Ararat – “Volumen 4”; Tras la pista de sus orígenes…
Experimental / Heavy Rock
(Manicomio Discos, Argonauta Records)
Cambiamos el chip para ampliar esas gamas bajas, meternos de lleno en los campos de la distorsión y dar un sentido más notorio a la sección rítmica de un proyecto como es Ararat. Como mucho de ustedes saben, este proyecto, uno más de los tantos que abordan la mente de Sergio Chotsourian (Los Natas), llega ahora con su esperada cuarta entrega, formalmente titulada como “IV”.
Con la firma en la producción del “Pájaro” Rainoldi y la llegada del batería Araujo, se presentan las principales novedades de este nuevo giro de tuerca en la discografía de Ararat, teniendo en exclusiva ciertos detalles que el propio líder carismático de Chotosourian, nos concedió en aquella entrevista que le hicimos durante el mes de Febrero (ver aquí).
Nuevas secciones vuelven para valvular con fuerza la marca de unos Ararat tras la pista de sus propios orígenes, llevando esa ausencia en el mástil de 6 cuerdas como característica principal, y dónde la fuerza del bajo y el motor rítmico de Araujo es todo cuanto necesitas para fundirte en la creciente sombra de Ararat.
Cuando subtítulo este artículo como la búsqueda sus orígenes, no quiero decir que Ararat vuelve a su primera época, ni mucho menos… Si de algo se ha caracterizado un proyecto como Ararat es por tener siempre esas excursiones que les han llevado desde los términos del drone, el propio stoner del desierto, o el sludge/doom más carnívoro visto en otros proyectos suyos como Soldati. La realidad es que tras la salida de su último “Cabalgata Hacía la Luz” (reseña aquí), el monstruo Ararat permaneció oculto en las sombras, latente antes de provocar una nueva erupción ocho años después derrochando nuevamente otra exploración en la que más allá del bajo y la batería, como sus armas principales, las apariciones de los instrumentos de teclas atesoran una vez más la nueva oferta del proyecto argentino
Un disco minimalista en todos los sentidos pero también provocando esos estruendos que van absorbiéndonos en el torbellino sonoro que es Ararat, mostrando una dura pegada en pistas como “Serpiente” o el trote de su avance con “Microcosmos”. Posiblemente, es en los segmentos más largos dónde los nuevos elementos de Ararat, los viejos elementos de la banda, los orígenes en la eterna innovación de la búsqueda eterna de un músico por encontrar su propio yo, profundizan en cuerpo y alma en los minutos de “Thor Hammer”. Casi 8 minutos y medio que orquestan este respaldo mucho más edificante en la segunda cara de “Volumen 4”. La construcción de Ararat nos lleva unas complejas construcciones dónde el carácter progresivo de la banda, enfatiza desde sus muchas vertientes, en los que se puede ver la química fantástica entre el tándem Chotsourian/Araujo y también sus muchos cambios de ritmo, véase el ejemplo de “Birdy” o el cierre “Mandy”.
Evidentemente, Ararat tiene una amplia oferta dónde las gamas bajas son la punta de esta lanza, Chotsourian lo sabe, y esconde toda su fuerza en el largo compendio que abarca un “Volumen 4” de necesaria obligatoriedad de escucharlo más de una vez para entrar en sus muchos detalles. La impresión de esa amplia batida que supone esta cuarta entrega es uno de sus grandes atractivos. Un rastreo continuo que hace de esta llegada de Ararat a 2022, un ejercicio totalmente dónde esa arrolladora pegada rítmica no deja de ser un constante bombeo experimental, reclamando entre las vibraciones de sus paredes sonoras, una provocación hacia la locura, la distorsión y la pérdida del sentido de la realidad.
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