Crimson Stone – «S/T» (2015)
Stoner Rock / Psychedelic
(Nooirax Producciones / La Choza De Doe)
Doce años de existencia lleva Crimson Stone, por antonomasia catalogados como la banda madre del stoner canario y es que fue en el 2003 cuando su frontman Eduardo Salazar decidió crear este proyecto que ya ha tenido algunas demos durante su extensa travesía pero que ve la luz con este homónimo disco reconocido por sus propios integrantes como su primer larga duración.
Desde el stoner hasta el doom, desde el blues hasta la psicodelia, un plato combinado con los mejores gustos musicales que los grancanarios corroboran nuevamente la pegada de sus grandes directos cosechados hasta la fecha para llevarlos a su particular sala de máquinas. Grabado en los estudios Malasangre y masterizado en los estudios Jesiisma por el productor Jesús Mendoza, lo nuevo de Crimson Stone reboza fuerza con contundencia pero por encima de todo, trae el amor de una década como los 90 para plagiarlos en poco más de una hora de duración en este notable trabajo.
Con el adelanto que ofrecimos en nuestro podcast en su tiempo (escuchar aquí) abren los fuegos con su “Revelations Of Caín”. El génesis del homónimo álbum despierta su mayor fuerza arenosa, lo sorprendente es la habilidad que tienen los grancanarios a la hora de ofrecer un fuerte énfasis a la dinámica de sus largas composiciones, vistas en muchos tramos de este disco. Sin duda esta es una de las características más predominantes en el novedoso disco. Largas canciones de siete y ocho minutos que pasan como si durarán tres. “Stoner Knight” trae todo lo que deseas escuchar de ellos en el mejor de sus directos; heavy riffs , segmentos machacones para romperte las cervicales y solos apropiados que entran como anillo al dedo. “Chango Loco” o “Nowhere” te deja todo el sabor del rock pesado más norteamericano, aquellos que más recuerdan por momentos los orígenes del cuarteto de Gran Canaria pero es con “Pessimist Boogie” dónde empezamos a descubrir una de las potencias del trabajo. Como una de las destacadas del LP, Crimson Stone lleva un corte a medio tiempo con un trasfondo heavy blues muy poderoso. Parsimoniosos suben y bajan montañas de decibelios dónde van explotando una y otra vez con un Eduardo Salazar levantando el puño en alza y dando esos arreglos a las seis cuerdas, encargándose de llevar a este pelotón de Marshals adictos a la vieja escuela a cabalgar por el desierto a buen galope.
Con más de 20 minutos en el bolsillo el tramo intermedio del disco deja las piezas más cortas pero también las que van más directo al grano, los verdaderos cañonazos triunfantes de sus próximos directos. “Beelzebufo” o la genial “Herbert West”, en homenaje al personaje de H.P. Lovecraft, son buenos ejemplos a lo anteriormente escrito, las típicas canciones que pondrías en tu Shelby Mustang y darías gas a fondo por las largas rectas de Arizona hasta el amanecer.
Cuando ves que la portada del disco trae un monolito que brilla al dios Sol en el desierto y que en su interior hay un corte que se llama “Overlook” te haces la misma pregunta… ¿Influencias de Stanley Kubrick? A lo mejor esa no sería la pregunta adecuada, la correcta sería… ¿Y quién no las tiene? En fin… esa novena pieza del redondo destapa el tarro de las mejores esencias de Crimson Stone. Posiblemente estemos ante la joya de la corona de todo lo anteriormente facturado por los músicos que firman prácticamente doce minutos que despertaría a las almas moribundas que vagaban por los pasillos del famoso hotel. Aquí es dónde el trance musical de estos tipos alcanza su máximo exponente, cubiertos de densas y pesadas guitarras maridado con todo tipo de detalles en lo más parecido a uno fusión entre Kyuss y Hawkwind. ¿Y qué podemos decir del final? “Earthless Ball” es la guinda de este gran pastel, su forma más memorable y por la que ser recordados, de que el tiempo les ha dado la razón, de que su árida cruzada no ha hecho más que empezar, que tenemos Crimson Stone para rato y este nuevo disco así se muestra. Un largo paso evolutivo por parte de los músicos canarios que tiene con este álbum no solo su mejor cara, también su mejor recompensa.
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