“Shemurah”, la belleza tectónica de Black Willows
Stoner / Doom Metal
“Shemurah” podría ser un disco que llegue tan temprano para promover la calidad de unos suizos como son Black Willows, que siendo su tercera entrega, viajan hacía la épica del doom masivo, tirando de largas construcciones y fangosas secciones, rodeados de una ambientación sencillamente sofocante.
Un gran paso adelante hacía la eterna ambición de esta banda, dotada de un espíritu de superioridad sin límites, lo justo para que hoy en día, y con el empuje reflexivo que pueden dar los brotes de una pandemia planetaria, acabe resultante de un disco en la que su belleza tectónica, la misma que arrastra sus movimientos sísmicos, se conviertan en una de las mayores declaraciones del género para el presente curso.
Hay un sentimiento Sleep detrás de todo el álbum, pero también lo puede haber de Bell Witch, Yob o Bongripper, al fin y al cabo, el espectro que levita en todo “Shemurah”, agiganta la sombra de este coloso, promovido por esa recreación de aplastantes riffs, extendiendo su eco resonante y retumbante entre la espesa neblina.
Lo dicho, hay una narración constructiva que tira de esa epopeya sobre la naturaleza transmitida en “Shemurah”, y esto se puede ver desde su primer corte con “Communion”. Los suizos recrean un paisaje dantesco, emergiendo en un sinfín de tonalidades oscuras en su primer tercio, rellenando de esa atmosfera misteriosa en su tramo medio y cobrando un valor significativo cuando ruge su explosión final. Su ascenso nos lleva a un bombeo más rítmico dónde sacan el martillo a pasear en la nombrada “Ascent”, un camino glorioso y creativo, entre tormentas que descargan sus rayos atronadores, dotados de un aumento instrumental que vuelve a llamar a la épica de este álbum.
Hablábamos antes de Sleep y una pista como “Annihilated” puede evidenciar uno de los exponentes directos de Black WIllows. La rítmica impuesta por su batería Dettori, tensa esa cuerda en el álbum, siendo una antesala de otra de las erupciones que vive “Shemurah” en el último acto de esta sexta pista.
“Shemurah” también se recrea de todo ese ecosistema que alimenta sus entrañas, de hecho, Black WIllows precede cada canción con un pequeño interludio ambiental, al menos en las dos primeras caras del redondo. A veces más lánguido pero siempre oscilando entre esos serpenteos que finalmente acaban detonando sobre la atmosfera de este planeta, cargado de atmosferas inestables. En este caso y hablando de esas atmosferas, “Blindness” llama a sus melodías más ominosas, un enriquecimiento que se hace importante entre los elementos psicodélicos y las vertientes post metal.
El final del álbum tampoco decae y si siguiéramos el destripe de este álbum en orden, diría que encaja perfectamente en el tracklist de “Shemurah” ya que usa esos estruendos de la predecesora “Annihilated” para acabar terminando en su eco reinante y dar paso a la fábula de “Shemurah” en uno de sus in crescendos más notables. Con esta “Anathem” se puede notar esa naturaleza Yob en la nueva obra de Black WIllows y su conexión con “Aphorism”, virando finalmente a una temática más shoegaze, en la que la experimentación de Black Willows se marca una magnífica outro instrumental como cierre enigmático para “Shemurah”.
Más de una hora de puro espectáculo atronador, descargando riffs ancestrales bajo las atmosferas más ambientales. Black Willows busca en lo más profundo de su interior para sacar lo mejor de sí. Una larga mantra que busca inexorablemente el yo interior de cada uno, conectando todas sus vibraciones y emociones desde el alma hasta el propio subconsciente.
La heroica de Black Willows ya está aquí, se llama “Shemurah” y hoy la disfrutamos en toda su inmensidad.
