Gonga – «Concrescence» (2013)
La banda británica de Bristol no ha tenido lo que se puede decir un camino de rosas a lo largo de su carrera musical. Llena de infortunios y cambios de formación han llegado hasta este punto como una banda instrumental. Tras de sí, dos discos de estudios muy buenos, como fueron aquel homónimo álbum debut de 2003 y cinco años después el melancólico y atormentado “Transmigration”, para mí gusto el mejor trabajo de la banda.
La pérdida del cantante Joe Volk desde aquel disco de hace 5 años, no ha retenido el proyecto de los hermanos Elgie a la hora de seguir como una banda instrumental en formación de trío. “Concrescence” puede hacerse algo pesado, no es superior a “Transmigration” y es una pena porque aquel disco sonaba a algo esperanzador dentro de la banda y de la escena del stoner británico, pero lamentablemente no pudo ser.
Tras cinco años en el dique seco, la banda vuelve con este nuevo álbum y con nuevo fichaje entre sus filas, el bajista Latch Manghat. Su nuevo trabajo es una explosión de pesados riffs de alto octanaje, dónde la distorsión de la guitarra de George Elgie, sigue intacta y con el sonido calcado a sus discos anteriores, sin duda la perla de estos Gonga.
Como tantos de estos trabajos que he reseñado en los últimos días, estamos ante otro trabajo que gana con las escuchas. En ningún momento se echa en falta a un vocalista en la banda, pero el álbum por momentos, también carece de esa faceta más complementaria que sí que tenían sus dos anteriores trabajos, por lo que a más de uno puede que se le haga algo monótono.
Pienso que la espera no es que haya valido la pena, pero “Concrescence” es una continuación digna. Un disco místicamente cautivador al que todo aquel que haya escuchado sus anteriores trabajos, no se sentirá decepcionado con este, pero o “Transmigration” era muy bueno, que ciertamente lo es, o a este nuevo trabajo le falta algo.
Gonga es ahora mismo una banda que se centra principalmente en nuevas exploraciones de su hermetismo musical. Su música se hace en bajas bóvedas hasta que el mundo es lo suficientemente pesado para escenificarlos en su tercer disco.
“Miasma” surca durante sus más de 10 minutos todos esos valles cargados de secos y contundentes riffs. Un universo doom por parte de los británicos en el primer tramo de canción para llevarte a su profunda psicodelia musical, llena de ácidos y empapados en esos fuzz de guitarras, marca de la casa de la propia banda.
Sin perder el ritmo, “Calumet Alter” tiene ese aire medieval en sus entrañas. Aquí el power trío monta sobre oscuras llanuras hacia esos continuos guitarreos de George Elgie. Un corte puramente fangoso que se añade a los latigazos del bajo de Latch. Con “Mount Gonga” los británicos se enfundan el disfraz de Melvins. Ráfagas de percusión fogosas por parte de Thomas Elgie para transportarte a un ambiente como si un blues de lo más oscuro tratase. Esta canción es un verdadero monstruo que va creciendo más y más hasta esa devastación final que deja a uno aplastado. Y es que así es la música de los británicos, muy pesada y que conformo va pasando el disco notarás el crujir de tus altavoces.
Hay muchos temas realmente buenos, pero yo para finalizar quiero recalcar en ese gran tema llamado “Solar Maximum”. Aquí los británicos se superan y nos dejan una declaración de intenciones que a estos tres doomsters les importa un carajo si hay o no un vocalista en su proyecto. Ellos solos valen por 100. Con un comienzo más arenoso, la atmósfera psicodélica que se deja ver en el trasfondo de esta canción, crece en la sombra para después acompañar al unísono los riffs asesinos de la guitarra de Elgie.
“Concrescences” es una verdadera piedra monstruosa de sabor stoner y el definitivo giro de tuerca en el sonido de Gonga. Las capas que construyen en cada canción hacen que te envuelvan en su manto pesado de sonidos contundentes. Contiene todas esas mezclas de guitarras poderosas y surcos ondulantes que caracterizan el estilo desértico, pero hace que te pierdas muchas veces durante el disco y pequen de cierta monotonía. A los antiguos fans de la banda no se decepcionarán, los que pedían algo más allá de “Transmigratión” puede que se queden con cierto sabor agridulce. Yo estoy en un punto intermedio.