Clásicos Del Género: Danzig – «S/T» (1988)
Heavy Metal / Blues Rock
(Def American Records)
Dicen que los 80 fue una época que un género como el heavy metal se pulió de una manera más evolucionada, dónde el glam cogía la esencia del rock de la época para convertirla en algo extravagante y característico para muchas bandas, incluso fuera de las fronteras musicales hasta nuestro siempre querido celuloide, escribió con letras de oro los guiones que salían de Hollywood y dio lugar al comienzo de muchas sagas prolíficas que ganarían un peso incalculable con el tiempo. Lo que nadie se preguntaría es… ¿Quién coño es Glenn Danzig? He aquí el grave error ya que el mismo vocalista lo cantaría en su propio debut y es sencillo: Not Of This World!
Tocando una década como las de los 80 en la que nos hemos adentramos con el extravagante frontman de Nueva Jersey y los suyos para hacernos recordar en 1988, un año antes de la fundación de la mítica banda, que un debut como el suyo recordaría a un conjunto como Danzig por ser uno de esos dónde su combinación musical es lo que realmente le daba su potencial.
Después de haber pasado por grupos recordados como Misfits y no tantos como Samhain, Glenn decidió reclutar a Eerie Von (bajo), John Christ (guitarra) y Chuck Biscuits (batería) para la contribución de su propia banda llamada Danzig. De hecho, la simple escucha de este disco se convierte en el descubrimiento de un sonido mucho más refinado, una mejor producción (Rick Rubin) y todo moviéndose con la tecnología que podía aportar una época como la que había en los últimos años de los 80.
El estilo lírico oscuro que siempre caracteriza al bueno de Glenn tiene su forma transparente de verse en toda la discografía que ocupa el espectro de Danzig. Una carrera musical bastante notable como notables pueden ser los blues que dejan muchos momentos en este álbum debut. Eso es lo que tienen este tipo de bandas creativas que logran crear una experiencia agradable y constante con cada escucha que se le dé al disco.
Danzig es la perfecta culminación que se cultivó a finales de los 70 cuando Glenn se mataba a porrazos con Misfits, pero ese retro-canturreo que tenía el vocalista hacía de él algo especial y recordado, una mezcla entre el hijo bastardo del más que valorado Elvis o el demencial Jim Morrison. Esos gritos peculiares del neoyorquino no han hecho más que convertirse en uno de los aullidos más reconocibles dentro del mundo del rock. Un tipo fornido luciendo su gran cantidad de tatuajes y quemaduras de segundo grado, fácil de reconocer.
Mientras que el punk algo cursi que ofrecía Misfits se sumaría al cierto tono oscuro que ofrecería el cantante en Samhain, eran con Danzig dónde se cerraba el círculo y todo se hacía negro como el azabache. Desde su portada, las canciones, la ropa que ellos vestían o la propia visión que tenía el álbum reflejada en sus letras.
El debut de la banda se convertiría en un símbolo pionero para muchas bandas venideras que cantarían en sus letras a temáticas como la tortura inhumana o la destrucción masiva sobre todo en las del género más extremo como el death metal. La seducción definitiva para el grupo neoyorquino se basa en el amor por los demonios, el lado oscuro y las referencias a un anti-Dios, lo que a la postre convertiría al bueno de Glenn en otro agente de Satanás.
Como el mejor de su discografía, pocas veces un grupo suele hacer que su propio sonido suene considerablemente menos pesados de lo que son y en esto tiene buena parte de culpa el mítico productor Rick Rubin, quién decidió con una gran producción mantener la sonoridad del álbum lo más simple y refinada posible. Dos años antes, este productor lo había bordado con una de las leyendas del thrash metal como fue “Reign In Blood” y en “Danzig” no es para menos. La guitarra de John Christ suena como tiene que sonar, perfecta. El bajo de Eerie Von forma la base adecuada con la percusión marcada por Chuck Biscuits, haciendo que el conjunto completo combine esa irresistible seducción que reverbera en su música.
Su fusión del rock más duro con el blues deja el imaginario de Danzig como una de las tantas novelas de vampiros de Anne Rice en su versión más erótica. ¿Canciones? Las que quieras… Desde los riffs memorables que dejan las eternas “Not Of This World” o “Soul On Fire”, firmas auténticas de la banda como es el single “Twist Of Cain”, una canción que desvela una forma diferente de escuchar el hard rock de finales de los 80 y otras como “Am I Demon” o “The Hunter” que rayan a la hipnótica abriéndose camino por esos riffs rudimentarios. Esto es solo un pequeño resumen de lo que podemos encontrar en este homónimo debut del que tampoco podemos olvidar la inmortal “Mother” uno de los himnos más reconocidos de la legendaria banda o el genial blues que se marcan en “She Rides” prolongando el estilismo de Danzig.
Todo un paso adelante en la carrera musical de Glenn con respecto a su anterior era en Misfits. Un álbum de calidad, siendo desde mi punto de vista, el mejor hasta la fecha del conjunto convirtiéndose con cada escucha en una aventura constante e interesante de principio a fin. Da igual si eres del lado del rock o del metal, todo buen amante de ambos estilos debe ser instado a escuchar este gran “Clásico Del Género”.