Brume – «Donkey» (2015)
Sludge / Doom Metal / Stoner
Con un impacto súper gratificante en su primera escucha, este trabajo no se podía dejar en el olvido y hacer caso omiso a él. Bastante tiempo después de aquello, me pongo a desmontarlo pieza a pieza para ver si lo que se vaticinó hace meses, llegaría al lugar adecuado o quedaría en un disco más de una banda más. No, no ha sido así, no ocurre de esta forma con este debut de Brume, banda de San Francisco, compuesta por Susie (bajo y voz), Jamie (guitarra) y Jordan (batería). Formación que se mueve entre las atmosferas que pueden marear al stoner, doom, reminiscencias sludge y toques de psicodelia.
“Donkey” se compone de cinco cortes que sobrepasan por poco la media hora, creando entre todos, una barrera sónica densa y envolvente con una única vía de acceso a él. Dicha vía es dejarse llevar desde que se le da al play y empieza “Shadows”, tema de apertura con el que se maravillará y hasta la eclosión final con “Mother Earth”, pieza que cierra la obra. “Shadows” resume a la perfección lo que es Brume, lo que han construido con este disco y las intenciones que desean llevar a cabo desde un escenario, machacar e hipnotizar. Contundencia instrumental y una misteriosa voz, insinuante, capaz de cegarnos los ojos y hacer de nosotros lo que estos se proponga. Un inicio magistral, delicioso, siete minutos que harán las locuras de aquellos/as que disfruten con la diversidad de emociones que una sola canción, su desarrollo, puede obsequiar. La continuación corre a cargo de “Win”, que sigue con la misma contundencia, atmosfera envolvente y, nuevamente, esa voz que engaña para ser abducido y devorado, que la predecesora. “Win” podría decirse que es la hermana gemela del inicio, o la canción dividida en dos, ya que su carga de tensión y emoción no deja respiro o hueco para el no crecimiento del entusiasmo que esta provoca.
Metidos en los tres últimos temas, ‘las canciones de cinco minutos y pico’, y que por un momento corto, muy corto, da lugar a despejar dudas de que lo que se está escuchando es bastante notable, es cuando se coge definitivamente la bifurcación al éxtasis total de este disco “Help Me”, tercer corte, con unas primeras melodías que abarcan toda la extensión de los palos -estilos- que tocan, avanzará sin que seamos conscientes, hasta la increíble explosión de sentimientos con una “Susie” en todo su apogeo y el resto de la banda otorgándose a ellos mismos, pero sobre todo al oyente, los minutos más rotundos del álbum. “Even If Love” es el penúltimo de los temas y en el que se sigue escuchando la misma tónica de todo lo atrás oído. Guitarra, bajo y batería en modo corrosivo y determinante, mientras la vocalista continúa demostrando sus dotes en el micrófono subiendo, bajando, ocultándose, saliendo por más allá… Poderosos y psicodélicos ritmos llevados por riffs y baquetas rompiendo parches, más una preciosa voz, hacen de este tema otro momento álgido. ¡Otro punto más para “Donkey”! Y el debut se cierra con “Mother Earth”, uno de los cortes de ‘cinco minutos y pico’. Aquí, para terminar, el trío hace gala de su creatividad y autoridad y nos deja con el incómodo momento de querer más pero no tener esos minutos disponibles. Es la sensación de quedarse sin postre cuando todo venía siendo sabrosísimo de sonido, pero no, sólo hay que volver al comienzo y volver a devorar tal manjar musical.
La música de Brume junto a su vocalista crean una mezcla perfecta entre sonido y cuerdas vocales. Por momentos, se asimila su estilo y amalgama sonoro al primero de los discos del también trio, pero de Los Ángeles, Marriages, con aquel fantástico “Kitsune”. “Donkey”, sin duda, merece escucharse varias veces, muy detenidamente, porque es un disco que esconde grandes sorpresas.
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