Crónica Tyler Bryant & The Shakedown (Moby Dick, Madrid)
AC/DC es una banda que forma parte de la historia de cualquier rockero que se precie de serlo y ahora más que nunca está en boca de todos a raíz de la cansina polémica del fichaje de Axl Rose como sustituto para su actual gira del carismático y en la actualidad inhabilitado para desarrollar su labor vocal Brian Johnson, sucesor del inimitable Bon Scott desde el fallecimiento de éste allá por 1980. No seré yo quien aproveche este espacio que tan amablemente me ceden para alimentar una polémica que se ha salido de madre y de la que ha vertido su opinión hasta el cardenal de Burgos. Tengo mi visión del asunto pero me la guardo para mí, que bastante se ha hablado ya del temita. Pero si hay algo en lo que los australianos jamás se han equivocado es a la hora de escoger las bandas teloneras para sus giras. Y digo escoger, porque como el propio Tyler Bryant comentó durante la actuación, cuando estás en tu casa tan tranquilo y recibes una llamada para salir de gira con ese grupo, no puedes más que levantar el culo del sofá y salir pitando de rodillas si hace falta a dónde te digan. Para prueba tres botones de las últimas giras de las huestes de Angus Young: The Answer, Vintage Trouble y los protagonistas de hoy, Tyler Bryant & The Shakedown. Total ná, que diría un castizo. Juntar más calidad en unos teloneros es difícil de ver.
Dada la edad de los mozos y los días que se necesitan para el montaje del escenario y toda la parafernalia que llevan consigo, hay varios días libres entre concierto y concierto y esa circunstancia es aprovechada por los compañeros de Tyler Bryant para realizar eventos propios en otras ciudades y salas reducidas. Es obvio que son culo de mal asiento y que les aburre soberanamente estarse quietos, como también señaló en un momento concreto del show. Afortunadamente, una de las ciudades elegidas para estos conciertos semi-clandestinos fue Madrid, aunque supongo que el promotor tuvo buena, si no toda, culpa de ello. A estos promotores habrá que agradecerles de por vida la ocasión de poder presenciar no solo la primera visita a España de estos jovenzuelos, sino sobre todo el que los que allí estuvimos nos guardemos una historia de abuelo cebolleta más que poder contar a nuestros nietos: “Yo vi a Tyler Bryant & The Shakedown en una sala pequeña cuando no los conocía ni Cristo”. Porque apuntan maneras, porque tienen todos los mimbres, porque no son una promesa sino una realidad ya presente y lo único que les puede separar de un futuro prometedor es alguna de esas inesperadas piedras en el camino con las que muchas bandas han tenido la desgracia de tropezar.
Originarios de Nashville es fácil deducir los derroteros por los que camina su música, pero consiguen ir más allá de lo obvio y eso es seguramente lo que les añade la originalidad que los distingue de otras muchas bandas similares. Más allá de tener ancladas sus raíces en el blues más clasicote de la cuenca del Mississippi, lo complementan con sus buenas dosis de hard rock e incluso tintes psicodélicos en ocasiones, llevándoles a temas de largo desarrollo en los que el protagonista evidente es Tyler Bryant y su guitarra, pero en los que también hay cabida para sus “Shakedown”. Con tan solo un disco de larga duración a sus espaldas, “Wild Child”, y su último EP de seis canciones “The Wayside” se llevaron de calle a los asistentes, pocos para los que se merecerían pero cierto es que unos cuantos más de los que uno suele estar acostumbrado a compartir sala. El tirón de la banda madre australiana es innegable y es probable que bastantes acudieran al calor de su regazo, pero estos cuatro tipos se valen por sí solos para levantar en volandas al público y convertir una anodina noche de miércoles en una fiesta de rock and roll. Una buena señal de que no todo está perdido es que a pesar de que la media de edad de los asistentes era considerable, justo a mi lado había unos chavales que no solo disfrutaron como gorrinos sino cantaban las letras de los temas de memoria.
El propio Tyler Bryant hacía referencia en una de las escasas pausas que hicieron entre temas para comentar algo que me resulta curioso y es la proliferación reciente de publicaciones de EP’s, no ya solamente de bandas que empiezan (donde quizás el asunto tenga mucho más sentido) sino también de bandas ya consagradas. Él mismo se quejó amargamente de que su propio último EP fuera eso, un EP, porque ellos tienen canciones compuestas para aburrir, y le echó la culpa en este caso a la industria discográfica americana, que ya no arriesga lo más mínimo. Bueno, en este punto amigo Tyler, podemos extender ese ejemplo al mundo mundial. Supongo que a nivel económico es mucho más asequible sacar un EP que un disco completo, y no te digo nada ya si es la propia banda principiante la que tiene que financiárselo de su bolsillo. Vivimos tiempos amargos para los compradores de discos, porque a mí al menos, y lo digo desde la mayor de las humildades, no me convencen demasiado los EP’s, básicamente porque me da por saco que me encante una banda y apenas pueda disfrutar de un puñado de canciones cuando el listado podría ser mucho más largo y el resultado mucho más apetecible. Pero entiendo perfectamente el trasfondo que hay detrás y que lleva (o más bien obliga) a los grupos a la publicación cada vez más habitual de ese formato. Divagando que es gerundio. Basta ya, volvamos a la realidad.
Saltaron a escena a cañonazos empalmando tres temas sin solución de continuidad para dejar clarinete por dónde iban los tiros. Y qué tiros, mon dieu. “Weak & Weepin´”, “Criminal Imagination” y “House on Fire”, tres temas como tres soles y ya nos tenían rendiditos a sus pies. Porque aunque estos temas fueran más típicos del hard blues más de la escuela tradicional, a partir de aquí desgranaron temas no solo ya publicados sino también nuevos, en los que se adentran en terrenos más pantanosos, bajando al lodo a buscar la inspiración que sin duda encuentran para conseguir temas tan redondos como “House That Jack Built”, “Wash Me Holy” o uno de esos temas nuevos denominado “Aftershock”. Tyler Bryant encabeza con una buena voz pero especialmente con una maestría excelsa a la hora de tocar la guitarra con su insultante juventud, un cuarteto no menos joven y no menos competente, en el que destaca tanto por su labor a la percusión como por su presencia escénica, Caleb Crosby, un tipo que es un auténtico espectáculo en sí mismo. Graham Whitford no es un simple guitarra comparsa de Bryant, sino que alterna solos con él también y mientras no está en ello, se deshace en riffs que acompañan a la perfección el liderazgo principal. En una labor mucho más oscura, más por timidez que por falta de habilidad a la hora de tocar su instrumento, el bajista Noah Denney llena con sus acordes esos densos parajes blueseros que protagonizan la noche.
Dos momentos destacados de la velada fueron la interpretación de “Lipstick Wonder Woman”, momento en que el cachondo Crosboy aprovecha para agarrar un enorme tambor y bajarse del escenario para tocarlo entre el público, no tardando mucho el propio Bryant en unírsele para deleite de los que les rodeábamos. Una muestra más de lo que adoran tocar en vivo y de la cercanía y simpatía que transmitieron en todo momento durante su actuación. Esa sonrisa constante en la cara no es solamente un signo inequívoco de que disfrutas con lo que haces, sino que sirve como correa de transmisión para que el público asistente se sume a tu culto. Perdí la cuenta del número de veces que dieron las gracias a los que allí estábamos, porque como dijo el propio Tyler, esperaban encontrarse con una sala desierta y terminaron por ofrecer un extraordinario concierto en el que el segundo momento a tener en cuenta fue la siempre efectiva versión del clásico “Got My Mojo Working”, popularizado por el grandioso y nunca suficientemente reivindicado Muddy Waters. Efectiva siempre y cuando la pongas en las manos de cuatro caballeros como los que teníamos delante, que no cualquiera puede hacerse con las riendas de semejante monstruosidad de tema.
Gran noche en definitiva la que nos proporcionaron estos jóvenes norteamericanos y esperemos que no quede el asunto en agua de borrajas y en futuras visitas lo hagan en el marco de salas más grandes y con más público. Lo merecen, de verdad de la buena.
Vídeos Tyler Bryant & The Shakedown;
Crónica: Jorge Iván Delgado López
Fotos: No Mondays Promotions
Vídeos: Jorge Iván Delgado López
Promotoras: Noise On Tour
Sala: Moby Dick
Fecha: 11-05-2016