Yuri Gagarin – “At The Center Of All Infinity” (2015)
Psychedelic / Space Rock / Instrumental
Sin duda uno de los atractivos y grandes trabajos esperados que quedaba por destapar este gran 2015 era mirar a las estrellas y entre el cosmos avistar la llegada de Yuri Gagarin con su nueva y segunda obra llamada “At The Center Of All Infinity” y digo esto porque gracias al espectacular debut cosechado hace dos años, la banda levantó ampollas en muchos lados con ese heavy space rock que caracteriza su sonido. Hoy toca vivir un nuevo capítulo por este largo paseo entre nebulosas espaciales.
Supongo que los seguidores de la astronomía recordarán a Yuri Gagarin, el astronauta ruso que en el año 1961 se convirtió en el primer ser humano en saltar al abismo universal en su Vostok 1, como hace unos meses también lo recordó nuestros nacionales Horizon en una de sus piezas con el nombre de la embarcación. En este caso los suecos protagonistas de hoy, deben su nombre, en homenaje al gran cosmonauta de la vecina Rusia.
“At The Center Of All Infinity” son 40 minutos de poesía espacial, Yuri Gagarin no necesita más que ese tiempo para abducirte con sus canciones y llevarte a su propio planeta deshabitado de cualquier rasgo humano. Esta pesada losa instrumental, despega rumbo hacía los confines del universo con “The New Order”, la primera de las seis piezas que compone esta epopeya aventurera y que recoge una espectacular atmosfera desde el primer instante. Las texturas y los paisajes sonoros se abrazan entre sí creando ondulaciones cósmicas y una sensación de ambiente como si oyeras los ecos de otra galaxia mientras flotas por el firmamento estelar. Amén de esos omnipresentes sintetizadores fijos durante todo el trabajo para crear el ambiente idóneo porque es en esos vientos huracanados que suenan de fondo dónde Yuri Gagarin impone su base para crear sobre ella, verdaderas delicias de precisión cristalina, fuzz y distorsión.
El trabajo pone la piel de gallina en todo momento, notas como esa frialdad recorre tu cuerpo con el pasar de los minutos. El esquema musical que ofrece este cosmos deja un misterio que cada vez se va agrandando más y más durante el disco. La primera pieza es una abridor espectacular plagada de elegantes solos, melodías orientales y el traqueteo psicodélico y pesado que será el que lleva la tónica en el resto del disco.
Traspasando la pequeña orbita de Mercurio, el fuego de nuestro gigante se abalanzará sobre ti y las llamas se extenderán en esa tormenta solar que estalla bajo los nombres de “Cluster Of Minds” o “In The Abyss”, piezas que bien puede homenajear la gran estirpe de bandas que han salido de una ciudad como Goteborg, lugar de origen de estos grandes músicos que aquí le rinden todo un obsequio con honores. Pasada la tempestad abrasiva, llega el momento de la reflexión en ese intermedio que lleva el disco llamado “I See No God Up Here”, curioso título que nunca mejor dicho te deja totalmente solo flameando entre la inmensidad.
La canción que lleva el nombre del disco, retoma la fuerza bruta de Yuri Gagarin que se inspira en la misma materia cósmica; riffs de guitarras, mágicos solos, tonos de sintetizadores, extensos pasajes, mejores ritmos y un sinfín de emociones pero es en esta pieza dónde a muchos con la primera escucha del disco pequen de creer que están escuchando siempre lo mismo y se les haga repetitivo. Las diferencias entre cada una de las piezas se irán descubriendo con el número de escuchas y que mejor que cerrar el trabajo con algo grande con un título inmejorable. “Oblivion” es sin duda el punto más culminante de esta gran experiencia extrasensorial, no solo es una de las canciones del año, tampoco es que muchos la bauticen como lo más grande que han compuesto estos genios, lo que verdaderamente radica en este tema, es la agresividad nunca vista de Yuri Gagarin y un teclado inspirador que pone los pelos como escarpia.
Como he dicho en otras ocasiones, este es uno de esos trabajos que viene a desmontarte todas tus listas bien organizadas con lo mejor del año en pleno final de curso pero ese desmorone merece la pena. “At The Center Of All Infinity” te da una liberación únicamente a la altura de su maestría musical de primera línea y una producción excelente, un trabajo que se mantiene en el centro de las fronteras que marquen estilos como el djent o el género instrumental progresivo. Altamente técnicos, los suecos han creado algo único y a su manera han engendrado un subgénero para la especie. Una oferta digna de estar entre lo mejor del año en su categoría instrumental para este virtuoso proyecto distinto al mundo que se expande dentro de la escena del space rock más pesado.
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