“Master Of Reality”; la definición de Black Sabbath celebra su 50 cumpleaños
Era prácticamente inevitable que la semana no acabará así y más sabiendo que el pasado miércoles, la que muchos consideran la biblia del heavy metal, “Master Of Reality”, el tercer álbum de estudio de Black Sabbath, cumplía 50 años.
A partir de aquí, y entre gustos y favoritismos del respetable, el orden de cuál es mejor puede intercambiarse en la sagrada primera tetralogía de esta banda. Unos creen que es “Paranoid”, otros consideran la revelación de su homónimo debut y mientras son muchos los que creen que “Vol. 4” es su culminación sonora, desde mi punto de vista, este “Master Of Reality” sería quién sentaría las bases de su sonido eternamente influyente.
Es verdad, hoy viernes toca revivir una nueva entrada en nuestros “Ecos De Sabbath” y que mejor que hacerlo con este grandioso homenaje que también pueden entrar tanto en los “Clásicos Del Género”, así como en los propios “Homenajes”. Que son 50 años y que se dicen muy rápido, pero hay legiones de bandas atrás y un legado infinito que del género heavy metal sería huérfano o posiblemente inexistente de no ser por la huella dejada por las eternas huestes de Birmingham.
Tampoco quiero alardear de estas últimas palabras, nunca he sido muy partidario de la suposiciones, para mí son la madre de los metepatas, pero si darle un significado a la aparición, la influencia y sobre todo la figura que supuso Black Sabbath, desde todos sus enfoques.
La importancia en el devenir del género para con “Master Of Reality” están ahí, no solo contiene los primeros himnos de batalla que hoy en día son los más recordados de la banda, sino que su oscuridad a la vez que su pesadez son sus principales condicionantes en comparativa con el monólogo ofrecido el año anterior, en 1970, con el lanzamiento de “Black Sabbath” y “Paranoid”. Las reediciones de este disco han sido innumerables, razón de su gran número de ventas y más allá del culto dedicado al súper ventas “Paranoid”, tocada definir ese sonido para conseguirlo y definirlo lo que tiempo después se consideraría el estilo primario de Black Sabbath en “Master Of Reality”.
Con permiso de “Vincebus Eruptum” de Blue Cheer, “Master Of Reality” era todo un adelantado a su tiempo, un trabajo que perfectamente sentaría las bases de los que 20 años después llevaría revoluciones a las vertientes pesadas, desde el desierto del Palm Desert con el stoner, o el subsuelo de Seattle con el grunge. Puro músculo para la consagración de su estilo y con la revolución llevada a cabo por los propios Blue Cheer, King Crimson, el mismo Jimi Hendrix entre decenas de ejemplos que ya se esconden dentro del eterno underground, Black Sabbath perfeccionaron el heavy metal y la hicieron suya bajo el semblante más pesado.
Esa tos seca que daba paso al narcotismo histórico de “Sweet Leaf” a la progresiva y enriquecedora pista que es “After Forever”, pasaría el testigo a la oscuridad de “Master Of Reality”. Está ahí y se debate en cortes como “Orchid” o “Solitude”, mientras que la garra de “Children Of The Grave” o “Into The Void” empezaban a escribir con letras de oro la leyenda Tony Iommi, bajo un mástil que remodelaba a su manera tras su lesión en los dedos sufrida por el propio guitarrista años atrás. Igualmente pegadiza a estas dos se posiciona rápidamente “Lord Of This World”, un tema bastante religioso para aquellos protestantes de pegatina que calificaban a una banda como Black Sabbath con tendencias al satanismo.
La presencia de Iommi es clave en “Master Of Reality”, es definitivamente su explosión como guitarrista, el mismo se encargaría de la producción completa en el posterior “Vol. 4”, pero más allá de todo esto, es en la composición de “Master Of Reality” dónde consigue el momento de su concepción, cargada de intensos riffs y con la maldad que caracterizaba a Black Sabbath, más oscura y perversa que nunca.
No hay dos sin tres pensarían las eternas huestes de Birmingham por aquel 1971 cuando fabricaron “Master Of Reality”, la coronación de un pedazo de bajista como Geezer Butler y la innovación definitiva de unos Black Sabbath que mostraban que su evolución no había hecho más que empezar, y que después de haber hecho historia con sus dos primeros lanzamientos, tocaba demostrar su largo alarde de recursos, y lo que significarían estos para el resto de sus alumnos. Poco más que añadir, cojan sus cuadernos y bolígrafos y dadle al play, la clase está a punto de empezar.