Clásicos Del Género: Stone Temple Pilots – «Core» (1992)
(Atlantic Records)
Como uno de los contemporáneos dentro esa camada de bandas suscitadas del explosivo grunge que reinaba en los primeros años de los 90, Stone Temple Pilots fue una de las que llegó más tarde a su época de nacimiento, pero no por eso quita que con discos como este “Core” que traemos hoy a nuestros “Clásicos Del Género”, no fuera todo un pináculo de ese estilo, siendo en este 2017, cuando se cumplen 25 años de su lanzamiento original. Una fecha redonda para contaros un poco sobre los umbrales de Stone Temple Pilots.
Son muchas las anécdotas que recorren lo que en un principio unía las vidas del tristemente desaparecido, Scott Weiland y Robert DeLeo. Conocidos en su primer encuentro en un concierto de la banda Black Flag en California, dándose cuenta ambos de que estaban saliendo con la misma pareja. Esta es una de ellas, la otra también puede ser la cantidad de nombres por las que paso este proyecto antes de llamarse definitivamente Stone Temple Pilots. Desde Mighty Joe Young, pasando por Shirley Temple’s Pussy, Stereo Temple Pirates o Stinky Toilet Paper, y todo esto por su empeño de llevar las siglas STP, gracias a su gusto por el logotipo de STP Motor Oil Company.
Anécdotas a un lado, fue precisamente este “Core”, el que marcó el camino a llevar por este cuarteto inmortal que completarían en aquel 1992 el señor Eric Kretz a la batería y el hermano del bajista Robert, Dean DeLeo a la guitarra.
“Core” fue producido por Brendan O’Brien al que se le oye al final de “Wet My Bed” para un disco que se grabó en poco más de un mes. Resulta curioso, que esta joyita del rock alternativo, plagado de himnos para la historia del género, tuviera una consecución tan rápida. Aunque no todo fue vinos y rosas, el debut de Stone Temple Pilots tuvo opiniones dispares entre la crítica, pero es verdad que solo el paso de los años, lo ha colocado como un gran reserva de su especie.
Muchos lo colocaron a la cola de los Alice In Chains, Soundgarden, Pearl Jam o Nirvana, de hecho Stone Temple Pilots, siempre ha quedado en segundo plano si situamos al frente a las bandas que emergieron antes, llegando a algunos a tildarlos de aprovecharse de las ventajas de la que las bandas de la escena de Seattle habían empleado algunos años atrás, dentro del origen del género en cuestión.
Riff lentos y metódicos se esparcen entre las sombrías letras y melancolías que arrastre un estilo como el grunge. Desde la inicial “Dead & Bloated”, hasta el primero de sus singles, “Sex Type Thing”, corrompido por las críticas sobre la violación que a las letras se refiere y a lo que los Stone Temple Pilots, siempre ha reconocido como el caso contrario; anti-violación, pero eso no quita que sea en esta pieza dónde empecemos a notar influencias zeppelianas en las composiciones de los californianos gracias a esos peculiares riffs. Entrando en materia con las piezas maestras del disco, yo diría que la trilogía compuesta por “Wicked Garden”, “Creep” y “Plush”, denotan con fuerza de la pasta que estaban hechos Stone Temple Pilots. Pistas que destacarían en su posterior discografía y candidatas fijas en sus muchos directos. La voz de Weiland es soberbia, llenando de melodías todas las texturas de la banda, convirtiéndolas en éxitos para las emisoras de radio de aquellos tiempos y con una estructuras de acordes inspiradas en muchas canciones por la cabeza pensante de este proyecto; Robert DeLeo.
Aquí se iniciará el legado de unos “segundones de lujo” en la escena alternativa de los 90, dónde el tiempo les ha quitado esa etiqueta para colocarlos en el panteón de las grandes leyendas. La voz de Weiland sigue sonando con fuerza desde el primer día de aquel ilustre 29 de Septiembre de 1992, que saliera este disco a las calles y ahora, un cuarto de siglo después y con el mítico frontman bajo tierra, resuena en esta 235 como algo único que le da un sentido a la adolescencia de muchos, viendo como estos Stone Temple Pilots, girarían con el devenir de los años por movimientos más astutos y luchando codo con codo, con gigantes tanto de la escena como del rock internacional en todas sus vertientes. Contra viento y marea, la tropa de Weiland y los hermanos DeLeo, escribieron con letras de oro otro disco clave en los 90, este “Core”, el núcleo de sus vidas musicales dónde encontraron la mayor de sus inspiraciones.