Slow Phase – “S/T”; La gran herencia de los 70…
La nueva oleada de bandas en la soleada California, tal y como viene haciendo durante su larga historia, vuelve en el día de hoy con otro de sus nuevos hijos pródigos. Una formación con componentes de Skunk o 3rd Ear Experience, de los que a finales del verano pasado lanzamos su primer single, el mismo que ya de por sí, prometía emociones fuertes.
Las premisas que nos dejaron aquel cañonazo (ver aquí) eran totalmente ciertas y ahora, Slow Phase, irrumpiendo en la última entrega de los Doom Charts con un meritorio puesto número 14 en esa privilegiada lista, nos trae su mejor seña al gran rock de la vieja guardia con este debut homónimo.
El mismo penetra en nuestra web como gran DISCO DE LA SEMANA, y un soberbio ejercicio de puro rock’n’roll y gran compendio de matices magnéticos para posicionarlo a la voz de ya como uno de los arranques más acentuados del presente año.
“Slow Phase” es un gancho tras otro, un disco que no hace prisioneros y que viene con ese matiz del hard rock setentero y los tintes al proto metal. Aunque decir esto es quedarse un poco corto ante tal florecimiento de jardín. Es verdad que este power trío californiano entra por la puerta grande con todo un batallón de canciones que harán volar tu imaginación y en muchos casos, pondrán a prueba tus cervicales.
Corría el pasado 20 de Marzo cuando el bueno de Dmitri Marva (guitarra) tocaba nuestra puerta a eso de la medianoche. Lógicamente, ya habíamos tratado con ellos desde el single de adelanto, hasta sus dos fechorías vistas hasta ahora en unos no menos buenos como son Skunk, y esas ideologías que evidencian sus influencias del pasado en “Doubleblind” (reseña aquí) y su más reciente “Strange Vibrations” (reseña aquí).
Bien, Slow Phase y sobre todo mayormente los que orbitan y se desfasan con las estrofas de Skunk, es una expansión más, una puerta secreta tras su estudios, y de los que nos llevan a un nuevo nivel de locura hard rock y diversidad de influencias a los grandes iconos del género, en 8 pistas que firman un sólido debut, dotado de una gran ejecución y una brillante producción.
Evidentemente, este no sería un sólido debut de no ofrecernos tal escaparate con esos aires sureños como los de “Psychedelic Man” o “Silver Fuzz”, himnos que a la postre se ofrecen como cantos de batalla en sus próximos directos en la pista que da nombre al álbum. También tenemos ese pequeño tributo de Dmitri al bueno de Lemmy Kilmister en esa furia descontrolada llamada “No Time”. Independientemente a destacar ningún tema que sobresalga por encima del resto, el álbum está bien compactado sobre esa base heavy rock, y a partir de ahí son dónde esas ramificaciones se alargan hasta el funk más reconocido en embestidas anteriores de sus otros proyectos. Aquí hay una prueba con “Blood Circle” o ese single que nos adelantaron el pasado año abriendo ahora este homónimo álbum. “Starlight” es una buena prueba de la marca de Marva a las 6 cuerdas, una vez más no solo se delata de esos profesores que le han hecho crecer como músico, sino que a su vez, este tipo hace de embajador del proto metal en tiempos del presente.
Es como si la buena camada de los 70, nos mandará a uno de sus tesoros divinos a través del tiempo. Y así, con este manifiesto nos siguen recordando la grandeza de aquellos tiempos que tras décadas y décadas de separación, siguen manteniendo viva esa llama que en muchos lados del planeta, y sobre todo en esa costa oeste norteamericana, alarga sus raíces y patrimonio como uno de los núcleos más importantes del planeta. Esto del heavy psych sigue procreando una legión de proyectos que hacen perder la vista en el horizonte a través de su largo número de proyectos. Estoy seguro de que Slow Phase, como tantos otros que sentimos tal devoción, han fabricado un clásico instantáneo, que solo el tiempo, dentro de unas cuantas décadas, lo pondrá como un auténtico disco de culto.
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