Escandinavia Desértica (II); Sgt Sunshine – “S/T” (2003)
Stoner Rock / Psychedelic
Llegamos a esta segunda parada de nuestro nuevo ciclo, un entramado de lo mejor del stoner rock a la vieja usanza y sobre todo de esa explosión llevada a cabo en un país como el de Suecia entre los últimos años del siglo XX y los primeros de este milenio.
Muchos de ellos son discos que ya son historia viva de este género y otros, aunque cueste creer, son auténticas alabanzas del estilo arenoso totalmente infravalorados como es el caso de hoy, y el que fuera el estreno de una banda como Sgt Sunshine con este homónimo debut.
Hoy en el segundo volumen de “Escandinavia Desértica”, no solo vamos a mostraros los inicios de una banda como Sgt Sunshine, también desglosaremos este inmenso debut que con el tiempo casi se ha convertido en un disco de culto para los seguidores del estilo musical.
El power trío sueco-cubano, encabeza por las ideas del guitarrista Eduardo Fernández, tiene el campamento base en Suecia, su formación fue en el año 1998 y 5 años más tarde, junto con la grabación de algunas demos entre las que incluían temas como “Vega”, “Sad Song” o “Kosmo-Terra”, de este primer homónimo debut también sacaron otros temas ya cantados en castellanos como “Yerba Para El Dragón”. Muchas de estas maquetas las pueden conseguir en varios recovecos de la plataforma YouTube y muestran sin duda el alma más primitiva de este power trío.
Con el señor Fernández a la cabeza como vocal y guitarrista de la banda, escoltado por el batería Christian Lundberg y el bajista Pär Hallgren, serían estos tres músicos los que fabricaran un trabajo sublime y ambicioso, con un sonido que resquebraja altavoces, un disco para adeptos al stoner más crudo, y sin duda, una delicia para los seguidores del sonido arenoso.
Aún recuerdo que en su día me deje una buena pasta para comprar el disco de segunda mano por internet ya que era bastante jodido para conseguir, pero una vez que lo tienes en tus manos, es darle al play a tu reproductor y saber en que te has gastado la pasta.
El espíritu de Jimi Hendrix se respira desde el primer segundo del álbum, quizás sea por eso que le tengo especial cariño al disco. No hace falta descubrir cuáles son las mayores influencias para un talentoso a las cuerdas como es Eduardo Fernández. Una totalidad de diez canciones para definir un verdadero gran reserva del género musical. Desde la psicodelia que levanta un cañonazo inicial como es “Vega”, donde la banda a los 3 minutos de canción despliega todo su poderío instrumental y ya no baja los brazos hasta final del disco.
Con todo esto, se pasan por picos culminantes del riff como “Mountain Song” o “Kosmo-Terra”, sobre todo esta última son dos grandes canciones en las que por momentos el sonido es tan crudo que puede llegar al universo Nirvana y los pasajes demenciales que se vivían en esa obra llamado “In Utero”.
Fundamental es la aportación al bajo de Pär Hallgren, pocas veces un bajo ha sonado mejor. Los latigazos de este sueco a las cuerdas se mezclan con la distorsión de la guitarra de Eduardo, en un verdader regalo de sonidos que suenan tan caseros pero a la vez tan estruendosos que pareciera haberse fabricado al completo en un solo ensayo en medio de un mar de improvisación. ¿Y que decir “Northern Light”? Pedaleos en los primeros instantes para sacudir las paredes de tu habitación con uno de los mejores riffs del disco.
No todo se canta en inglés, esta banda tiene por costumbre fija cantar siempre algún tema que otro en castellano en sus discos de estudio. El turno aquí es para “Río Rojo” gran gancho que te sube a la estratosfera y comprobar que con esas letras que cantan el viaje de estos 3 personajes, era único a la hora de componer las letras del corte en cuestión.
De todo y para todos tiene “Sgt Sunshine”. No podemos dejar de mencionar la instrumental “Fedra”, es aquí dónde esos aires hendrixianos se elevan al cosmos de Sgt Sunshine, intensa y muy contundente, como todo el disco prácticamente. “Sad Song” una de sus primeras demos, es tan adictiva como rompedora, una de esas canciones que son de puro directo, directo a las cervicales de tu cuerpo.
La psicodelia que contiene el disco tiene su ingrediente vital en la canción final del disco. “Culebra” es otra de esas canciones que al igual que la inicial es una verdadera bestia demoledora que va creciendo poco a poco hasta el estruendoso sonido marcado por el señor riff.
Tanto las marcas a la guitarra por Eduardo, ese bajo omnipresente del señor Hallgren y la perfecta batería de Lundberg, se unen a una magnífica producción auto-editada por ellos mismos que dejan uno de los mejores discos del siglo para los amantes del estilo desértico.
Los que no hayan escuchado este bellezón, están tardando ya que es una de las mejores recomendaciones que le podemos dar para un disco que vale su peso en oro. Lo justo como para meterlo en esta sección. Sublime.