“Number One”, una fraternidad de muchas corrientes en el estreno de Massive Hassle
Dicen que el amor fraterno es… el amor fraterno, y es que no puede haber una amistad más incondicional, fiel y sincera que la de tu propio hermano si habéis crecido siempre juntos y compartido siempre gustos y una diversidad de experiencias, en medio de esa alianza a largo plazo.
Es posible que tanto Marty como Bill, obtengan la definición de sus muchos exponentes musicales en el nuevo “Number One”. Un título que ve nacer este proyecto paralelo al de su banda más conocida, Church Of The Cosmic Skull, también en Mammothwing y que viene bajo el nombre de una disparidad de estilos ensamblados en este estreno de Massive Hassle.
Sí, ya sé que su logo parece propio de cualquier banda de metal extremo, pero estos nórdicos van mucho más allá que todo esto, ya que la exposición de sus muchas influencias es el escaparate más divino del nuevo «Number One”.
Como otro de esos recursos lanzados el pasado viernes a través de Septaphonic Records, la nueva propuesta nos lleva a un espiritual viaje dividido en 8 divinos y en muchos momentos, cavilosos actos. Quizás sea ese estado parsimonioso y muy atmosférico, uno de los puntos más seductores del nuevo “Number One”, pero aquí no queda la cosa, ya que la visión creativa de los hermanos Fisher, nos lleva mucho más allá de esos momentos introspectivos. Los mismos acaban siendo irrumpidos en la entrada del fuzz y esa combinación stoner donde sus valvulares riffs dejan picos culminantes en “Number One”.
Con todo esto, las muchas bases a las que se agarran los pilares del registro, muestran solidez y una buena carga emocional en esos momentos más reflexivos. Es cierto, hay mucho momento de improvisación que también se puede añadir a la cuántica de Massive Hassle, incluso dejando de lado esas marcas más hard rock, siempre tienen esa vuelta de tuerca para llevar sus muchas interacciones a través del heavy psych más reconocido de sus carreras.
Un disco interesante como estreno de estos hermanos Fisher, sonando tan fresco como experimental, y tan afilado como cautivador. Ante todo tiene pasajes muy pegadizos y eso siempre es de agradecer. Por lo demás, “Number One” nos deja todo un atractivo al estilo creativo de Massive Hassle y toda una perspectiva diferente que crece desde ese amor fraterno inicial, hasta los días del presente.
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