Danava – “Nothing But Nothing” (2023)
NWOBHM / Progressive
Ciertamente y como suelo mencionar muchas veces, la larga caravana setentera sigue dejándonos en los días del presente un largo abanico de exponentes que dan a entender la importancia del mismo y el largo patrimonio en toda su esencia que tantas bandas siguen sus pasos más de 50 años después. También es verdad que son muchas con las que aquí, en nuestro umbral psicodélico, nos topamos algunas veces por semana, y luego están esas que suelen salir una vez por década y arrodillarte ante semejante espectáculo.
Posiblemente entrando en esa categoría de discos esperadísimos para este 2023, la formación de Portland, Danava, se presenta a las puertas de la 235 con el imperial “Nothing But Nothing”, o como diría el bueno de Mike Scheidt (YoB), el cruce perfecto entre Rainbow, Dio, Thin Lizzy y los Judas Priest de los 70, junto con los Maiden de Paul Di’Anno.
Pocas aproximaciones suelen ser tan cercanas para clavarlo de tal manera, pero así es, Danava ha estado perdido en los últimos 10 años prácticamente y de repente, la detonación de un álbum como “Nothing But Nothing”, tras innumerables cambios de formación, los vuelve a catapultar más allá del lugar que les dejó su último trabajo del 2011, “Hemisphere Of Shadows”.
Lo que viene siendo un tour de force perfecto por el virtuosismo y la gran hegemonía gestada en esa segunda parte de los 70, tiene su alma gemela en “Nothing But Nothing”. Es cósmico, puede tirar de derroteros Hawkwind, es frenético, su gran carga de riffs solo está a la altura de la destreza de los norteamericanos en su brillante definición, rítmicamente es implacable y te pasa por encima como un tren por vía muerta, incluso esa nebulosa psicodélica y posiblemente los mejores vestigios del hard rock de la época, acaben siendo la guinda del pastel que marque el colofón final al que desde ya os adelanto que es uno de los discos del año.
No hay noticias que contar, ni artículos que acompañar a este DISCO DE LA SEMANA en la programación de este jueves. Un hecho intencionado por un servidor para llevar a su protagonismo, absoluto para quedarnos absortos en su interior.
Sin duda, “Nothing But Nothing” es ese disco que se mueve como clase maestra del NWOBHM, y que tiene y debe reunir a todo seguidor del metal desde todas sus perspectivas, alrededor de todos los tiempos de su creación. Exaltaciones del riff como “Let The Times Good Kill” que nos brindaron como primer avance, hacen que esa marca frenética del blues, ponga el pie a fondo y demostrar la valía de estos muchachos. “Enchanted Villain” nos lleva directamente a los tiempos de “Heaven And Hell”, rozando prácticamente el plagio con ese riff inicial más que evidente. Ya sé que muchos quieren gritar ese “Holy Diver”, pero la realidad es que Danava se las arregla para llevarnos por esa huella de sintetizadores que nos impulsa en la propia canción principal.
Dicho esto, y más allá de la expresión transmitida en furia por Gregory Meleney (alabado sea) y ex de Sons Of Huns, Peter Hughes, a las guitarras, la sección rítmica de Dominic Casciato al bajo y el batería Matthew Oliver, solventan con excelencia las muchas turbulencias orquestadas en “Nothing But Nothing”. Hay quedan ejemplos como “Season Of Vengeance”, un prodigio del pasado a velocidad supersónica, así como el mejor servicio de poner en jaque su alto índice de habilidades. La juerga prosigue con otro festín como es “At Midnight You Die”, imperando en ese delirante ejercicio de oficio setentero que se mantiene prácticamente en todo el álbum.
Con los sintetizadores de Meleney también entramos muchas veces en dimensiones desconocidas, desde esa parte final de “Strange Killer”, como el hard rock inter galáctico de “Nuthin But Nuthin” al mejor trote ochentero a bordo.
Fuerza y contundencia coincide con revelación y nostalgia, todos ellos atributos para ensalzar cada vez más y más la grandeza de este disco y el retorno triunfal de los músicos norteamericanos. No sé si ahora estarán otros 10 años sin aparecer, pero tengan por seguro que con lo que han sembrado aquí, tenemos himnos para solventar otra década de ausencia.
“Nothing But Nothing” es un clásico mayúsculo de nuestro tiempo, con toda la denominación de origen a las leyendas del metal como increíble punto de encuentro.