Analizamos “Squall”, el último EP de Bunsenburner
Volvemos a indagar en la categoría de discos instrumentales para este 2024, y la impronta de una banda que empiezan a marcar una constante laboriosa en los últimos años; Bunsenburner.
El proyecto alemán liderado por Ben Krahl prosigue esa baza de líneas instrumentales en la medida de la experimentación y divagación por los derroteros más pesados y el dinamismo aportado por este nuevo EP titulado “Squall”.
Tal vez no lo parezca en su número de canciones pero es verdad que en un total de más de 20 minutos, los alemanes saben llevar bien la distribución de este “Squall”, volviendo a usar en sus muchas bifurcaciones ese rasgueo que encapsule todo el contorno sonoro de la banda en su incesante búsqueda.
Todo ello bien condensado con esa gran producción que te produzca el placer auditivo de escuchar una buena base sonora en su rítmica como es el caso de “Dunes” o la algo más ecléctica por su parte en el caso de “Spawn”.
Un buen puñado de canciones empieza a cosechar esta formación de Friburgo tras su estreno en 2022 con “Poise” (reseña aquí) y el posterior y lanzado el pasado año “Rituals” (reseña aquí). En este último incluso esas marcas de riffs tirando por historia del género, daban un semblante más notorio haciendo de su música un estilo con mayor gancho.
De igual manera, este “Squall” hace un resumen perfecto de ambos esbozos. El segmento inicial con las dos partes de “American Dream” llevan esa profundidad característica de los alemanes con ese buque insignia en la matriz del stoner/doom/sludge. Igualmente esa innovación siempre lleva un elemento indispensable para este tipo de productos como mejor pasajero a bordo, la crudeza de su sonido. Esto es algo llevado muy a rajatabla por Bunsenburner y lo hacen especialmente adictivos en su escucha.
Poner sobre la mesa una pista como “Serpents” es posible que la haga una de las completas en todo el tracklist de “Squall”. Es verdad que también aprovecha su mayor duración y como saber llevar la vertiente más concisa de la banda con esos crecimientos iniciales en el que los bellos planos atmosféricos, serpentean en el contorno imaginario de Bunsenburner. Este es otro apartado que puede disfrutarse mucho como nueva ramificación que sale de ese árbol grandioso hacía las muchas inclinaciones del proyecto y pistas como “Chrysalis” lo atestiguan.
Grabado en la intensidad de un solo día, Bunsenburner sigue apuntando maneras o más bien despuntándolas. Su nueva jam session a la que han llevado al formato de vídeo para poder disfrutarlo desde el apartado audiovisual, no tiene desperdicio y en el enfoque propuesto por el líder Ben Krahl y los suyos, vuelve a ofrecer otro ejercicio en el que se impone la amplia gama de estilos entre las columnas de buena distorsión instrumental y los muchos efluvios de los alemanes plasmados en este notable “Squall”, para seguir apuntalando su constante.
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