Gin Lady – «Electric Earth» (2017)

gin-lady-electric-earthPsychedelic / Southern Rock

(Kozmik Artifactz)

 

Publicado el pasado mes de Septiembre y con un poco de retraso, nos adentramos en las tripas del cuarto trabajo de los suecos Gin Lady. Si la banda ha navegado desde sus inicios allá por el año 2012 por la aguas del rock clásico setentero, en esta ocasión dan un paso más allá y profundizan en las raíces del sonido americano, con unos temas que bien nos podrían recordar a bandas de la costa oeste, pero desde una faceta menos ácida. Un sonido más amable, que coquetea en muchos momentos con la música sureña.

Dejando en cierta media de lado el crudo sonido de sus comienzos, nos presentan un disco más calmado, más pulido, menos macarra. Un disco en el que amplian su concepto a otros estilos musicales sin perder su esencia.

Publicado bajo el prestigioso sello Kozmik Artifactz, abren su trabajo con “Flower People”.  Un tema lleno de efluvios hippies, siempre desde su lado más cordial. Con el excelente sonido de la guitarra de Joakim Karlsson, presente en todos los cortes del disco, con exuberantes armonías, así como diferentes registros que van desde el country, el blues y el rock más tradicional. Le arropan sutilmente las voces de Magnus Karnebro , Fredrik Normark a la batería,  y Anthon Johansson al bajo, más algún teclado ocasional.

Los sonidos de finales de los sesenta que pululaban por la California del verano del amor, se reflejan en este primer corte, a modo de himno, celebrando la paz y el amor. Un estribillo que después de la segunda escucha tararearas con suma facilidad.

Si en la apertura nos indican el camino, en el segundo de los temas, “I’m Your Friend”, nos lo señalan claramente. Cabalgando a lomos de sus acordes hacia el sur, con sonidos que bien podrían recordarnos a Crosby, Stills & Nash, Eagles, o el propio Bob Dylan, nos llenan de esa brisa country revoloteando en el ambiente, siempre guiados por la guitarra de Joakim y las dulces voces que para la ocasión nos muestra Magnus, cual trovador de la route 66 en busca de su meta musical. Aires folk, acompañados de acordes acústicos y custodiados solos de slide-guitar surcan la carretera, alejándose de la aspereza de sus inicios, la banda explora más los sonidos de la América profunda.

Partiendo desde la Costa Este, se van adentrando de la mano de sus composiciones, hacia el sur. “Badger Boogie”, suena a local de carretera: Cerveza y humo en el ambiente. Dejes de Duane Allman, sobre medios tiempos que coquetean con el blues, hacen un tema muy completo. La fase más calmada del disco viene de la mano de “Brothers Of The Canyon”. Como si de Joe Walsh se tratara en esta ocasión, el tránsito por los caminos del country rock es evidente, con destacado solo de guitarra que le da un aire más sureño si cabe, custodiado por el órgano en este momento.

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Música americana en estado puro,  alejándose del sonido hard setentero de una gran parte de las bandas suecas que cultivan el género, o de sus propios inicios, mucho más rudos. Demuestran una importante maduración, sin perder un ápice de calidad.

Los hirientes solos de guitarra, y el registro vocal más ácido, conviven en “Mercy” con un soft rock típico de la mitad de los setenta en el medio oeste americano. Bandas como Marshall Tucker Band, o incluso Poco nos vienen a la cabeza en estos momentos. Armonías vocales bien estructuradas, con una sólida base de órgano y buenos punteos de guitarra.

Como si se tratara de una composición de The Band, en la época en la que acompañaba a Bob Dylan, o como si fuera un tema compuesto por Tom Petty,  “Rolling Thunder” y sus agradables melodías nos trasladan a la base de un rock más sutil, a aquellos momentos dorados de la música americana. No es demasiado habitual estos escarceos musicales en formaciones contemporáneas, quizás de ahí su frescura, y soplo de aire limpio y puro.

El rock and roll más clásico y auténtico tiene su presencia en “Water And Sunshine”, recordándonos el punto de partida musical que tuvo la banda en sus inicios. Buenos riffs a modo de estribillo y excelentes voces. Estas últimas, menos dulces que el resto del álbum.

La sutileza de la primera parte del disco desaparece de alguna manera según vas avanzando en la audición del mismo. A veces parece que la banda sonara de una forma demasiado obvia a determinadas bandas, como antes he mencionado. A título de ejemplo, el sonido que nos recuerda a McCartney queda de manifiesto en el tema que cierra el trabajo “Running No More”. Una balada con suaves voces, y una orquestación donde el órgano tiene todo el protagonismo, como si de una composición sesentera del de Liverpool se tratara, con unos coros melódicos hasta el infinito.

Después de escuchar el álbum, uno puede hacerse la pregunta…. ¿Ha cambiado la banda? ¿Se ha hecho mayor? Ya no suena tan dura! La lectura que creo que debemos hacer es tan simple como que las bandas evolucionan, y con el paso de los discos van asentándose, cuidando más la música, abarcando más espectro musical sin cerrarse a un único estilo. Evidentemente, este disco no entrará fácilmente en los amantes de los sonidos más pesados, pero seguro que para muchos les servirá para abrir su oído musical a otros ecos sonoros. Otros estilos, que no por distintos o más suaves, han de ser peores. He de reconocer que yo mismo, cuando hice mi primera escucha, quedé un poco defraudado, y esperaba otra cosa, pero es justo reconocer que tras varias audiciones he sacado jugo a un disco bien hecho, y con una producción impecable.

 

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Un comentario

  • Excelente descubrimiento!!! Me habían hablado muy bien de la banda y la verdad me ha sorprendido muy gratamente.

    Excellent discovery! I had been told very well about the band and the truth has surprised me very pleasantly.

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