Motorpsycho – «Here Be Monsters» (2016)
Psychedelic Rock / Progressive
Si hay una banda en este planeta que se deba a sus seguidores esa no es otra que Motorpsycho. Más de 25 años desde la creación de esta supernova que han traído la friolera de hasta 20 trabajos de estudio de forma tan magnánima. Son muy pocas las bandas que puedan presumir del largo y excelente bagaje que puedan tener la formación de la noruega Trondheim.
Posiblemente como un disco TOP dentro de los esperados en este 2016, Motorpsycho regresa con su vigésimo álbum de estudio llamado “Here Be Monsters”, una nueva colección de elementos menos intrincados que sus anteriores obras pero sin perderse dentro de esa esfera musical que los caracteriza como su sello personal. El nuevo disco sentó los primeros fundamentos en el recital en directo que dio Motorpsycho en el Museo Teknisk (Oslo) dentro de la celebración de su centenario. De aquí salió buena parte del material descargado en directo por parte de la propia banda. A esto hay que sumarle la contribución de Stäle Storlokken, el músico jazzista se convierte en una de las atracciones del trabajo y enorme colaboración. En un principio, ese directo en el mencionado museo no contaban aún con las aportaciones que podía dejar el teclista y esperaron un tiempo más tarde para la fabricación íntegra de “Here Be Monsters”.
Nuevamente las influencias del trabajo recogen todo un abanico que se abre y extiende dentro de ese universo de fantasía musical. Una de las que yo más caracterizo, son las referencias a H.P. Lovecraft en la pieza “Spin, Spin, Spin” llena de dulzura y cálida psicodelia que te transporta al movimiento hippie de los 60. Dicho esto, tampoco podemos olvidar la larga huella que dejó en esta casa su hasta ahora último trabajo llamado “Behind The Sun” (reseña aquí) y de esto se puede recoger bastante en “Lacuna/Sunrise”, un mayúsculo viaje dividido en dos actos dónde pueden mostrar lo mejor de Pink Floyd o la exquisitez y el tecnicismo de un grande como Mark Knopfler en sus mejores Dire Straits. Todo florece este jardín de setas alucinógenas y flores multicolor de Motorpsycho, incluso el canturreo de Bent te arropa con ese aura de suspense que siempre levantan todas las piezas de estos genios.
Momentos para la sección instrumental de la banda que muestra su lado más creativo, otra vez, y juguetón en “Running With Scissors”. Nuevamente esa amalgama de armonías vuelve a salir a la palestra llenando el frasco de segmentos acústicos y térmicos solos, muy acordes con su emblemática discografía. “I.M.S” es una de mis favoritas y también la que más puede recordar la contundencia de “Behind The Sun”. Los intensos momentos psicodélicos vuelven a recobrar fuerza en la música de Motorpsycho y a cambio, estos vanguardistas te lo devuelven con algunos riffs en bucle llenos de la máxima acidez más concentrada. Toda una travesía hasta el universo de los 60 y regreso hasta el presente. Inmejorables.
Por mucho que no queramos el final del disco llega antes de lo previsto pero para la ocasión Motorpsycho nos brindan con un regalo auditivo de más de 17 minutos llamado “Big Black Dog”, la épica clausura en una larga recolección de tristes guitarras, duales voces melódicas y toda una paranoia descendiente entre sintetizadores que son los primeros en tomar la delantera dentro del caos que minutos después se te vienen encima, y que sin duda, se convierten en el respaldo que apuntala la fuerza instrumental de la banda en este final de álbum. Nuevamente las contribuciones de Storlokken a las teclas son de imaginaria, quién da forma al sonido en general de esta pieza maestra reconstruyendo de nuevo este rompecabezas y allanando el camino para la entrada una vez más de las guitarras que terminan abduciéndote a través de esos hipnóticos patrones.
Realmente el disco te deja con ganas de más porque de las siete canciones que completan el trabajo, son cinco en las que verdaderamente actúan de lleno la banda y lo redondea todo en esos 45 minutos totales que no de ser por la longitud de su última pieza estaríamos hablando casi de un EP. Puede ser una pequeña queja para los más minimalistas, pero eso no es ningún problema porque Motorpsycho han vuelto haciendo lo que mejor saben hacer y proporcionando, otra vez, un nuevo enfoque dentro de sus complejas composiciones.
Es un cambio ligero y un tanto diferente, pero apenas pasa en balde cuando hablamos, no solo de una banda de recursos, capaces de reducir un universo de psicodelia en un par de minutos de pura magia auditiva, sino de todo un referente que desde que aquel “Heavy Metal Fruit” revitalizará su carrera, han pasado los últimos 5 años mostrando un firmamento lleno de sorpresas, todas ellas siempre positivas por las que encumbrar los grandes que son estos músicos. Puede que no abarquen la extensión de sus dos trabajos anteriores, pero lo que tocan los noruegos lo convierten en oro y “Here Be Monsters” es otro capítulo más para escribir dentro de su leyenda como héroes de la psicodelia contemporánea.