Crónica Lazharus + Föss + Denso (Wurlitzer Ballroom, Madrid)
Espiral que conduce al abismo, en la curvatura de las vibraciones más oscuras, hay un recoveco en el que danzan los demonios. Sala Wurlitzer, el último día del primer mes de la nueva década, el enclave se construye sobre un escenario mutante. Acudimos a este evento, organizado por Nooirax Producciones, en una invitación satánica donde encajan tres bandas de propuestas absolutamente tenebrosas.
Rozando la medianoche, Lazharus inician el ritual con una formación renovada, para ofrecer de nuevo esta inexplicable propuesta ruidista, de continuidad longeva pero intermitente. El caótico vergel de creaciones noise se despliega en la pista de la sala Wurlitzer, a modo de boiler-room demoníaca. Supura como una erupción de experimental, se desdibujan las aristas del sonido, siendo complicado buscar con palabras una explicación del género que Lazharus manipula, si es que este tipo de música puede categorizarse… Es café para muy cafeteros. Es cierto que, en otras ocasiones, la propuesta me ha parecido más extrema e inaccesible; solo apta para aquellos familiarizados con el género. Pero bajo mi opinión, esta vez el espectáculo dentro de lo que cabe, rozó más la cordura musical. De todos modos, esta mutación es mínima.
La propuesta de la banda madrileña es de las más experimentales en la capital. En una línea tan tétrica solo se me ocurren proyectos como Calabaza Cósmica, o Hermanos Peláez; y a nivel nacional, comparables con el Numinoso Círculo Atlante de los sevillanos Pylar. Verdaderamente sería interesante encontrar en una misma velada a estos proyectos juntos, pero volvería loco hasta al más cuerdo, habría que raspar sesos de las paredes de la sala. Los sintetizadores que caen como una tormenta ácida sobre bases arrítmicas, y un abanico de sonidacos aquí y allá, hacen del concierto de Lazharus una exploración de texturas en paisajes hipersónicos oscuros y desconocidos. Pese a tener material publicado en el Bandcamp, la propuesta de Lazharus obtiene su verdadero color en directo. Aquel que se creía muerto, se levantó y anduvo por la sala Wurlitzer, guiándonos al delirante pórtico de la locura. La próxima fecha de la formación madrileña será el 30 de Abril, en la misma sala, junto a los canadienses Big Brave, es una cita marcada a fuego para aquellos temerarios exploradores del experimental.
Sludge gestado en la isla de Gran Canaria, el monstruoso nombre de Föss retoma el dantesco desfile de sonidos aberrantes. Esta vez un sludge más sólido, que a cualquier adorador de Neurosis le hará doblegar los oídos. Los cortes atraviesan a través de un comienzo, desarrollo y final gobernados por una batería de dimensiones monolíticas y un bajo tectónico. La sección melódica es un desglose de guitarras calzadas en afinaciones graves, y un oscuro sintetizador pilotado por un vociferante gutural. El resultado es sulfúrico, infernal. Hay material de esta banda colgado en Youtube y Bandcamp, el cual merece una atenta escucha. De hecho, interpretaron de manera brutal el tema “Todos Somos Cumbia”, tema publicado en grabación de directo. Respecto a la asistencia del concierto, la sala estaba a rebosar. Fue algo que me sorprendió. Más por cuestión de género de las propuestas, que a razón de calidad. Atendiendo a ello, era totalmente comprensible la congregación de amantes del sonido más viscoso. Föss nos recuerda que, aunque escasa, hay escena en las islas pródigas del sur, y que existen artesanos del sonido en esta densa esfera, como el sludge/doom de Magec, que recientemente nos visitó también a la capital, Copper con su propuesta de grunge/stoner/alternativo, o los recientemente separados Crimson Stone.
El dúo malagueño de sludge/punk Denso serían el broche final a esta quedada en las tinieblas musicales. Fue ahí a donde me lanzaron, al más oscuro e indescifrable hoyo; a la más impenetrable remembranza, y al recuerdo sepultado en los vapores etílicos de esta noche terrorífica.
Queda patente el nivel de poderío en lo que a sonido pesado se refiere a escala nativa. Tres bandas de propuestas absolutamente bestias reunidas bajo una nueva temporada del sello y promotora Nooirax Producciones, encargada de cerrar la noche con una demencial pinchada. Verdaderamente tiene mérito mantener una escena tan alejada de la música normativa, de la música que no arriesga y no aporta cosas nuevas. Es por ello que el próximo día 13 de Febrero, se celebrarán los doce años de dedicación por parte de la promotora, en la misma sala Wurlitzer, con el grupo The Dead-End Alley Band, Ajeeb y el debut de Yunke, una nueva banda que nace de las cenizas de Mothersloth, Malyuss y Witches Come to Town, totalmente gratis (evento aquí). Una fecha para celebrar el trabajo comprometido a unir y promover un lugar de encuentro en Madrid para aquellos que buscan más allá, el cual nos ha permitido disfrutar de una noche donde confluyeron singularidades musicales, rescatadas del abismo.
“La música es la mediadora entre el mundo espiritual y el de los sentidos”. De algún modo pienso que, a través de que estos conciertos sean posibles, se mantienen vivos los sentidos, y por ende, insufla de criterio individual a la consciencia colectiva que, aunque dormida, late con fuerza en el underground musical. Sin dejar de lado lo diabólicamente divertida que ha sido esta sesión.
Crónica: Aston Wirz
Fotos: Káiron Vinicius y Roberto Lucas (Denpafuzz)
Promotora: Nooirax Producciones
Sala: Wurlitzer Ballroom
Fecha: 31-01-2020