“Desiderium”, el polinizador crossover de Somnuri
Segunda reseña como novedad a disfrutar de esta semana siguiendo un poco los estereotipos de nuestros protagonistas de ayer. A fin de cuentas, esa revolución del heavy metal vivida a principios de milenio, hoy vuelve a tener un nuevo capítulo con otro de esos alumnos aventajados que en base a los escritos acaecidos dos décadas atrás, vuelven bajo ese prisma del sludge progresivo desde los bajos fondos neoyorquinos.
También es verdad que una banda como Somnuri nos dejo una buena declaración de intenciones con su predecesor “Nefarious Wave” (reseña aquí) hace apenas dos años. Ahora con el nuevo “Desiderium” se estrenan tras su fichaje por un sello de renombre como es MNRK Heavy, quiénes han llevado a su extensa familia de formaciones a este power trío de Brooklyn, rindiendo ese enfoque prácticamente cinemático en este nuevo paquete trasladado hacía las corrientes más compactas y atmosféricas.
Somnuri sonando más Somnuri que nunca, eso es “Desiderium” una muestra de su ambición y los límites de su exploración, de hasta dónde pueden llegar las fronteras de su música si nos ceñimos a ese vanguardismo notorio de los norteamericanos.
Es verdad que la magnífica cubierta diseñada por Alex Eckman-Lawn nos da una pequeña orientación a la puerta que estamos próximos a atravesar. A partir de aquí, se abre un mundo nuevo para Somnuri, un periplo entre finales de los 90 y principios de milenio, y referentes que pueden ir desde los tiempos de Helmet o Soundgarden, hasta la destreza de Mastodon, ya entrados en este siglo, la elegancia progresiva de Baroness o los frentes atmosféricos de YoB.
Claras sombras emocionales son el flujo que mueve todo “Desiderium”, la banda se arropa mucho en esos coros pegadizos acordes a su atmosfera melodiosa, pero también sabe contrarrestarlo con una pegada al mejor groove y el trote de una colección de riffs haciendo muy disfrutable la diversa aportación de prestaciones de este tercer trabajo de los neoyorquinos.
La encapsulación está ahí, incluso me aventuraría a decir que es su disco más reflexivo, y eso le da una mayor personalidad. Es esa conjunción entre las vertientes más alternativas y su choque con estilos como el sludge o el propio hardcore, el que crea una fusión de ideas puramente atrayentes en su firma sonora.
Polinizadores en este aspecto, es cuestión de ir recogiendo esas piezas, ese néctar flor tras flor, llevando una esencia como chorro de propulsión que reproduce el mejor sonido hasta la fecha de los Somnuri más arrebatadores.
Un emplazamiento como es los Silver Cord Studios, hogar muchas veces de unos tal Gojira, consigue también otra de esas producciones para disfrute de la nitidez de sus funciones, la diversidad de elementos aquí expuestos y esa entrada en un universo que puede ser tan aplastante como evocador.
Candidato a uno de los grandes crossover del año, aquí el factor sorpresa se sustituye por el de garantía. Somnuri viene para quedarse y su nuevo “Desiderium” conlleva un desglose creativo que tan solo define la magnífica madurez alcanzada por los norteamericanos en esta tercera entrega.