Crónica Sundays & Cybele + Rizoma (El Perro, Madrid)

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De la mano de Octopussies y Giradiscos, de nuevo tenemos el placer de recibir a otra banda psicodélica japonesa por Madrid. Si hace unos meses teníamos la ocasión de disfrutar de un magnífico concierto en la misma sala de El Perro de manos de la banda japonesa Minami Deutsch (crónica aquí), en esta ocasión la misma promotora nos trae a Sundays & Cybele. Banda que sigue la estela abierta en últimos tiempo por Kikagaku Moyo, dentro de la escena psicodélica underground nipona. De hecho militan en su mismo sello Guruguru Brain, que tan buenas producciones nos está deparando.

Los encargados de abrir la noche eran los chicos de Rizoma. Trio madrileño que con sus sonidos, navegan entre el noise, la psicodelia y el punk entre otras influencias, haciendo las delicias de una sala que, para ser un jueves estaba con tres cuartos de su aforo.

Con un pintoresco sombrero su vocalista y guitarra daba el toque peculiar a la banda, sombrero que duró un tema. No era posible mantenerlo sobre la cabeza con el torbellino sónico que ofrecía la banda.  A golpe de fuertes sonidos, en los que su bajista Mareike y su batería imponían el ritmo a seguir. Sonidos que eran complementados a base de hirientes riffs y voces punkies que  por momentos parecían venir de ultratumba. Frenéticos punteos siempre comandados por un rotundo bajo y una batería que no cejaba en su empeño de golpear el pecho de la concurrencia.

rizoma-live-bandDesde ese argumento, las distorsiones con tintes psicodélicos iban tiñendo los temas. Fuzz a raudales desde la guitarra, hasta el bajo. Distorsión que tornaba en sonidos noise o lisérgicos según se iban sucediendo los temas, llenando la sala de decibelios.

A continuación, cuatro muchachos de Tokio hacían acto de presencia sobre el escenario del Perro. Sundays & Cybele, siguiendo con la tradición de los músicos japoneses, se hacían cargo de sus instrumentos y comenzaban su recital. No suelen ser tipos que interactúen demasiado con el público. ¿Timidez?… Quién sabe, pero inevitablemente estamos hablando de otra cultura, de otras formas y costumbres a nuestro carácter latino.

sundays-cybele-live-band-1Evidentemente, lo que los presentes queríamos ver y disfrutar era de su interesante y particular oferta musical. Desde el primer tema la cosa pintaba bien. La calidad de su ejecución sobre unos temas que tenían muchísima más fuerza de la que sus discos hacían prever. Pero es ya algo frecuente  que las bandas japonesas, no defrauden encima de un escenario. Jamás me encontré con una banda japonesa que no sorprendiera a la audiencia, y ésta no iba a ser una excepción. La dualidad de sus guitarras, desgranando lisérgicas composiciones llenas de fuerza, intercalándose el protagonismo con un sonido impecable, iban transitando desde la psicodelia más cercana a los sonidos folk. Con lo exótico de una voz que casi susurraba en japonés en alguna de las composiciones, hasta la acidez más profunda.

Solos de guitarra con slide, deslizando suavemente arriba y abajo del mástil. Se iban sucediendo según avanzaba el concierto. Un bajista con gafas oscuras que no se movía del lado izquierdo del escenario, en un segundo plano respecto a la banda, hacía su trabajo a la perfección, pasando totalmente desapercibido. Los auténticos protagonistas de la banda, o al menos la cara más visible de la misma, empuñaban las guitarra con punteos llenos de lisergia. Dulces melodías que parecían sobrevolar un jardín del edén, con la sutileza vocal arropaban sus temas más cercanos al folk.  Su cantante, que iba agradecimiento los aplausos del público cada vez que concluían un tema, era el que parecía más entusiasmado y con ganas de divertirse. Curiosos saltitos de felicidad, y alguna sonrisa de aprobación, contestado a algunos reclamos que salían desde el auditorio, mientras el resto de la banda se mantenía con su corrección oriental.

sundays-cybele-live-band-2La mayor parte del show caminó bajo la senda de una psicodelia potente. Según iba avanzando el show, parecía que su cantante iba abandonando su timidez, contando incluso el accidente que había sufrido su road manager. Un tipo italiano que se encontraba bien “hidratado”, y que era la antítesis de los músicos. Un individuo que se lo estaba pasado divinamente según reflejaba su aspecto, y que había perdido su cartera con 150 euros en el interior, pero que, según nos comentaba al finalizar el show, no estaba tan preocupado como la banda por ese incidente.

La banda dejó para la parte final del concierto, un par de temas con aires algo más kraut, que los que nos habían ofrecido a lo largo de su actuación. Con ese toque hipnótico y repetitivo que caracteriza al género.  Después de haber transcurrido algo más de una hora, la banda se retiraba; y cuando parecía que la noche había acabado, ante la insistencia de la concurrencia, regresaban al escenario para regalarnos una última composición. Mostrando su agradecimiento por la acogida dispensada con un “obrigado”, que saco las risas del personal, y que rectificó rápidamente con una sonrisa, al darse cuenta que en castellano no se decía gracias de esa manera, con un “gracias Madrid”, que fue respondido por los presentes.

Llegaba la hora de retirarse con un buenísimo sabor de boca por lo acontecido, y dando las gracias a la promotora, por apostar por este tipo de bandas, que no tienen una repercusión entre demasiado público, pero que consiguen hacer adeptos a cada uno de los asistentes que va a sus conciertos. Así mismo reiterar el exquisito trato recibido para esta casa, para poder contaros lo allí acontecido a Octopussies y Giradiscos, siempre facilitando nuestra labor de divulgación.

 

 

 

Crónica y fotos: Roberto Lucas

Sala: El Perro De La Parte De Atrás Del Coche

Promotoras: GiradiscosOctopussies

Fecha: 30-11-2017

 

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