“Earthbound”, el radicalismo de Kanaan
Con una banda como Kanaan, perdida entre algún lugar del cosmos pero enviando señales desde algún lugar metido de lleno en lo más profundo del espacio, resulta indiscutiblemente indiscutible que la palabra “exploración”, va mejor que nunca en la sinopsis que recrea la historia de estos noruegos.
Su nuevo y tercer disco de estudio titulado “Earthbound” fue otro de los platos fuertes vividos en las salidas al mercado del pasado viernes. Este llega bajo el estreno de Jansen Records, nuevo sello que acoge a una banda como Kanaan, hasta ahora bajo el patrimonio de El Paraíso Records.
El cambio se convierte en toda una reacción y esta reacción viene bajo el espíritu más radical de Kanaan. Su respuesta es tajante y acentuada bajo una fuerte pesadez que aquí se conserva como el gran punto a destacar de su nuevo “Earthbound” si entramos en la comparativa de sus dos anteriores trabajos, más propensos al manifiesto progresivo y sus claros tintes a la fusión con el jazz.
Kanaan vuelve a dar un nuevo giro de tuerca, y como suele pasar en este tipo de casos, aquí es dónde las opiniones se hacen dispares, algunos puede gustar más y a otros menos, pero lo que es innegablemente cierto es que “Earthbound”, se le puede atribuir cualquier cosa, pero la palabra chocante, es la primera de esta fila de contrastes.
En lo que mi opinión se refiere, su nacimiento resulto ser una marca inolvidable y difícilmente comparable a cualquier próximo trabajo al que quieran equilibrarse. Como todo primer disco, el factor sorpresa y el alma más original de la banda, están ahí para explotar a la primera, y esto jamás se vuelve a recuperar. Claro que “Windborne” parte con esta ventaja, pero es la misma la que se hace insuperable.
Lejos de este pequeño inciso, y tal y como hemos dicho al principio de este artículo, la exploración de Kanaan sigue su curso y esta vez viene desde los confines más masivos. Una fulminante sección rítmica y la contundencia de sus riffs, firman la brutalidad de los dos mástiles de la banda, siendo el más damnificado la versatilidad de un pedazo de batería como es Ingvald André Vassbø, quién dejo un protagonismo de ensueño, maravillado por la destreza de sus dos primeros trabajos.
Lo dicho, “Earthbound” es la definición a la contundencia de Kanaan, orquestado por el ataque sónico de la dupla guitarra/bajo por parte de Ask Vatn Strøm y Eskild Myrvoll, respectivamente. Pero esto no quita que esa temática progresiva de la banda se haya perdido, esto sigue bajo un aspecto algo más tímido recordándonos la propia banda que no han dejado de ser quiénes son, pero que su nuevo álbum viene precedido hacía una nueva excursión. La misma incurre en muchos estereotipos por los que definir el paisaje más diversificado y enriquecedor de Kanaan, es por esto que creo que un tema como “Bourdon”, marca las dos épocas de este proyecto, como su versión más actualizada de lo que son en este momento del tiempo. En este caso, su antesala “Pink Riff” conecta con el mejor puente antes de entrar de lleno en la mejor retroalimentación de Kanaan, implantando esas oleadas de fuzz totalmente penetrantes en su escucha. Este estruendo puede verse cristalino en “Return To The Tundrasphere”, pero es verdad que “Earthbound” está claramente posicionado a ser un punto de inflexión en la discografía de Kanaan, vamos con otro ejemplo… El torbellino sónico de “No Star Unturned”, crea auténticos poderes de abducción en “Earthbound”, en cambio una pista como “Mirage”, es otro de esos interludios como magnífico calentamiento a otra de las destacadas del registro, “Mudbound”. Ahí van más de 11 minutos en otra de esas épicas de unos Kanaan inclasificables se mire por donde se mire, capaz de hacer más versátil que nunca ese cumulo de dispares creaciones.
Nuevamente las construcciones más surrealistas y vertiginosas de Noruega vuelven en otro capítulo de unos Kanaan ensimismados en marcar una tendencia que está dejando un legado en sus 3 anteriores discos de estudios, digna de quitarse el sombrero. Como siempre el mérito es doble cuando hablamos de una banda instrumental, rendida al don de la improvisación y la explosión de estas fulminantes jam sessions que aunque en su nuevo encuentro vengan con una dosis extra de fuzz, no deja de meternos en sus muchos remolinos para disfrutar de las turbulencias más fangosas.
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