Brant Bjork – «Tao Of The Devil» (2016)
Stoner Rock
Para un tipo que se ha mamado él solito hasta casi 20 trabajos de estudios en diferentes bandas como Kyuss, Fu Manchu, Ché o sus proyectos en solitario, es indudable que estemos ante uno de los principales iconos del género arenoso. Solo que el sello que deja el señor Bjork, sobre todo el de sus proyectos en solitario no ha sido precisamente el de esa entrega masiva de riffs densos como marcaron sus principios en Kyuss. Con Ché y su único “Sounds Of Liberation” (reseña aquí), ya empezamos a avistar que el groove y los ritmos más pegadizos es lo que marca el sutil stoner de este trotamundos de Palm Desert enfocándose más en la vertiente setentera.
Su predecesor “Black Flower Power” dio buenas dosis de ello, como toda la música fabricada por el artista en este nuevo milenio y en este año, con el respaldo por vez primera del sello austríaco Napalm Records, “Tao Of The Devil” es su nueva oferta para los seguidores del sonido arenoso.
Su regreso en poco menos de 2 años también es el más lento de sus últimos discos. O tal vez, lento no sea la palabra, pero si es verdad que el ritmo impuesto en “Black Flower Power” trae un trabajo mucho más frenético, aquí el groove es el que marca las pautas y se hace adictivo en muchas partes del mismo con canciones como “The Greeheen” o “Humble Pie” llevando ese asalto inconfundible conducido por una estupenda sección rítmica al trote de los mejores riffs que alcanzan hasta la estupenda “Stackt”, tan perezosa y juguetona que te obligará a darle unas repetidas escuchas.
Las grasientas líneas de bajo que marca este “Tao Of The Devil” es uno de los puntos más destacados del redondo. El ambiente es sucio, ARENOSO, como marcan las leyes del género y de eso, la experiencia del señor Bjork es sin duda el mejor norte que tenemos. Alabanzas como “Luvin’”, trayendo las armonías más propias del artista a principios del milenio o “Dave’s War”, uno de los primeros adelantos, y otra de las destacadas del disco, llevan hasta lo más alto las melodías de este nuevo redondo. El stoner’n’roll que emana esta fantástica pieza lleva su extensión en esos 9 minutos que se intercalan a través de una cálida sección intermedia llena de un bello dinamismo y el espíritu de los mejores y más volados Kyuss que asaltan nuestras mentes para inundarnos de nostalgia.
El final del disco está a la altura de las expectativas, la canción que lleva el nombre del álbum trae ese ramalazo blues excelente dónde esas líneas atmosféricas resumen a la perfección el acogedor ambiente que plasma un “Tao Of The Devil” que se asienta a la perfección a la discografía mostrada en todo este tiempo por el señor Bjork. Otro viaje más a los profundos confines del desierto a cargo de una de las pocas personalidades que quedan dentro de este género que sigue fiel a su vieja estirpe.