Sonidos Del Ayer; Black Pyramid – “S/T” (2009)
Doom Metal
(Meteorcity Records)
En poco más de una semana tendremos el placer de disfrutar de uno de los picos incendiarios del año; la vuelta al ruedo de Black Pyramid tras más de una década de vacío y los inoportunos cambios de alineación tras su último “Adversarial” (reseña aquí).
La vuelta de Andy Bereski me ha hecho retomar los orígenes de este power trío de Boston, cuando aún mantenía esa formación original, con Dave Gein como bajista, Clay Neely como batería, más la definición final y creativa del propio Beresky a la guitarra y voz principal.
Han pasado 15 años desde la intromisión de los de Northampton y este espectacular homónimo estreno lanzado en la primavera del 2009. Ahora, prácticamente a las puertas de este esperado regreso, su vuelta al lado primitivo de la banda creo que es un deber para refrescar las ideas y conocer un poco más el inicio de este sendero que ha llevado a Black Pyramid a ser uno de las autoridades del doom actual más innovador.
Razón de más son sus intromisiones por las inclinaciones tradicionales, unido a esas paredes grasientas de enorme carga de fuzz, cubriendo capa tras capa este monstruo del sonido pesado. Es como si Black Sabbath o Pentagram, se reunieran con hermanos pequeños de la talla de High On Fire o Electric Wizard.
El secreto de este disco y evidentemente del poder de atracción de Black Pyramid, reside en esa afinidad con las melodías y los riffs más aplastantes. Ese mural sónico conlleva una precisa emocionalidad de sus muchos escenarios que transitan en todo “Black Pyramid”. La constante de su rítmica permite cada movimiento como si estuviéramos flotando en un mar de angustia.
Lleno de esos ritmos pulsantes, mención aparte para la capacidad de Andy Beresky no solo en las principales ideas de composición de este álbum, sino esa característica voz que a veces hasta provoca el lamento desesperado del guerrero en medio de la batalla.
Sin duda, Black Pyramid hace una honra con este disco a los pilares centrales del doom y a su vez, entra en ese vórtice psicodélico mostrando una gran habilidad de la banda en esta entrega repleta de solidez y una mayúscula producción que nos permite distinguir a cada uno de sus protagonistas con una gran solvencia.
Hay que contar también con la épica de sus construcciones, cada una llevando el tiempo preciso para poder edificar todo el mensaje de los norteamericanos en este álbum, las historias que se cuentan en él, cargado de vibraciones clásicas al género y con un distinguido sello discográfico como era Meteorcity Records para distribuirlo a través de todo el planeta.
Desde luego, si había algún hueco en el espacio-tiempo de que Black Pyramid cayera sobre nuestras vidas, ese era el año 2009. Su visión por innovar una marca repetida como el doom con el paso de los años, y quizás el mejor filón para disfrutar de su gran pegada. Acordes en su totalidad muy hipnóticos, bajo puentes lentos y pesados.
No hay destripe para el nacimiento de Black Pyramid tiempo atrás, tan solo esa fascinación por sumergirnos a la historia que le vio abrir los ojos ahora que los tenemos a la vuelta de la esquina, me parece una tarea de obligada escucha el fin de semana anterior a su esperada llegada. Vivamos del recuerdo con esta inmortal obra del nuevo milenio, que el tiempo ha sabido poner en el lugar que se merece.
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