Sonidos Del Ayer; Kamchatka – “I” (2005)
Blues Rock
(Grooveyard Records)
Vamos a los orígenes de Kamchatka en el memorable “I” como su registro más distinguido y directo a su una de sus principales fuentes de influencia, el blues de los 60 y 70.
Cumpliendo en este 2020 la friolera de 15 años de existencia, los inicios de este power trío partían de las principales ideas de un carisma a la guitarra como es Thomas “Juneor” Andersson y ese enorme talento que hace de este “I”, todo un monólogo por su parte con sendas versiones a músicos de esa estirpe blues como fueron el gran Johnny Winter o Gerald V. Casale. Tiempo después la banda proseguiría su camino con hasta 6 registros sin dejar de lado esa esencia por el género blues, pero también siendo más intimidado por el hard rock y no tan directo como este primer volumen.
Es por ello que a “I” se le guarda el suficiente cariño para reeditarlo de aquella reseña hecha en el 2012 para nuestros “Sonidos Del Ayer” que despiden una nueva semana en la puerta número 235.
Es verdad que dos años después la banda entregaría su segundo volumen y nacería ese vínculo con Jean-Paul Glaster, batería de Clutch, lo que firmaría numerosas giras a un lado y al otro del Atlántico, bajo la compañía de la citada banda de Maryland, finalizando de esta manera con otro proyecto paralelo como sería el debut de King Hobo.
De aquellos Kamchatka de hace 15 años se les recuerda un sentimiento puro por ese blues rock de la época plasmado en las 14 canciones de este “I”, siendo 11 originales del power trío escandinavo. También es verdad que esta fue la primera de las tres contribuciones de su bajista original, Roger Öjersson, quién comparte voces con el propio Andersson en un alarde conjuntado por diversas pistas que reúnen toda la esencia al género desde su lado más tradicional.
Sería aquel primer día del 2005, cuando prácticamente unos años después de dar su demostración pasional en un encuentro de jóvenes bandas locales a la figura de Jimi Hendrix, los de Vaberg, lanzarían todo el empeño, la pasión y la sinceridad puesta en su blues más entregado como enorme revolución para los años posteriores. Grooveyard Records distribuirá este enorme debut de Kamchatka, corriéndose la voz rápidamente del ímpetu de la banda que empezaría a codearse entre titanes del género dentro de los festivales más importantes de Suecia.
La destreza Andersson a las 6 cuerdas es sin duda la nota más característica de este primer volumen, llegando incluso a versionar en ese reparto de slide guitar con la mítica “I Like Everybody” de Winter. Dicho esto, el redondo acoge momentos sublimes como los de “No”, con una colección de repetitivos riffs explotados por un solo enorme de Thomas, y la reputada labor de su batería. “Mnemosyne Waltz”, “Mixed Emotions”, destilan un blues algo más lento, personificando en su firma la exponencia de la inolvidable zurda de Seattle.
La parte final del álbum recoge momentos de precisión pero sobre todo dónde la psicodelia juega un papel importante. Ahí están ejemplos como los de “Incognito”, con un trote con sabor al Oriente Medio, dando paso a la parsimoniosa balada “Daddy Says”. Supongo que en el funk de una progresiva “Sing Along Along”, te puede sonar a Clutch en sus inicios, pero es en lo más profundo del tema dónde esa psicodelia se hace reverberante para sumergirnos en un precioso océano multicolor.
El principio de “I” tampoco se queda atrás como una entrada triunfal con “Out Of My Way” o “Seed”. Auténticos clásicos en la discografía de Kamchatka, tan cortantes, como improvisados. Los pedaleos están a la orden del día transportándonos en esos wah wah de la escuela Hendrix, pero es en esa progresión llevada en la dinámica de grandes canciones, dónde en cuestión de segundos se vienen arriba para fulminarte con todo su talento.
Tampoco me quiero olvidar de pistas como “Wrong End”, conteniendo uno de los mejores solos de “I” y orquestado por los redobles de Tobías y la siempre improvisación pedalera de Andersson, o la melodiosa “Eggshell”, como otro canto a la vieja escuela del blues
Un disco para el recuerdo en su décimo-quinto aniversario como inmejorable entrada para recibir el fin de semana a la mejor carta del blues rock contemporáneo, hecho con verdadera maestría por la firma de estos suecos Kamchatka. Largo recorrido les acompañó durante los años venideros hasta la actualidad, pero este primer disco, sin duda, es el que abre tu verdadero corazón hacía el género blues. Si buscas un vehículo conductor más reciente, listo para transportarte a la grandeza de este estilo décadas atrás, los orígenes de Kamchatka, son sin duda tu mejor transporte hasta la génesis del mismo.