“The Trail”; El éxito en la fusión más atrevida de Demonic Death Judge
Otro de los discos esperados por un servidor, dentro de esa larga colección de bandas fetiches, de esos tipos que vienen del norte de Europa, equipados con todo ese armamento pesado, llevando tales despliegues como mejores hitos en su discografía con un álbum asesino en todos los sentidos para la pleitesía del señor riff como fue el inolvidable “The Descent” (reseña aquí). Aquí empezaría a zambullirme en el sueño de Demonic Death Judge.
Lejos queda aquel 2011 dónde nos conquistaron y desde entonces, pasos posteriores como “Skygods” (reseña aquí) o su hasta ahora último “Seaweed” (reseña aquí), hayan servido para evaluar la situación de ese temblor de su corrosiva mezcla al mejor stoner/doom, siempre orquestado por las guturales agonizantes en la voz de Jaako Heinonen.
Su nuevo “The Trail” es la segunda contribución de los finlandeses con el sello Suicide Records y desde los primeros singles que nos adelantaban, una luz se encendía en mi cabeza; esos riffs amplificados que siempre caracterizaban la pegada del guitarra Toni Raukola, aquí han bajado algunos decibelios. No sé cuál es el motivo, ni porque razón pero es sin duda un arma que evidenciaba el poder de estos tipos que por alguna extraña razón, le hace perder esa fuerza mostrada como el mejor de los batallones.
Con este inciso, esto no quita que estemos ante el disco más experimental de la banda, sin perder ese ADN tan característico por el que muchos lo reconocen y de los que tanto disfrutan en sus fiestas al mejor riff. De eso aquí dentro vuelve a haber, y en cantidad, aunque esta vez queda reemplazada en muchos momentos por una sección rítmica, dónde las cuatro cuerdas de Lauri Pikka adquieren un protagonismo nunca antes visto. A esto hay que sumarle una mejor elegancia en unas composiciones menos directas, ciertos pasajes que a veces la banda profundiza en el folk, y esa aventura que muestra en esas cordilleras que forran su exterior, con una elegancia algo más tímida, pero más completa en la última versión de Demonic Death Judge.
Pistas como “Elevations” nos remontan a los orígenes más significativos de la banda, dónde los de Tampere se desmarcaban a través del estruendo de sus riffs más bestias, aquí volvemos a sucumbir a ese espectáculo para poner nuevamente a prueba tus cervicales. “Shapeshifting “Serpents” es más de lo mismo, solo que más pegadiza en la ejecución de un Raukola con compases dónde la ambientación del disco, empieza a someternos a ese misterio que esconden las altas montañas. “Filthy As Charged” es una novedad para la banda, próxima a las resonancias de su último testamento en “Seaweed” arrastrándonos por ese fango abismal de Demonic Death Judge con melodías que llaman a la épica de los nórdicos.
La segunda parte de este “The Trail” es dónde la banda no sólo nos presenta su mayor y mejor experimentación hasta la fecha, también es momento para asistir a la translación más completa que se puede escuchar en este redondo con la canción que lleva el nombre del mismo. Sin dejar de lado sus acometidas, la banda nos aclimata en un clímax de melodías atmosféricas, envolviéndonos en esa frialdad cuando el sol cae y se oculta entre las montañas. Las cálidas melodías de ese interludio en “Cougar Charmer” nos llevan al mejor ambiente que aguarda el álbum en sus compases finales, llevando un significado del mismo a la hora de mostrar nuevos elementos en los esquemas de Demonic Death Judge. Más interludios instrumentales como “Fountain Of Acid” así lo atestiguan, mientras que otros como la monolítica “Flood” o el cierre con “We Have To Kill”, me hace pensar lo que podía haber salido de aquí, si esos riffs tan portentosos a los que nos tenían acostumbrado, aquí hubieran estado al mismo volumen de siempre. Tendría que ser la puta ostia…
Lo dicho, independientemente a algo que lo puede arreglar, en cierta manera, el volumen de nuestro amplificador, la versión más ambiciosa de Demonic Death Judge está aquí exhibida de la manera más representativa para la banda en su carátula principal. Su materia más rocosa, vuelve en su versión más completa y personal con “The Trail”. Recreados y acogidos en esa atmosfera de naturaleza salvaje, Demonic Death Judge nos aferra a su pasado en una primera parte que caracteriza mejor el linaje que les ha atraído hasta aquí durante los últimos 10 años, hasta la improvisación que se abre a sus muchas influencias en una segunda parte del álbum, dónde verdaderamente se llegan a las mejores composiciones de su carrera. Todo un éxito para estos atrevidos que adoptan nuevas texturas en su armamento sonoro, para desmarcarse del camino y salir gloriosos de su hazaña.