Crónica Sonic Blast Moledo 2017 – “Jornada II”; El gran día. Poco descanso y mucho grupazo

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La aventura continúa en un caluroso sábado de verano en Moledo. Después del denso día anterior, el Sonic Blast tiene preparada una conjugación apoteósica de bandas en su segunda jornada. Van a confluir en el “main stage” formaciones que llevan años trabajando su sonido y que han logrado hacerse un nombre dentro de la escena internacional. Hoy asume el protagonismo el stoner y la psicodelia. Si bien el sonido del día anterior fue espeso y oscuro, el sábado torna arrollador.

Todo empieza en el “pool stage”. Abre la jornada Ana Paris, banda que se encargó en la pasada edición de psicodelizar el “warm-up” sobre la terraza del Paredao. Sonido carretero, Fu Manchu en las entrañas, potente stoner con buena dosis de wah wah. Un comienzo más que necesario para despertar a la oleada zombi que va llegando al recinto. Sin embargo, tampoco se iba a forzar demasiado la máquina, y el “pool stage” se vuelve espacial con los regresados Vinnum Sabbathi. Cayendo a ritmos más pesados y secciones atrapantes, el grupo mejicano pudo desplegar su “Gravity Works” (reseña aquí), publicado este mismo año después de un largo silencio. Un musical enteógeno que continúa a base de sludge firmado por los portugueses Löbo, en un césped que se está quedando pequeño para acoger a todos los blasters en esta edición de sold-out. Quizá el próximo año podrían optar por solapar conciertos en ambos escenarios, para poder repartir un poco la cantidad de gente. Desde Los Angeles, Blaak Heat serían en mi opinión, una banda que bien podría haber expuesto su obra en el escenario principal. Una maravilla que sienta las bases de su propuesta en sonidos arabescos, en un revestimiento de tonalidades oscuras sobre las dunas de sus desarrollos progresivos. El juego de intensidades les permite explorar secciones predominantes de baterías stoner metal, y otras en las que la atmósfera se vuelve étnica, implicando contraste en sus temas con sonidos de Oriente Medio muy genuinos. Calificado en la prensa internacional como “demasiado bueno para ser verdad” y contando con el productor nominado al grammy de Slayer, Monster Magnet y Deftones, la riqueza musical de Blaak Heat es flipante. Hablaremos más de ellos después de escucharles de mano de Nooirax Producciones el próximo 6 de Septiembre en Madrid (evento aquí), que no será la única fecha que dejarán por España. Tras esta exposición de gusto tan sofisticado, arramplaron en el escenario los Toxic Shock. Quizá la banda que menos podía encajar en el Sonic Blast Moledo 2017, por su propuesta punk, thrashera, los más macarras. Una explosión de energía que sacudió el recinto piscinero y puso a botar a buena parte del personal. La voz de Toxic Shock rugía, como un uruk-hai sobre el escenario entre una instrumentación enérgica. Poseyó a sus fans que se subieron al escenario, se abrió una ceja posiblemente golpeándose con el micro, y saltó desde una torre de sonido a la piscina. sasquatch-live-band_opt¡Esencia punk! Death Alley, un grupo que acompaña últimamente los tours de los alemanes Kadavar, y que se definen a sí mismos como proto-punk con insinuaciones psicodélicas. Sonido rockanrollero que pretende a todos los públicos de la escena, con devoción intrínseca a Led Zeppelin, despide hasta el año siguiente el “pool stage”.

Sasquatch pisa con fuerza el escenario principal, la primera actuación entra al ring y pone a su público contra las cuerdas. Grupo guitarrero estadounidense con una vigorosa discografía, pulida con los años y coronados en la crítica con su último trabajo “Maneuvers” (reseña aquí), desempeñaron una apertura potente. Un sonido muy orientado hacia Soundgarden, traslación stonerizada de los de Seattle. Recital con una serie de temas con poca oscilación, en un estado firme de potencia propulsada.

Hay gente que dice que ha visto varias veces ya a The Machine, y que la actuación en el Sonic Blast ha sido la mejor. Tuve la ocasión de “verlos” en el Madrid Stoner Fest 2016 (crónica aquí), enfrentando a un sinfín de contratiempos que resultaron una decepcionante visita a la capital española. Es aquí, sobre el escenario de Moledo, donde los holandeses tenían un perfecto escenario para liberar sus instrumentales de sonido desértico. Melodías que brotan de unos Queens of the Stone Age muy tempranos, en desarrollos largos y desérticos. Aún así The Machine no lograron someterme a los encantos de unos temas que suenan astrales en estudio, quedando lejos de ser la banda que me abrió dimensiones en cuanto a psicodelia stoner se refiere, sin haber pecado de una mala ejecución.

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El gobierno del doom en esta edición no decae, y en la segunda jornada  serían los Acid King, la banda que hiciese representación. Compactaron todo el sonido en un sentido minimalista de doom, la antítesis de bolas de sonidos graves como Monolord o Elder. Sus canciones se sustentan en raíz de hard rock, con pentatónicas cubiertas de titánicas distorsiones y bajos repletos de fuzz. Un gigante que alcanza tallas de otros exponentes del género como Conan o Pentagram, nos conduce hacia robustos riffs a tempos lentos que recuerdan a Melvins, Electric Wizard y Sleep. Acid King asumió un trono en Moledo que sólo podría conceder aquel público más fanático del doom.

Pero de una manera prácticamente unánime, el pedestal prominente de esta edición de Sonic Blast lleva el nombre de Colour Haze. Se desenredó la fantasía alemana, canciones que eran los himnos de una nueva era de consciencia elevada. Una revolución espiritual en las manos del trío de Múnich, en una expresión de psicodelia setentera. Llegan además con una nueva obra de su trayectoria, “In Her Garden” (reseña aquí). Excelente desempeño de sus tres integrantes, demostrando que su carrera precursora de esta nueva ola es un indudable must para cualquier amante de la escena. Despejaron mi mente y mi cuerpo con sus temas, destacando la preciosa “Aquamaria”. Me pareció ver una nube en el cielo con la cara de Jimi Hendrix sonriendo durante su concierto. ¡Increíbles!

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Y si a alguien le había sabido poco el tremendo concierto de Colour Haze, llegaron Orange Goblin arremetiendo con un sobresaliente directo. Función de manufactura norteamericana, saben como armar un bolo que se te quede grabado en la memoria. Un frontman que supo cómo conectar con su público, y con su banda, a la que se veía ensamblada en un mecanismo de heavy metal muy stoner. Este Sonic Blast podría caracterizarse por la cantidad de pogos que han habido frente al escenario, acentuándose con Orange Goblin, animadores de masas. Aún así, tampoco había muy buen rollo en los pits que se formaban… Por desgracia, sobraron bastantes imbéciles con gestos violentos fuera de lugar, ensañamientos poco amistosos, y empujones malintencionados a aquellos que hacían de base en el crowd surfing. Un crowd surfing que es de destacar en esta edición por lo excesivo que me resultó, y en cierta parte, puede ser comprensible que un par de zapatillazos en la cara de más de uno fuesen motivo de ese mal rollo. Sea como fuere, en Orange Goblin hubo hasta una wall of death como no podría ser de otro modo en una colección tan tremenda de temas. Nos regalaron el tesoro de “Time Travelling Blues”, amuleto de cualquier amante del stoner. Orange Goblin pasa de Moledo dejando claro que su show es impecable.

dead-witches-live-band_optLa corpulenta evolución en la segunda jornada del festival toma su forma final cerrando con el carácter de la edición. Mucho público dio por finalizado el Sonic Blast 2017 con Orange Goblin, a una banda de terminar definitivamente. Dead Witches supuso una libidinosa despedida, una lujuria diabólica sobre sonido de aquelarre. Esta banda recién coloca su primer disco “Ouija” en la estantería, en un marco doom viscoso dentro de las trayectorias de sus integrantes. No supo calibrar bien su actuación, ante un público que ya no quería ni pedía más movimiento. Su frontwoman, también miembro de Psychedelic Witchcraft, arengaba a sus masas oscuras, en vano, ya habían sido las almas liberadas en los Goblin. Así que nos ofreció un concierto con contorsiones sensuales, a ritmo de una batería comandada por Mark Greening, ex-miembro de Electric Wizard. Dead Witches deben pulir mucho su sonido para estar a la altura de las bandas que les preceden. Su sonido en directo dista pecaminosamente de lo que he escuchado en “Ouija”. Me resultaron aburridos, aún con una puesta de escena hipnotizante.

Concluye el Sonic Blast Moledo 2017, festival único, consagrado a la escena, que se atribuye las cualidades de buena organización, estupenda programación, paraíso en la playa a precios baratos. Una experiencia inevitable en la estación veraniega, veneración suprema a la melomanía oscura, y una grieta de música auténtica y alternativa por la que esfumarse un par de días al año.

 

Crónica: Aston Wirz

Fotos: Káiron Vinicius

Fecha: 12-08-2017

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