan Koglek va más allá de todo esto y cada lanzamiento de su banda, en el que incluye su labor con su sello Elektrohasch Records, va una inestimable labor detrás de esfuerzo y dedicación.

“We Are” es el nuevo trabajo de los teutones, el décimo tercer lanzamiento de su laberíntica discografía, con una fina devoción por el krautrock de sus antepasados y las texturas más pesadas y psicodélicas del rock progresivo. Aunque el disfrute de su escucha este en diferentes plataformas digitales, no se podrá disfrutar de su edición en físico hasta el 2020.

El nuevo álbum de Colour Haze culmina de esta manera 25 años de actividad incesante por parte del combinado alemán. Desde su anterior “In Her Garden” se le notaban ciertas experimentaciones en su paleta de sonidos y algunas intromisiones que nos advertían de ciertos cambios en su esquema. Esto lleva un mayor desarrollo en “We Are”. Las intromisiones de los órganos por parte de Jan Faszbender, más que un invitado en su anterior entrega, aquí se convierte en un condimento esencial para profundizar aún más las mejores ideas instrumentales de unos Colour Haze, a los que yo me apostaría a decir que son los más vistosos desde aquel “She Said”. Es verdad que el álbum recoge una producción bastante grasienta y mucho menos refinada que cualquiera de sus entregas más próximas, pero eso no quita para que las ideas de Koglek hayan seguido prosperando a través de sus muchas definiciones progresivas, y el fino tacto de la banda a la hora de respetar ese amor por el krautrock y las muchos tanteos sobre la mesa que propone “We Are”.

No voy a entrar en un destripe general del álbum porque no lo veo al caso, pero sí que es verdad que más allá de las primeras premisas que he puesto, hay que destacar el impulso llevado por Koglek en muchos tramos del redondo, equivalente siempre a sus mejores ideas, las marcas del batería Merwald a la hora de ejecutar diferentes cambios de ritmos introduciéndonos a veces en el jazz más liberal, o el puntiagudo bajo de Phillip Rasthofer, quién ayudado por la producción de este redondo, tiene más protagonismo en “We Are”. Con todo esto, y los arreglos de sutil ambientación por parte de Faszbender a las teclas, Colour Haze fabrica otra gema para su lograda carrera a través de ejecuciones varias, fluidas por un remanso de melancolía y desconexión, con esa dosis de fuzz apropiado que siempre redondea el universo de Colour Haze.