“Lost Season”, el lado más familiarizado de Sorcia en su segundo asalto
El legado de Seattle habla por sí solo en estos tiempos, con un monólogo como fue el de los 90 (a modo de spoiler, mañana volveremos a topar con otro de sus grands encuentros) se convirtió rápidamente en una de las cunas internacionales con mayor proyección. De ahí salieron muchos derivados, influencias a raudales que hasta los días del presente siguen dejando una resaca cojonuda entre sus muchas sonoridades.
En el caso de Sorcia, más concentrados en las fuerzas del stoner/doom y su valía en alargar su vínculo con un sello idóneo para la ocasión como es Desert Records, el nuevo “Lost Season” es uno de los discos al que esperaba con más impaciencia para estos días de verano.
Salido de las cavernas de la disquetera de Nuevo México hace apenas unas semanas, “Lost Season» supone el segundo registro larga duración para los de Washington. Hay un espectro levitante que retumba entre las paredes sónicas de Sorcia cuando escuchas sus canciones. Un columpio sombrío que lleva su balanceo desde Black Sabbath hasta Electric Wizard, sobre como esa escuela británica al doom imperial hace mella en su sonido y haciéndola partícipe de su grandeza en cortes como “Miss Ann Thrope”.
Pero esta claro que una banda como Sorcia no nos hubiera encandilado desde sus inicios con aquel homónimo estreno (reseña aquí) de no ser por ese embriagador heavy blues con esos condicionantes sureños, los mismos que nos llevan a su próspera confortabilidad, confeccionando ese especial atractivo en su marca. Esto pasa con el tercer acto “Faded Dune”. “Dusty” comienza reverberante en su segmento, inquietante en su decorado, juega con esa personalidad de Sorcia a la hora de meternos en esa mantra de oscuridad psicodélica. Somos testigos de primera fila viendo la mutación en su sonido en una reconstrucción de piezas, que poco a poco va a afianzado su poder en los crecimientos sonoros.
Los exponentes del power trio norteamericano se abren a muchas bazas que suponen pilares del género pesado, pero también del metal más clásico como puede corroborar los minutos de “An Axe Named Otis”, lleno de texturas que abrazan ese lado más oscuro, o esa pista final, como la más larga del redondo titulada “Entering The Eighth House”, y ese guiño al doom más tradicional, desde las tendencias de “Wino” Weinrich hasta Saint Vitus en su máxima esencia.
Otro punto atractivo de Sorcia para la ocasión es la dualidad de voces entre la bajista y voz principal Jessica Brasch y el guitarra Neal De Atley. Hay una gran fusión entre ambos que eso luego se ve en la lectura de sus composiciones y el ingenio de llevar ese toque distintivo que hacen de Sorcia una banda destacable dentro de un estilo densamente repetido.
Aquí reside el poder de atracción de Sorcia… ¿cómo sorprender al oyente que sabe lo que va a escuchar? “Lost Season” es la respuesta inmediata, un equilibrio musical lleno de mucha emotividad y como suele pasar en este tipo de casos, se usa ese núcleo del que son oriundos para invadir nuestra nostalgia y hacer de su escucha un momento realmente especial. Los matices luego están dentro y son amplios y enriquecedores en su valerosa escucha, pero también el nuevo álbum sigue expandiendo más y más el universo creativo de Sorcia, y eso siempre los aleja de cualquier estancamiento que los meta de lleno en los clichés y patrones más comunes.
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