Son Of A Witch – «Thrones In The Sky» (2016)
Stoner / Doom Metal
Formados en 2008 en la localidad de Natal en Brasil tuvieron que pasar varios años en el anonimato hasta que, producto de su furiosa forma de ver e interpretar el rock, que su nombre comenzó a resonar en su país natal. Originalmente compuestos por Space Ghost (guitarra), King Lizzard (voz), Felipe (batería) y Adriano (bajo), se han sucedido varios cambios de formación, con la adhesión de Asteroid Mammoth en batería, Bong Monkey en bajo más la incorporación de Gila Monster como segundo guitarrista, graban su debut EP con 3 canciones comenzando un gran itinerario de presentaciones en clubes, bares y festivales de las ciudades cercanas.
En 2014, reciben la invitación de la productora Abraxas de Rio de Janeiro para grabar su álbum debut en el Estudio Superfuzz. Ese mismo año realizan su primera gira a Río de Janeiro y Sao Paulo incluyendo una participación en el Exhale the Sound Festival de Belo Horizonte.
Unos de los últimos cambios fue la salida de su guitarrista original Space Ghost siendo reemplazado por Psychedelic Monk. Con esta formación lanzaron en diciembre de 2015 el sencillo «Jupiter Cosmonaut», una canción de 15 minutos de doom espacial que anticipó la salida de su larga duración «Thrones in the Sky”, disco con 5 canciones en una coproducciónn de Abraxas/Grand Magus sumándose, además, al line-up de Abraxas Festival 2015 junto a Kadavar, Monster Coyote y Muñoz.
“Thrones in the Sky” es una bestial mezcla de stoner y doom con mucho groove, un disco con el que los brasileños se presentan al mundo y con ganas de comérselo a pedazos, una vorágine de riffs y ejecuciones monolíticas que no hacen más que provocar convulsiones cerebrales. Un disco que está hecho para ponerlo con los volúmenes a tope y repasarlo una y otra ve hasta el éxtasis.
El tema que da nombre al trabajo abre el disco mostrando los dientes desde el primer segundo, unos riffs escuela Iommi que penetra agudamente por tu cabeza hasta hacerte delirar de placer, breves instantes y comienzan a caer cambios de ritmos y la voz de King Lizzard muy en la línea de Pepper Keenan. Aceleraciones y breaks, un in-crescendo de intensidad que lo van convirtiendo en un corte breve para los 10 minutos que dura, absolutamente impresionante.
Si algo queda de ti después del primer corte, “Alpha Omega Astra” termina de demolerte a ritmo denso y brumoso, no se puede creer lo que suena Son of a Witch, una locura de gargantuescos riffs aplastantes como losas que cae en tu espalda, una capacidad para hacerte devorar los largos minutos de cada corte, son sólo 5 temas para casi una hora de abrumadoras ejecuciones. “Alpha Omega Astra” te mete en una espiral de guitarras escuela Corrosion of Conformity cargadas de grooves y esa limpia pero corrosiva voz de King vuelve a apoderarse de forma notable en el climax del corte. Minuto 6 y te apedrean la cara con los mejores riffs del disco y luego, sin aviso, se van a un melódico y psicodélico final, luciendo un altísimo nivel y capacidades técnicas ilimitadas. “Away From Dreaming (Giant Spheres and Humanoids)” es un tema rescatado de su EP de ritmo lento y cósmico, un inconmensurable viaje astral, afinado con los bajos a tope y el fuzz que se apodera de todo. Cada ciertos minutos, vuelven esos riffs escalofriantes, ese sonido que logró Down en su debut se repite una y otra vez, lo que más impresiona es lo adictivo que se puede transformar este disco, temas infinitos pero que vuelan en tus oídos, los cambios y pesadez van mermando tus capacidades cognitivas a punta de puñaladas de ácidos y retorcidos riffs.
Cualquier cosa puede pasar de aquí en adelante, puede que el disco decaiga o suba en decibeles, no lo sé, lo que sí puedo asegurar que habiendo transcurrido la primera media hora escuchando a Son of a Witch ya no se puedo controlar el pulso, tengo un vaivén incontrolable en el cuello que se retuerce con cada acorde.
“New Monster” te sigue zamarreando con un ritmo medio incansable con un paisajismo psicodélico inagotable, solos de guitarras de perfecta ejecución y ese coro “I believe they are burning my way” que se reitera y se hace común durante la duración de un encarnizado tema. Ya con el alma en un hilo te cae encima “Jupiter Cosmonaut”, los 15 minutos más alucinantes que he tenido este año, una verdadera joya cósmica y trip de aquellos sagrados, eso que quedan grabados a sangre, para siempre, el bajo saturado y los parlantes que vibran con las afinaciones bajas. Malditos Sleep y su influencia que ha dejado mella en estos chicos, doom supraterrenal, etéreo, pausado pero de un peso planetario, la oscuridad del universo infinito y un soundtrack colosal, un himno celestial. El poderío de Júpiter y su inquebrantable lealtad al dios Sol.
Son of a Witch ha sacrificado muchas cosas, ha tenido que dejar integrantes en su camino, ha tenido que ver como el tiempo y el espacio flotan sobre si, pero como sólo el cosmos es infinito el tiempo de ellos ha llegado. Han registrado un disco soberbio, de peso sobrecogedor, alucinante en sus espaciales y drónicas ambientaciones, una criatura celestial recubierta con ese halo que sólo colosos como Black Sabbath o Sleep han sabido crear, bendecidos por el todopoderoso de los riffs espaciales, crudos y lacónicos. Son of a Witch han venido para escupirte a la cara uno de los discos más subyugantes del año.