Crónica The Lords Of Altamont (Boite Live, Madrid)
Una noche de jueves es un buen momento para empezar el fin de semana y si es de la mano de los chicos de Michigan, mejor que mejor. La fiesta está asegurada.
Eso es lo que debieron de pensar los numerosos asistentes a la sala Boite el pasado jueves 24 de Octubre. En torno a las diez y cuarto de la noche y con una sala con tres cuartos de su capacidad, aparecían sobre el escenario Jake “The Preacher” Cavaliere, acompañado a la guitarra de Dani Sicato, al bajo de Rod Zimmerman y a la batería Steven Van Der Werff. Banda con carretera a sus espaldas y que tenían claro a que venían a Madrid, y no era a otra cosa que ofrecer rock and roll, ese rock macarra, garajero y lleno de aire punk.
Poniéndose a las manos de sus respectivos instrumentos, y sin contemplaciones ni mayores preámbulos, salieron al escenario, abriendo su show con “I Said Hey”. Enlazando sin pausa con “Death The Highway”, “Going Nowhere” y “Take A Walk”, temas todos ellos de su último trabajo “The Wild Sounds Of Lord Of Altamond” (reseña aquí), con una gran acogida por parte del respetable, y un Cavaliere que no dejaba de pasear su órgano por todo el escenario, arrastrándolo, zarandeándolo, subiéndose encima de él, todo para alentar al público que le acompañara en su frenesí, consiguiendo que ese furor y esa energía fuera contagiada al instante.
A continuación interpretaron un par de temas de su álbum del 2011, “Midnight To 666”, interactuando constantemente con el público, y dejando la parte central del show para un set de su álbum de 2005, “Lords Have Mercy”. “She Cried”, “Velvet”, “Action” y “4.95” sonaron con esa fuerza garage-punk que ha caracterizado a la banda a lo largo de su carrera. Cavaliere, como gran showman, al puro estilo Joey Ramone, escondiendo sus ojos tras unas gafas oscuras, chupa de cuero, con una estética puramente rockera, sin más aditamentos.
En medio del evento hubo tiempo para versionar a Willie Dixon con “Evil”, interpretando salvajemente ese blues clásico, y haciendo las delicias de un personal absolutamente entregado a esas alturas, para adentrarse en la parte más lisérgica de su repertorio con “Live Fast”, en la que los ritmos de garaje se tornaban más psicodélicos al son del potente órgano que continuaba zarandeando “The Preacher”, volteándolo constantemente con el que incluso llegó a bajarse del escenario y ofrecérselo al público de las primeras filas para que lo tocaran junto a él.
Cerraban el concierto homenajeando a los sonidos de Detroit de los primeros setenta con “FFTS”, esa herencia MC5 que hacía que la banda ofreciera su lado más salvaje si cabe, con una respuesta unánime por parte de la concurrencia, que al acabar y retirarse al interior del camerino, pedía su regreso al escenario.
No tardaron mucho más que una toma de aliento para retornar y hacer sonar los acordes de “Live With Me”, tema de su anterior álbum, dejando para la traca final “Split”, y cerrar su actuación con la gran “Cyclone”, en uno de los momento más apoteósicos de la noche, coreada por todo el personal.
Y colorín colorado. Había pasado una hora escasa llena de frenético rock and roll, con una banda potente, sin artificios, pura energía. Un concierto corto pero intenso, que nos dio lo que veníamos a buscar. Marcha, rock’n’roll, garage, punk… llamadlo como queráis…. En definitiva ROCK a la vieja usanza. Temas cortos y directos que no nos dejaron tiempo a la relajación, que hicieron que nuestros cuerpos danzaran y no dejaran de moverse al ritmo que nos ofrecían desde el escenario, y que alegraron esa noche de jueves, dejando a la concurrencia completamente satisfecha.
Sin tratar de hacer ningún tipo de comparaciones, para un servidor que ha visto en un par de ocasiones a The Ramones, lo que sucedió en la sala Boite, fue lo más parecido a un concierto de ellos. Hasta la próxima!!!! Os esperamos.
Crónica y fotos: Roberto Lucas
Sala: Boite Live
Promotora: The Mad Note.Co
Fecha: 24-10-2017