Arc Of Ascent – The Higher Key (2012)

Después de su espectacular debut hace dos años llamado «Circle Of The Sun», los neozelandeses Arc Of Ascent han vuelto con «The Higher Key» ofreciéndonos una buena dosis de rock intenso, con un sonido mas potente que «Circle Of The Sun» y desarrollando una tormenta de riffs pesados y solos, que acompañan una sección rítmica simple y fuerte.

La formación con base en Hamilton (Nueva Zelanda), la componen el multi-instrumentalista Craig Williamson que canta toca el bajo, y otros instrumentos como el teclado. Sandy Schaare se encarga de las labores de la guitarra mientras que John Strange maneja la percusión.

Grabado en los estudios Clostridium Records, el trabajo arranca con «Celestial Altar», desplegando toda su furia y llenándonos de potentes riffs, que se mezclarían con los de Kyuss o Black Sabbath. Otras canciones que siguen el mismo patrón son «Redemption», «Land Of Tides» o «Elemental Kingdom», citando este último como un castigador ejercicio que nos muestra el infierno mas pesado a la guitarra. 

La banda también explora su vena psicodélica muy bien, algo que siempre ha sido un gran cortesía por parte de Craig Williamson mostrándolo en el corte «Search For Liberation», dándonos una hermosa sinfonía psicodélica y juntandose con la traca final llamada «Through The Rays Of Infinity», recordando sobre todo dicha canción a un antiguo proyecto del señor Williamson llamado Lamp Of The Universe.

Como toda banda de este género, el surrealismo y el alma mas espiritual vienen acorde con sus letras, dándonos ese necesario chute que te llevará a la atmósfera de sus composiciones. La voz puede que no sea la más sobresaliente, pero encaja perfectamente en la banda y es lo suficientemente versátil para el sonido potente que descargan. Esta mezcla de psicodelia y riffs salvajes nunca deja de sorprenderme, y esta banda lo hace de una manera muy competente. Señalo desde aquí, y a mi gusto particular, los cortes «The Celestial Altar» y «Search For Liberation» como los mejores del disco. Aún así, para los incondicionales del estilo que destilan los neozelandeses probablemente no va a encontrar un solo defecto en este disco. Sin duda, un gran paso hacia adelante.