Crónica Doctor Doom + Soleburn (Fun House, Madrid)
Tarde nubosa, gris, desapacible y para más INRI aderezada con el azucarado y baboso trasfondo del día de los enamorados. ¿Algo para combatir semejante panorama? La respuesta es sencilla: concierto de los franceses Doctor Doom más el añadido de los estatales Soleburn. Con ganas de que el antídoto funcionase nos dirigimos a la sala Fun House, en dónde están empezando a celebrarse eventos de este estilo y que para audiencias reducidas como desgraciadamente suele ser tónica habitual en estos géneros en la capital, supone un soplo de aire fresco, porque no solamente cuenta con un escenario elevado que permite una visibilidad perfecta desde cualquier ángulo sino que además nos deleita con un sonido más que potente y adecuado para un local de sus características. Nada podía salir mal y a buena fe que así resultó al final.
El aperitivo lo constituía el quinteto de Guadalajara Soleburn, al que sinceramente reconozco desconocía por completo y que para sorpresa y sobre todo deleite del personal, resultaron ser una apuesta ganadora. Esta banda mixta, compuesta por tres mujeres y dos hombres, o casi me atrevería a decir tres chicas y dos chicos por lo reducido de su edad, acabaron ofreciendo un concierto no solamente digno sino más que atrayente. Con tan solo un tema disponible en la red, o al menos que yo haya podido encontrar, se hacía difícil a priori imaginarse los derroteros por los que discurriría su propuesta, aunque desde luego era una buena carta de presentación. Ese “Keep going” que circula por el ciberespacio siendo un buen tema, no es sino una mínima prueba de lo que son capaces de ofrecer estos chavales y chavalas.
Espero que no se me ofendan si tienen la oportunidad de leer esta reseña por referirme a ellos en estos términos pero es que como uno peina canas ya y tenía una mochila de conciertos encima cuando ellos aún eran proyectos en las mentes de sus progenitores, me sale sin querer. Y es que además su juventud fue lo que más me sorprendió cuando presencié sus 40 minutos de actuación, porque el nivel que poseen cada uno de sus componentes es digno de alabar en comparación con la edad que se gastan las amigas y amigos. Con presencia femenina a la voz, destacó la labor a las guitarras de un dúo mixto, pero para mi gusto (y que esto no suponga menoscabo alguno al resto) especialmente su base rítmica. Un bajista espectacular tocando su instrumento sin púa, como debe ser según mi única e intransferible opinión y una batería que me dejó K.O. Más aún cuando anunciaron que era su primer concierto con ellos. Si no recuerdo mal creo que dijeron que se llamaba Nerea. Hija mía, no busques más, ya tienes un brillante futuro por delante con tu instrumento.
Una banda que ya en su primer tema incluye fragmentos electrificados de un tema como “Ecstasy Of Gold” del maestro Ennio Morricone te está dejando claro desde el comienzo que aquello no va a ser un relleno prescindible. Me atraparon con ese gancho y a partir de entonces no me soltaron, con un repertorio de temas en los que si bien la voz está presente, es su aspecto puramente instrumental lo más destacable. Si a eso le sumas la buena aportación de su vocalista cuando toca y su labor a los teclados para darle mayor profundidad a su música, ¿qué más puedes pedir? Pues que sigan adelante y que ojalá logren abrirse camino en el cada vez más difícil panorama musical de este país y no te cuento ya en un estilo como el suyo. Felicidades chicos y chicas y a no venirse abajo por piedras que seguro os encontraréis en el camino. Si con vuestra edad ya sois capaces de ofrecer lo visto la noche del domingo, os queda mucho por aportar. Y todavía hay listos de la Puebla por ahí diciendo que no hay relevos. En fin…
Con apenas quince minutos de diferencia comenzaba el concierto de los vecinos de frontera Doctor Doom. Ya había tenido la ocasión de verles hace un par de años en el Desertfest de Berlín. En aquella ocasión no contaban más que con algún adelanto online de su quehacer y ni siquiera eso había escuchado antes de ver su actuación allí. Tocaban en el escenario pequeño y fueron una de las primeras bandas en actuar ese día. A pesar de no ser la mejor de las situaciones, salieron más que airosos del asunto y su nombre se me grabó en la mente, porque ya entonces me sorprendieron sobremanera. Por todo ello, la cita de anoche era imprescindible.
Aún recuerdo que desde mi ignorancia en aquel entonces y con un nombre tan potente como Doctor Doom, me esperaba que aparecieran sobre el escenario varios elementos vestidos de negro, encapuchados, con cara de pocos amigos y tocando temas de diez minutos con apenas tres variaciones de notas. Como prueba más de aquello de que las apariencias engañan, me encontré con cuatro tipos de lo más normal, que si bien tenían su toque doomie dada su propuesta setentera, cubrían un espectro mucho más amplio. Cierta es la tendencia a pensar en el doom como algo pesado (en cuanto a sonido, por supuesto), denso, lento y agobiante (en el buen sentido), pero eso no deja de ser la herencia de grupos como Black Sabbath, que iniciaron un movimiento que luego se ha ido expandiendo hasta abarcar numerosos estilos diferentes bajo el mismo paraguas.
Ya en Berlín me gustaron pero dos años de carretera y con un disco completo a sus espaldas después, anoche me entusiasmaron. ¿Resumen minimalista? Los setenta. Así, tal cual. No en vano, uno de los mejores temas de su primera obra y que cayó anoche se llama “Stuck In The Past”. Las cosas claras y el chocolate espeso. Si buscas otra cosa que no sea la influencia de la música de esos años ni te acerques. Eso sí, si te mola el asunto, no lo dudes un segundo porque son unos maestros en lo suyo. Con un sonido cuasi perfecto, nos ofrecieron setenta minutos de lisergia setentera que uno gozó especialmente.
Verdaderos virtuosos en sus instrumentos, su conjunción de interpretaciones hacen que sus conciertos sean toda una experiencia. Siendo majetes, quizás les falte un poco de comunicación con el público, o de expresividad más bien, pero esto es poner peros por ponerlos, porque yo a lo que voy a un concierto es a oír música y lo que anoche salía por los amplis era del género celestial. A destacar la imponente presencia de un bajista que por su altura, delgadez y forma particular de tocar (de nuevo sin púa) te hace desviar constantemente los ojos hacia él. Acompañado de dos guitarras excelentes que desgranan riffs pegadizos como ellos solos y un batería más que competente, creo que vencieron y convencieron a los que no les conocían hasta ese momento.
Su repertorio consistió básicamente en ir soltando pincelada tras pincelada esos cortes que componen su primer larga duración y entre los que destacaron especialmente “The Sun”, “So Jinxed”, “Truth In The Dark” o “At War With Myself”. A ellos les añadieron un tema nuevo e inédito hasta la fecha y que según ellos mismos está aún por pulir, pero que apunta grandes maneras en cuanto a la brillantez en la continuidad de su futura música y por si no habían recalcado lo suficiente su amor por la década tantas veces citada, acabaron su show con una electrizante versión del “Live Wire” de esos semi-nuevos australianos llamados AC/DC.
Dos grandes bandas, un escenario perfecto para las mismas y dos actuaciones para enmarcar. Noche redonda y que se repitan muchas como ésta. Y ya estás tardando en hacerte con una copia de “This Seed We Have Shown”, no te arrepentirás.
Vídeos Doctor Doom;
Vídeos Soleburn:
Crónica: Jorge Iván Delgado López
Fotos: Nieves Bravo Cárdenal
Vídeos: Jorge Iván Delgado López
Promotoras: Desert Sons y Red Sun Barcelona
Sala: Fun House Music Bar
Fecha: 14-02-2016