La adrenalina circunda en el regreso de Paradise 15 años después. Repasamos su última obra…
Volvemos a pisar suelo canadienses, tal y como hemos hecho tantas veces, pero sobre todo, mencionando aquel artículo lanzado el último viernes en nuestra última entrega de ”Ecos De Sabbath”.
Ni que decir tiene que Canadá, dentro de su largo laberinto del underground, sigue maravillándonos con tantas y tantas formaciones durante todos estos últimos años, sobre todo, si nos centramos en la última década pasada.
Con esto, parece que los músicos de Paradise quieren seguir teniendo el listón lo suficiente alto para que ese heavy rock dotado en los muchos ingredientes de pócima explosiva, haga detonación en su última entrega auto-titulada.
El pasado 17 de Julio nos subíamos a la furgoneta de estos demonios del rock venenoso con el single “Away From You” (ver aquí). Aunque sea nuestra primera toma de contacto, nos agarramos fuerte a la defensa de esta furgoneta, para no quedarnos a medio camino. Esta es la tercera entrega para este quinteto de Montreal, quiénes desde luego, no es que vengan a reinventar la rueda, pero si se abalanzan con un poderoso hard rock, con tímidos tintes ochenteros y una buena ración de riffs a enmarcar, como la mejor combinación explosiva.
Ante todo, ese cuervo que se posa en medio del desierto, tal cuál muestra su portada, también puede evidenciar cierta tendencia desértica pero es verdad que ese hard rock, yendo desde los 70 hasta los 80, es el columpio por el que se balancean perfectamente estos Paradise.
Desde luego los 15 años de vacío de la banda no les han pasado ni mucho menos en balde, al contrario, parezcan vivir de una segunda juventud con un directo al mentón, y todos esos elementos rellenos de crujientes riffs, y esa sensación de adrenalina, cuando ponemos el pie a fondo a las largas rectas norteamericanas. Paradise es nuestro mejor hilo musical, para disfrutar de la mejor banda sonora de carretera, y sus fulminantes 10 canciones como una resurrección de los de Montreal, que haya hecho que todo este tiempo, haya valido la pena.
Un disco directo, de puro rock y sin concesiones, con un alto octanaje del carburante más clásico para que este motor v8 haga temblar los cimientos a su paso.