Black Willows – «Haze» (2013)
Son muy pocos los discos que ha habido este año que alcancen una profundidad tan honda como es el caso del nuevo debut de los suizos Black Willows. Una experiencia sensorial que altera todos los sentidos. Hay que juntar las emociones y los recuerdos para navegar a través de los mares que acechan este “Haze”. Más de una hora dotada de una intensidad envidiable, pocas veces vista en el presente año.
Con notoria pesadez en sus funciones musicales, la fusión que habita en el nuevo debut de Black Willows, es entre esa rama psicodélica y un enfoque hacia un rock trance. Una vez más, asistimos a uno de esos trabajos para paladares exigentes, pero que dichos paladares saborearán como el mejor de los manjares.
Resulta que el principio del disco es el final y viceversa. A través de este detalle, estos Black Willows dejan a un servidor boquiabierto ante tal asombroso trabajo. La personalidad de este “Haze” está más que demostrada. Desde su introducción siniestra con esos sonidos de la madre naturaleza, no puedes dejar de evitar esa evocación de imágenes y las amenazas ocultas en la mente de los oyentes.
El disco va de menos a más, lo cual escuchando el principio podemos adelantar que estamos ante algo dignamente acojonante. “Haze” es para ese tipo de personas que buscan sumergirse en un ritmo y sacar de él una experiencia musical interesante y sumamente compleja.
También queremos agradecer desde “La Habitación 235” al señor Aleister Crowley (vocal/guitarra) quién se encargó personalmente de mandarnos una edición física de este ambicioso trabajo. Ante todo te pedimos disculpas por el retraso de la reseña, ya que antes no hemos podido y son tantas las bandas que quieren trabajar con nosotros que la lista se hace larga.
¿Etiquetas para esta banda? Se convierte en algo imposible, digamos que estamos ante un cruce entre el psych rock ambiental con esos paisajes sonoros orientales que le dan esa personalidad al disco envidiable. Black Willows combina todas estas piezas para crear una visión inquietante de ruido y profundidad en su música.
Son muchos los discos que pasan por esta página y sinceramente muchos de ellos parecen sacados de la misma banda, a lo que me refiero de que muchos suenan iguales. Esto precisamente no pasa con Black Willows. Si vuestra intención es buscar algo diferente, extraño, original y verdaderamente maravilloso… el plato del menú del día se llama “Haze”, porque esta es la mejor oferta que les podemos ofrecer en el día de hoy.
El señor riff es el amo y señor de este disco, y como soberano, la potencia que emanan las guitarras tanto de Crowley como de la fémina de la banda Melanie Renaud, hacen que hablemos del punto más notable del álbum. Todo esto se palpa en su sobresaliente comienzo comandado por verdaderos cañonazos como “Neptune”, “Door Of Perception” o “Haiku”. La vibración que descargarán tus altavoces la tendrás muy en cuenta cuando escuches este espectacular comienzo de disco.
Esa neblina de aura misteriosa combinada con los mencionados sonidos orientales se ve en el corte “Black Magic”. Verdadera hipnosis musical que se marcan aquí los suizos que podría definirse como un gran interludio que separa una cara de la otra del disco.
Como una profunda y rica experiencia gratificante, “Haze” es el definitivo álbum hipnótico lleno de tantas maravillas que se hace jodidamente adictivo. Voces de lo más fascinantes y los grandes riffs omnipresentes, hacen una verdadera exhibición que se refleja en la segunda parte del disco.
Notas que la producción del disco es de quitarse el sombrero cuando escuchas algo tan bello como “Apache”. Se puede oír cada nota, excepcional Kevin Richard al bajo, en una de esas canciones que te transporta a otra dimensión.
Cada canción del disco está impregnada con un ambiente de lo más oscuro y con un profundo matiz psicodélico espeluznante. “Velvet Diamond” pone los pelos como escarpia en sus inicios, la voz de Crowley suena mejor que nunca. A mitad de canción la cosa se pone enérgica y los suizos arrancan a toda máquina para regalarnos un final de canción que nos deja una de las partes más hermosas del disco y así amenizar un final de trabajo único.
“Haze” es un viaje introspectivo, cósmico y que te libera. Cuando crees que te has saciado de su música y que nada más se puede superar en este disco, llega la épica “Dead Mantra” como canción final. Este tema ya son palabras mayores y la mayor razón para creer que estamos ante algo sobresaliente. Como un desierto dónde la excepción no existe para los minutos largos porque resulta ser algo reconfortante, sus más de 14 minutos nos deja uno de los finales de disco más asombrosos del año, y así acabar el trabajo justo dónde empezó. Impresionante.
Escuchar un disco como “Haze”, es viajar del este al oeste en ese amalgama de ensueño capaz de tocar los puntos neurálgicos. El disco es lento pero tiene ritmo con un orden bien establecido. Sus herramientas fundamentales son esas influencias clásicas por parte de la banda, las cuales se retuercen alternativamente y se deslizan entre lo antiguo y lo moderno.
Hay que dar las gracias a Black Willows por regalarnos un disco como este en la época en que vivimos. Pocas veces se puede escuchar un disco así. Tanto la pasión y la personalidad mostrada en “Haze” hace que brille con luz propia en esta inmensa obra. La inquietud que despierta desde el primer minuto te hace encoger el alma en uno de los trabajos más originales del año, pero que por encima de todo destaco, su fuerza, su intensidad y la gran personalidad que desprende. Lo dicho, sobresaliente.