Mother Engine – «Hangar»; Un navío espacial hacía las estrellas…

mother-engine-hangarPsychedelic / Progressive / Stoner Rock / Instrumental

(Heavy Psych Sounds)

 

El índice de creatividad para una banda crece de manera acelerada cuando no hay voces que les guíen hacía el norte del mismo, es justo en ese momento, sin una voz cantante que les marque unas pautas a seguir, salta el lado más improvisado de un artista.

Esto se ha visto en muchos casos y la calidad del producto, si nos regimos al páramo psicodélico, guarda sus mejores versiones en los países centro-europeos. Son muchas las formaciones de esta calaña instrumental dónde apenas hay cantos o simplemente son totalmente instrumentales, ceñidas a los largos segmentos de la mayor de las improvisaciones, dónde sus composiciones se extienden por todo un disco, dando todo un ejemplo de destreza, concentración y sobre todo, talento.

The Machine, Rotor, Sungrazer, Colour Haze, Papir, Mythic Sunship, Rotor, todos ellos claros patrones de enfundarse bajo ese árbol de rock progresivo/psicodélico, otros también lo llaman “psych stoner” debido a la contundencia de sus riffs, y ese trasfondo desértico que siempre forman como enclave para su temática. Evidentemente todo esto queda confirmado, cuando muchas de ellas son de las formaciones favoritas del siempre prestigioso, exclusivo y particular evento al que muchos desean asistir algún día, el Duna Jam Festival.

Siguiendo esta senda de bandas instigadoras al denominado género, hoy nos conduce a hablar de uno de los proyectos que dará que hablar y mucho en lo que queda de 2017, Mother Engine. Artistas alemanes directos desde el este del país centro-europeo, nativos de la ciudad de Plauen, que el pasado 30 de Septiembre lanzaron a través de Heavy Psych Sounds, el tercero de sus discos, “Hangar”.

Desde mi punto de vista y casi que valiendo como spoiler para todo lo que se nos vendrá encima durante la segunda quincena de Diciembre, momento en que los grandes ganadores del curso saldrán a la palestra, este “Hangar” está llamado a ser uno de esos integrantes en las valerosas listas. Son pocos los discos instrumentales que puedan equivaler a su fuerza y dinámica, visto lo visto este año en esa categoría. Y es que viendo lo que queda, parece que las 4 canciones que custodian su tercer LP, no solo son una mayor evolución en el desarrollo de la banda, también guardan una de las mejores exquisiteces progresivas escuchadas en los últimos años.

Parece que Mother Engine, después de ser vanagloriados con su segundo “Absturz” del 2015, sigue llevando esa capacidad demoledora en sus canciones para convertir las escuchas de sus discos, en toda una maravillosa travesía. Precisamente justo dónde acabó la última “Hangar” que cerraba su álbum predecesor, empieza como título en esta nueva aventura.

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A pesar de ser su tercer disco, “Hangar” se convierte en el álbum más elaborado hasta la fecha para Mother Engine. Dos años han tardado en construir estas 4 canciones marcando un ritmo progresivo tremendo, llevándote en esa profundidad característica de ellos a través de esa historia ficticia que nos embarcan en su nuevo viaje hacía el cosmos. El imaginario mundo de estos 3 componentes, abre sus puertas a su maravilloso hangar de prestaciones. Este cuento nos remonta a un planeta remoto dónde se inicia el prototipo de esta próxima nave en construir. “Prototyp” es la encargada de abrir el baile, con un crescendo sutil, podemos ver como la maquinaria va trabajando en la idónea ambientación impuesta en los instantes iniciales del álbum. Los empujes en la guitarra va subiendo los decibelios poco a poco, llevando esa progresión melódica de una manera paulatinamente hacía arriba. “Biospirit” digamos que es el combustible necesario para que esta monada despliegue sus alas. Una forma diferente para Mother Engine de liberar energías, con esa asociación entre los riffs stoner que aparecen al final. Esta segunda pieza tiene en la figura de Christian Dressel (bajista) como uno de los protagonistas principales, su aportación es fantástica, notoria en sus poco más de 18 minutos y guía perfecta para esa explosión final por parte de Chris Trautenbach en las guitarras. “Tokamak” no solo es la más larga del disco, también es dónde el impulso dinámico de la banda, abre su abanico de ideas para brindarnos una de las mejores rarezas instrumentales, que bien vale por sí sola la adquisición de este LP. “Tokamak” es de esas piezas que vemos como se llenan las células de combustible, rumbos a partir hacía un nuevo mundo, dónde esos aceleradores de partículas empiezan a subir en nuestro cuadro de navegación y podemos notar, más propio a un movimiento sísmico, el maravilloso poder que los alemanes han creado. Con cierto guiño jazzístico, valga la expresión, nuevamente comandada por una sección rítmica bastante notable, muy correcto Cornelius Grünet en los parches, se mueve por unos terrenos más exóticos en sus primeros tramos, siendo los momentos más freneticos del final, dónde conjugan con una bella atmosfera melódica que entra en un delicioso bucle, rendidos a uno de los grandes momentos del disco. Un breve interludio nos dice, que la tercera pieza no ha acabado sin antes adentrarnos en un nuevo tirabuzón, esta vez mucho más grave y portentoso. “Weihe-Leerlauf” es otra de las singularidades de “Hangar”, confirmando una cara B mucho más original, dentro de las insólitas composiciones de estos Mother Engine. Esta culminación hace que toda la labor de la banda desde el inicio de la historia, obtenga ahora sus frutos, despegamos surcando las nubes de la atmosfera que nos rodea, en lo que yo considero la gran “jam session” del álbum, dónde Mother Engine se manifiestan como todos unos artífices de la mejor de las espontaneidades y sacando a flote toda esa naturaleza musical de ellos. Tanto Cornelius como como Christian, mantiene ese pulso constante en la sala de máquinas, mientras Chris nos lleva hacía el abismo negro universal, directos a la conquista de un nuevo astro.

“Hangar” roza los 80 minutos de duración perfecta, estimulante, uno de los exclusivos en la categoría instrumental para este 2017 y que muy pocos le harán sombra. Cuatro canciones que marcan diferentes molduras dónde ajustarse en este nuevo navío dispuesto a zarpar de su depósito para conocer lugares inhóspitos. Un disco mucho más épico que cualquiera de sus predecesores, dónde ese lado más pegadizo en sus composiciones, aquí desaparece para dar paso a la profundidad más ingenua de Mother Engine, y quedando así como su obra más personal hasta la fecha, con una de las mejores declaraciones instrumentales escuchadas en los últimos años.

 

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