“The Enemy Inside”, la genética alternativa de Slavedown
En uno de esos trabajos que seguimos su previa a principios de año bajo el foco desplegado en el single “Come And See The Monster Rise” como EP, junto a una versión de The Doors, y podemos decir ahora, oficialmente el primer avance de “The Enemy Inside”, el nuevo álbum de los barceloneses Slavedown, llegado el pasado 26 de Marzo a través del sello catalán La Familia Revolución, es nuestra primera reseña de la semana.
Desde este roster nosotros fuimos testigos durante el pasado 2020, de algunas grandes revelaciones. Desde el lado más stoner de Mexican Cuco (reseña aquí) hasta ese rock vintage de denominación setentera plasmada por Plomo (reseña aquí). En el caso de Slavedown, vivimos de un nuevo ejemplo que alarga las ramificaciones de La Familia Revolución, sobre todo en este cuarteto de Blanes, ejerciendo una veteranía entre sus componentes y mostrando la elegancia del hard rock alternativo de los 90 en toda su esencia.
Canciones que atrapan, que rezuman grandes recuerdos de nuestra adolescencia, y como característica, unos Slavedown lejos de encasillarse en un mismo estilo con versatilidad estilística y un largo surtido de matices en sus 8 canciones, pero siempre con el gen alternativo como el pilar que sostiene este enorme muro de contención.
Hay una evolución en este segundo trabajo, la misma llega reforzando lo ya mostrado en un debut que obtuvo excelentes críticas y que los músicos de Slavedown, conscientes de ello, viene ofreciendo su mejor brebaje aposentándose aún más en ese hard rock que aquí viene con una mejor definición, con mayores recursos en los muchos que han trabajo para que “The Enemy Inside” fuera posible, y sobre todo, en unos gerundenses muchos más entregados en sus composiciones, logradas con un mayor tacto y una personalidad que aquí avanza hacía cotas más altas.
Y es que más allá de la desgañitada voz de Marc Corso, la misma que destila ese sabor a asfalto, lleva tras de sí un batallón que les haría reinar en cualquier garito de mala muerte en el lugar más recóndito de Arizona. Desde este punto de vista, se puede palpar el sello de Slavedown, una banda con multitud de recursos y dando un rock de puro músculo, tan directo como un derechazo al mentón. La marca de riffs nos deja notables momentos como los de “S.I.R (Slave I Remain)”, el mismo single “Come And See The Monster”, mostrando una descarga poderosa, con unos músicos con las ideas bien claras y una producción que se ciñe al trato más nítido para demostrar bajo el semblante más cristalino que estos Slavedown, viene para escupir toda su rabia en un disco contundente que no hace prisioneros.
Más allá de ponernos a destripar un disco canción por canción, el plano, el enfoque o la representación más generalizada es la que da un mayor trato de favor a “The Enemy Inside”, porque es un disco que en sus 8 actos, forman parte de un todo, que invita a poner a prueba tus cervicales a través de una marca sonora, de la que pueden pasar muchos años, y tantos discos repetitivos, que sigue sonando tan fresco y a su vez despertando tantos estímulos.
Lo dicho, dentro de su cruzada estilística, Slavedown se superan con respecto a su debut, entregando uno de los discos estatales más efectivos del año, derrochando un sentimiento del género que lo define la rudeza del mismo en sus momentos más duros, hasta la elegancia de sus armonías cuando Slavedown abre su alma más profunda.
“The Enemy Inside” es la fórmula ganadora que por su historia se ha ganado el respeto de los grandes del rock y aquí se engrandece aún más por su perspectiva diversificada.
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