“Días Aciagos”, resonancias del averno en la segunda entrega de Fumata
Segunda placa del combinado mexicano Fumata basando sus leyes en las bases del trinomio stoner/sludge/doom. De ellos dimos parte 5 años atrás con su arranque “La Perfección De La Muerte” (reseña aquí), en un claro ejemplo de llevar la polivalencia de los extremos más pesados, a nuevos niveles sónicos dónde reinvidicar sus largas exploraciones astrales.
Y con una banda de este tipo de prestaciones si vemos el bagaje de sus componentes y de que proyectos viene, podemos esperar cualquier cosa, eso sí, siempre con el sinónimo de garantía. Contemplar en el bajo a Juan Tamayo, riffmaster de Vinnum Sabbathi, la peculiar y espeluznante voz de Maximo o que otro desollador del mástil de 6 cuerdas como es Javier, lleve ese dominio de afilados riffs más allá de su labor en el proyecto Terror Cósmico, del que precisamente, también dimos parte de su última tentación en este presente 2022.
“Días Aciagos” es el nombre para este nuevo encuentro, cargados en muchos aspectos de esos blast beat que nos acompañan en las iniciales de “Orgullo y Egoísmo”, o la siguiente “Acompáñame Cuando Muero”. Este último acto muestra una crudeza nunca vista antes en Fumata. Un claro ejemplo para ver como los músicos mexicanos van algo más allá de las bases asentadas en su debut.
Dicho esto, la catarsis aquí se vuelve al lado más misántropo y en esa aversión es donde Fumata entra en un estado de trance para sumergirse en cortes como “Anhelo”, que teniendo ese despertar en su tramo medio, sigue teniendo esos planos de suspense, cierto valor psicodélico, y un final que acaba por manifestarse también en un corte más dinámico como es “Seremos Olvidados”. Mucho más afilada, machacante por momentos y con todo un discurso en las voces como broche final.
Tiempos medios se arrastran por el fango “No Engendro”, pero sin ir más allá de una nueva recreación de ese germen progresivo de Fumata, tal vez el arte de Bryan Maita que forra el exterior de este “Días Aciagos”, obtenga una de sus mejores expresiones en este corte. Esas resonancias llegadas del averno recuerdan en muchos momentos los sermones del “Topo” Armetta cuando orquestaba Dragonauta, 15 años atrás. La definición en la voz de Maximo Mateo parece más propio de llevar un sermón del apocalipsis venidero, pero es que también es la contribución de su batería Leonardo Cardoso (Weedsnake), el que lidera un batallón que muchas veces lleva esas tempestades pesadas de Fumata a bombear con una fuerza sobrecogedora bajo sus instintos más reverberantes.
En cualquier caso, todo acaba encumbrándose con el cierre presentado por la propia canción principal del álbum. Después de 30 minutos espeluznantes, Fumata se desvanece poco a poco sucumbiendo entre la inmensa penumbra y esto cobra un sentido viendo el contexto de este “Días Aciagos” y todo lo que le rodea. El cuarteto de la capital mexicana confirma que aquel espejismo surgido del año 2017 como imponente estreno, hoy ya es toda una realidad atemorizante y llena de plenos recursos proyectados desde los planos más insondables.
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