“Tales Of Demonic Possession”, una nueva proeza expansiva para Clouds Taste Satanic
El lado más elegante del doom tiene un nombre en los bajos fondos neoyorquinos. Desde su elegancia hasta la propia improvisación en jam sessions totalmente edificantes que en los últimos tiempos han vivido de una nueva etapa, mucho más madura y atractiva para las canciones que han ido sacando los músicos de Clouds Taste Satanic.
Una mutación magnífica que el propio Steve Scavuzzo ha ido cavando hondo en su ideas para llevar ese doom tradicional registrado en sus orígenes, hasta sus estrechos lazos con el rock más musculoso, que de alguna manera u otra, alcanzaría un punto culminante en la carrera de la banda en aquel 2019 y las secuelas “Evil Eye” (reseña aquí) y “Second Sight” (reseña aquí).
Una cinematografía del doom de la nueva era, tal y como yo subtitulé en su día y que ahora, y como el trabajo que ha llevado la banda meticulosamente durante toda la pandemia, se descubre con el nuevo “Tales Of Demonic Possession”.
La ocasión lo requiere, han pasado 3 años desde entonces y había ganas de escuchar el nuevo material de estudio que nos tenían preparado. Con todo esto, es Majestic Mountain Records, uno de los sellos escandinavos más emergentes de los últimos tiempos, quién entra en juego para la edición y distribución del nuevo ogro de los neoyorquinos.
“Tales Of Demonic Possession” vuelve a recrearse en las ávidas mantras de creación cósmica a través de 4 actos que merodean los 20 minutos de ejecución. Llevando ese doom atmosférico e instrumental por terrenos de exóticos parajes y ese alma de improvisación llevado a las corrientes progresivas de este doble álbum.
La fusión en los mástiles de 6 cuerdas de Scavuzzo y Bahus, brilla mejor que nunca. Suyos son esos minutos que pueden servir como el mejor periplo entre ese puente que diferencia la destreza de Iommi o Page, pero más allá de los muchos enfoques de “Tales Of Demonic Possession” y el prestarse a sus muchas influencias en un acto de 80 minutos más que evidente, reina en un templo del riff atmosférico que se sirve desde su grandeza hasta su crudeza.
Lo que más valoro es la forma que tiene Clouds Taste Satanic de unir las piezas del doom con el hard rock provisto desde los tiempos del pasado, teniendo la suficiente parsimonia para que destaque su infinita calidad. Si antes hablábamos de exponentes, es inolvidable pensar en los historiadores londinenses del progresivo. Ese espíritu Pink Floyd es el exponente que lleva a esta nueva proeza expansiva a mantener esa atmosfera psicodélica en continua suspensión ambiental. Tal vez la pista “Spirits Of The Green Desert” es la que más se ajuste a este caso, un viaje nuevamente al corazón de Pompeya y aquel mítico directo en la base del rugiente Vesubio, pero es que esta séptima entrega de los norteamericanos es un periplo que se ofrece como el mejor de los escaparates a los estandartes de esos dinosaurios del rock que hoy en día, se llenan de favoritismos entre nuestros pensamientos.
Pongamos por ejemplo la apertura “Flames And Demons Drummers”, un alucinante camino dónde las rarezas de Clouds Taste Satanic siguen su curso, imperan en esa marca progresiva y a su vez, rellenan de la mejor acidez su propia huella sonora. Quédense también con otro de esos cortes significativos, el cierre titulado “Conjuring The Dark Rider”. Una impronta llena de creaciones para recrear el amplio dinamismo del cuarteto, sumido en un emocionante conglomerado de ideas, al alza del vanguardismo de este proyecto.
Es posible que muchos quieran reconocerlo como la obra maestra de Clouds Taste Satanic hasta la fecha, y puede que tengan razón. Esta nueva proeza vuelve a abrir los horizontes musicales de la banda y llevar su poder instrumental hasta el surrealismo más remoto de nuestras alucinaciones.
Sin duda uno de los recursos instrumentales más espectaculares que podemos disfrutar en este 2023, gracias a su infinita inmensidad y su recreación al servicio del señor riff.
Big Cartel Majestic Mountain Records