Crónica Madrid Stoner Festival 2016, Jornada II (Gruta 77)
Lo ocurrido en la segunda jornada del Madrid Stoner Festival se puede degustar de diferentes maneras pero está claro que el grueso del evento se concentraba en lo que iban a dar de sí las 7 bandas restantes que terminarían de finiquitar un fin de semana de infarto.
Nos presentábamos justos de hora en la Gruta 77, sala que gozaba de una acústica excelente en pleno corazón del barrio madrileño de Carabanchel y en las afueras del mismo recinto la gente calentaba el gaznate antes de subirse al ring y entrar en acción. También es verdad que las consumiciones de la sala no eran las más apropiadas en los tiempos que corremos, mucho menos eran las exigencias de algunos de sus empleados que ponían en jaque a una organización hasta atrás de trabajo y cruzando los dedos para que todo saliera bien.
Dicho esto y pasada las nueve y media de la noche, los músicos de Guadalajara, Soleburn, eran los primeros en ofrecer su recital sobre el escenario del Gruta 77. No era la primera vez este año que parte del equipo de “La Habitación 235” disfrutaba del directo de estos músicos y bien aconsejado me alegró a mí en particular como asistente, cuando leí la noticia de que serían uno de los protagonistas de esta segunda jornada. Soleburn se caracteriza por mostrar un rock pesado con aromas atmosféricos y temas reconocidos en sus directos como “Supernova”, “Soulburned” o la inicial “Hurricane” abrían la velada sabatina y confirmando otras de las promesas que guarda el underground de la periferia madrileña.
Electric Valley eran uno de los atractivos de la noche, ganas mil por parte de un servidor de verlos en riguroso directo y debo reconocer que las altas expectativas que tenía sobre ellos fueron equivalentes al mayúsculo directo que allí ofrecieron, llevando ese stoner rock puro con la denominación de los mejores Kyuss y mostrando las mejores galas de su excepcional álbum debut “Multiverse” (reseña aquí). Sobra decir las ganas que tenemos de hincarle el diente a su próximo trabajo al que muy próximo traeremos los primeros detalles del mismo. Aun así, Miky Simón y los suyos, tuvieron el tiempo suficiente para darnos pequeñas dosis con “Galactus” o la imponente “The First Contact”. A partir de aquí, el desglose al mencionado debut fue extenso. Que sonido le saca a la guitarra el señor Mario García, un músico también dedicado al mundo del jazz pero que cuando se conecta en la órbita que gravita Electric Valley, se convierte en su habitual patio de recreo. Demostraciones tuvieron a raudales con “Ufo’s Rain”, “Lizard Queen”, “Black Hole” o “King Of Pluton”. Eche en falta una de mis favoritas como es “Minutemen’s Ballad”, octava pieza que clausuraba un pedazo de “Multiverse” al que mucho van a tener que currarse estos madrileños para superarlo pero que también viniendo de ellos, son los únicos capaces de poder llevarlo a cabo. Como bien les mencioné a los propios músicos después de felicitarles por su gran exhibición, no hay nada mejor que encontrar en una banda en directo, el sonido calcado al producido en el estudio. Soberbios.
Una de las sorpresas que me lleve el fin de semana llegaba desde Suiza, como van estos Sons Of Morpheus y la que liaron rozando la medianoche. Como cenicientas se presentaron en el local desplegando un vertiginoso heavy psych como el que contiene su homónimo debut lanzado a finales de verano de 2014 y que en conversaciones con su cantante/guitarrista Manuel Bissig, llegarán a principios del año que viene con su segundo redondo. Abrasivo es quedarse corto, como un afilador peinaban los decibelios del Gruta 77 a través de un sello vertiginoso, solazos blues y una inspiración de cada uno de sus 3 componentes que salieron totalmente desatados. Al mencionado debut le dieron un buen repaso con las iniciales “Pay For Me” o “Seed”, los oleajes que despierta la misma “Tsunami” o ver como se manejan a través de composiciones más largas con “Psilocybin”. A este power trío de Basilea hay que tenerlo muy en cuenta y desde luego yo soy de los primeros que les he cogido la matrícula ya que seré uno de los principales en recibirlos este próximo 2017. Muy prometedores.
Entrados ya en la jornada del domingo, los pesos pesados estaban listos para salir al ruedo. ¿Los primeros? Unos que básicamente no necesitan presentación, llegados desde el mismo corazón de Palm Desert, con más de 30 años de larga batida por muchos países y carreteras llevando esa psicodelia pesada de lo más experimental como mejor estandarte. A pesar de la ausencia de su fundador, el ilustre Alfredo Hernández, correspondido de buena manera por Bill Stinson y la aportación de la mujer de Gary Arce, Marlene, se subían los 4 componentes al escenario de la sala con un imponente Mario Lalli en el medio totalmente a pelo, sin pedales ni púas, todo sonaba natural. La experiencia de este hombre en los mástiles no tiene nombre, incluso hubo tiempo de disfrutar de grandes epopeyas de su segundo “Rock Formations” como “Perpetual Oyster”, tema con el que cerrarían la noche. Disfrutamos de las experiencias extra sensoriales que recientemente hemos vivido en su último “Historical Graffiti” (reseña aquí) con los momentos enigmáticos que dejan “The Wind Cries Edalyn” o “The Secret Language Of Elephants”. Tampoco faltaron instantes para recordar otro de sus trabajos como es “Nomadic Pursuits” y para eso allí estaban verdaderos iconos del directo de los californianos como “Sand Whip” o “Blue Foam”. El momento de su actuación alcanza el punto más culminante de público que abarrotaba de manera casi íntegra la sala madrileña.
A partir de aquí empezarían los problemas, y es que cuando andas tan justo de horarios, todo tiene que ir como la seda, sin trabas, pero Dead Meadow no lo vio así y como si tuvieran todo el tiempo del mundo solicitaban un cambio de batería que incrementaría más la espera de una noche más que ajustada de tiempo. Es en estos momentos cuando los holandeses The Machine entran por la sala a ver que tal tiempo hacía por allí, la cara de agotamiento de los músicos lo decía todo. Mientras tanto, los también californianos a los que echamos de menos su vuelta a los estudios desde su último “Warbie Bomb” del año 2013, rellenarían de su omnipresente fuzz la sala con ese humeante directo de ellos. Parsimonia por parte de su frontman Jason Simon que alardeaba continuamente de sus técnicas tanto a la guitarra como al pedal y un batería como es Mark Laughlin totalmente robotizado, prácticamente un autómata como allí lo catalogaban pero magnífico y de lo más correcto dentro de sus funciones. ¿Lo mejor? Disfrutar de exquisitos viajes llenos de ácido concentrados en ese “Shivering King And Others” (reseña aquí) que recientemente destripamos. Si mal no recuerdo de ese cuarto disco de estudio sonaron “Good Moanin’”, “Babbling Flower” y “Golden Cloud”. Pero habría tiempo para mucho más y aunque su actuación no fuera la más larga precisamente los angelinos nos hicieron recordar el mágico debut lanzado en el año 2000 con canciones como “Green Sky Green Lake” o su clásico con el que cerraron “Sleepy Silver Door”.
Para muchos, Asteroid fue la banda del fin de semana y no es para menos, con dos discos hasta la fecha más su próximo “III” a la vuelta de la esquina, desde una ciudad que tantas bandas ha dado al género como es Örebro, estos suecos nos vomitaban su exótico stoner repasando sus dos primeras obras con las destacadas “Strange Trip” de su primer trabajo, o el cursillo intensivo que dieron del “II” con “Edge”, “Disappear” o “Garden”. Muchos de los asistentes que allí estaban, tuvieron el privilegio de escuchar algunas de las piezas que esconden su inminente “III”. De hecho, el principio del concierto fue calcado al que abre su próximo trabajo con “Pale Moon” y “Last Days” pero Asteroid, con un público en el bolsillo, quería tocar la parte de tiempo que le correspondía pero el reloj no esperaba y la pérdida de tiempo sufrido durante varios momentos de la noche, lastraba a las últimas bandas. Tanto fue así que The Machine, prácticamente a la hora del desayuno y con un sarcástico David Eering gritando el famoso “Good Morning” al público madrileño como mensaje de bienvenida, saltan de un plumazo con la inicial “Awe” que abría su último split con sus paisanos y ya extinguidos Sungrazer. Los temas del power trío de Rotterdam no son precisamente cortos y tampoco nadie esperaba la faena que iban a montar los exigentes empleados de una sala que llegados a los 30 minutos de actuación de los músicos, en medio de una de sus grandes canciones como es “Sphere… (Or Kneiter)” les cortarán la luz, tocando durante algunos segundos a oscuras y posteriormente ante la mirada atónita de los músicos, parando de tocar. Según nos cuentan alguna que otra patrulla de la policía merodeaba por las inmediaciones del local, lo cuál, se puede entender que obligaron a los empleados de la sala a cortar el sonido de manera tajante y quedando con las ganas el público restante que quedaba en el Gruta 77 para ver lo que muchos consideraban el plato fuerte del festival.
Evidentemente esto no es plato de buen gusto para los organizadores, que al fin y al cabo son los que se dejan la pasta para que este tipo de eventos se lleve, pero la falta de consideración está claro que siempre se la llevan los mismos y es una pena que la gran labor de Desert Sons, después de luchar a contrarreloj para llevar a cabo un festival que desde mi punto de vista rozo el sobresaliente, quede manchada por esos últimos 30 minutos que lastraron a los holandeses por la falta de consideración de otras bandas que, o no llegan a la hora o hacen caso omiso a lo que se les dice, y al final todo esto, tiene sus consecuencias.
Quejas aparte, por parte de un servidor no me puedo negar que haya disfrutado de la segunda jornada del festival con un solo oído, la otitis se agudizaba hasta tal día como hoy, aun escribiendo estas palabras, pero que no me quita el gran sabor de boca que me dejó otra visita más a Madrid disfrutando de la gran labor y el empeño que ponen los señores de Desert Sons y su legión de grandes amistades. Siempre en deuda con nuestros hermanos, el fin de semana ha sido inolvidable.
Crónica: Rubén Herrera
Fotos: Coral G. Granda
Promotora: Desert Sons
Sala: Gruta 77
Fecha: 10-09-2016