Three Seasons – “Things Change”; La madurez como carta de presentación…
(HeadSpin Records / Transubstans Records)
Que mejor forma de presentación que la que la propia banda hace en su web: “En los últimos años, Three Seasons, se han dado a conocer como uno de los actos más emocionantes en la escena del blues rock psicodélico. El trabajo anterior de la banda se basó en melodías atmosféricas, arreglos intricados, con músicos interpretando el órgano Hammond o instrumentos de música tradicional sueca. Los tres discos anteriores ha tenido buena repercusión entre público y crítica, los que conlleva varios discos agotados, buenos puestos en las lista de éxitos, reseñas y premios de “Disco del año”. Pero aun habiendo sido exitoso este enfoque, la banda no se conforma con esto. Las cosas cambian, y en lugar de vivir de los logros del pasado, el nuevo trabajo constituye una renovación en el sonido de la banda. La música se mueve hacia un poderoso power trio, con Sartez Faraj (voz y guitarra), Olle Risberg (bajo), a los que se ha unido el batería Thomas Broman (ex Glen Hughes, John Norum, Michael Schenker, etc…).
Con esta presentación, poco más podemos añadir, pero al menos, vamos a intentarlo escudriñando en el interior de sus surcos. Un trabajo grabado en Real Music Studio y mezclado en Cosmos. El cuarto álbum de los suecos Three Seasons, después de tres años en el dique seco, es una buena noticia para los amantes del hard rock stentero.
Nueve temas en los que arropados por grandísimos pasajes de guitarra, se visten de banda setentera, con canciones de medios tiempos, blues, toques funky, y un inequívoco hard rock que cautivará a los amantes del género. Suspense y energía a partes iguales. Registros vocales evocadores de David Coverdale, ofrecer un producto apto para los más exquisitos gourmets.
“Been Gone” abre ese paseo musical por el siglo pasado, deteniéndose en sus momentos más gloriosos. Enérgico desde las primeras notas, una trepidante batería sube el telón para que nuestros oídos se empapen de voces purplelianas, con buenos riffs de guitarra, siempre cuidando la melodía. Toda una locomotora rítmica que arrastra los vagones de la banda con paso firme.
Cuidada producción suavizada por unos solos de guitarra, que van transformándose con una sutileza y profesionalidad impecables. El boogie-blues tiene su momento a través de los surcos de “Something You Can’t Have”. Como si de los propios Free o Bad Company se tratara, los ritmos contenidos calientan suavemente la composición, sin perder ese sentimiento que su vocalista logra trasmitir en un ejercicio de versatilidad, consiguiendo tornar la línea que parecía tener el tema, dotándolo de las curvas necesarias para que el paseo sea ameno y variado.
Las distorsiones abren “Things Change”. Con un registro vocal arropado por ritmos de funk rock, la proclama de su título queda patente. Hirientes solos de guitarra inciden en nuestros oídos, modulados por una voz, en unas exploraciones que sirven de perfecto contrapunto.
Durante todo el trabajo las armonías vocales tienen un protagonismo muy importante. La guía que necesita la música salida de sus instrumentos, para modularla y dirigirla a distintos terrenos del espectro compositivo. Sentimiento puro, sobre la contundente base rítmica blusera, con repetitivos riffs, recordándonos por momentos a los citados Free. Aires místicos que no permiten que el oyente se distraiga. Eso se palpa en “Trust Me”, donde a través de un buen ejercicio de modulación vocal, los cálidos ritmos, van tornándose ásperos a orden de batería, con unos trazos de funky, sutilmente incorporados. Esta es otra de las características de “Things Change”, su sutileza.
Sin perder un ápice de fuerza en la composición sonora, la banda juega con los registros más diversos acoplándolos a su sonido sin trauma alguno. “Set Me Free Again” conjuga perfectamente los riffs hard retro con los toques bluseros y especialmente funky. Con registros vocales que se asemejan al propio Paul Rodgers, o que construyen una ameno collage. El stoner blues hace acto de presencia con los acordes de “Break Down, Star Over”, siempre bajo un alma setentera, llenan de frescura desgarradora el tema a base de una brillante combinación de ritmo y contrapuntos en forma de solos de guitarra. Unos riffs que se van afilando, para mutar cuando la situación lo requiere. Registros más heavies aparecen en “I Don’t Need Nothing More”, y esa voz que ahora nos recuerda a David Coverdale, ondulándose hacia terrenos más psicodélicos, para resurgir con fuerza y volver a decaer según avanza el tema. “Are You Surprised?” denota una esencia Purple en sus notas. Manteniendo la tensión, a base de efectivos riffs que se vuelven sutiles y enigmáticos en beneficio de la voz, elevando su tono al ritmo que ella de la misma manera. Coros que da paso a garra y fuerza para relajarse hasta extremos insospechados. Nuevamente la versatilidad y los pasajes enigmáticos, hacen acto de presencia.
Tres cuartos de hora después “So Far Away” cierra el disco, habiéndonos dejado un buen sabor de boca. Después del repaso que la banda hace a los sonidos setenteros, atravesando vastos territorios que ya han sido explorados por muchas bandas, pero que no nos hacen desistir de seguir recorriendo ese camino. Los suecos conocen bien las curvas con las que se encuentran y saben cómo sortearlas, modulando sus registros según la ruta que se han marcado. Evocadora nostalgia la mostrada en éste bello cierre.
Es muy probable que, como titulan su disco, las cosas hayan cambiado para ellos, algo que es de agradecer para el oyente, que aun sabiendo cual es la fórmula que practican Three Seasons es una receta muy apetecible y bien cocinada.
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