Black Woods – «The Strange Crow»
Psychedelic / Blues Rock
Bajo el cálido ambiente que se puede escuchar en el rock más seductor de bandas norteamericanas como All Them Witches o Dwellers, hoy traemos el perfecto ejemplo en su versión europea. Psych rock con tintes blues para estos franceses llamados Black Woods.
En unas palabras con el frontman de la banda, nos cuenta que este trío compuesto por el propio cantante y guitarrista, Alex a la batería y Christophe en las labores de la banjola, uke, armónica, proviene de la localidad de Besançon, al este de la región francesa. Su música ofrece un templado blues rock psicodélico que te podría llevar a los tiempos de Nick Cave & The Bad Seeds, los mismos The Black Angels o los últimos discos de un gigante como Johnny Cash.
La aportación a los micros que pueden dejar tanto Pierre como Christophe recuerda mucho a las voces sombrías que cantaban muchas figuras clásicas y el universo que suele rodear a este tipo de géneros. No faltan a las cita los continuos slide guitar, partes de armónicas y esos ritmos hipnóticos que hacen de la música de Black Woods, todo un hechizo listo para descubrir.
Aparte de los ya nombrados, la banda cita en sus influencias a otras formaciones como The Doors, Wilco, Wovenhand, Led Zeppelin o Pavement. Los galos lanzaron su debut “Wandering” hace poco más de un año. En el pasado mes de Septiembre el single que inicia este nuevo disco llamado “The Name Blues”, ofrecía el primer adelanto para lo que iba a ser la continuación de ese primer disco. “The Strange Crow” se convierte en el segundo disco de estudio para los franceses destilando una marca mucho más pulida, un rock mucho más campechano y la memoria de llevar un estilo que traza una constante como si estuvieras en la vena de cualquiera de los grandes discos del bueno de Neil Young.
La primera “The Name Blues” nos da una calurosa acogida de un modo más tajante, un stoner algo sutil pero contundente, en sus minutos finales pueden recordar mucho a los barbudos de Texas. Con “Black Forest” empezamos a entrar en materia, el modus operandi de Black Woods entra en escena derrochando unas maneras con clase y mucha personalidad. Música celestial cuidada meticulosamente con un gusto exquisito. Los siete minutos que abarcan el tema dejan los primeros slides y la exasperada voz de Pierre sedienta del buen brebaje mágico de Mississippi.
Cuando el exuberante y seductor estilo que dejan los primeros discos de Bob Dylan o los del mencionado compositor canadiense, el resultado podría ser algo parecido a “So Sorry” y esas primeras armónicas que nos ofrece Christophe para darle un sabor más americano al tema. “A Long Holiday” plasma uno de los blues del disco, más denso y machacón que hará que te empieces a cuestionar si verdaderamente estos chicos están empezando en este negocio o llevan 20 años en el mundillo.
Los muchachos de La Rodia prosiguen esta expedición blusera con “Crazy Horse” moviéndose de una manera más divertida. Alex a los tambores marca el paso del tema a ritmo de redobles, con la guitarra acústica de fondo dándole un clímax mucho más agradecido. “Her Mother And I” es el otro pasaje acústico bastante evocador que sirve de entrante para la misteriosa “Bad Lies”, corte mucho más improvisado que a la postre para muchos puede resultar hasta prescindible.
“Strange Crow” pierde algo de fuelle en la cara B del álbum, alguna nota negativa tenía que tener pero la verdad es que con las primeras canciones el listón queda bastante alto dejando una versión de Black Woods bastante alentadora. Es la propia canción “Strange Crow” la que lleva ese sonido más tormentoso hasta que poco a poco se va desvaneciendo y esperar a su final con “Keep Quiet” y esa nueva lección de banjola que nos deja Christophe.
Tenemos un disco bastante detallista, cierto que se podía haber sacado mucho más pero también es verdad que es el segundo disco para estos chicos franceses y cuando escuchas una primera parte de función tan buena, te puedes creer lo que quieras de ellos de ahora en adelante. Tal vez la nota más positiva sea esa dupla compuesta entre Pierre y Christophe que dejan los mejores momentos del disco pero ante todo, hay que reconocer que estamos ante un álbum bastante notable.
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