Crónica Toundra (Aguere Cultural, Tenerife)
El festival de La Choza Fest arrancó en la noche de ayer en La Laguna con la primera fiesta de presentación de las 2 que llevará a cabo la promotora La Choza De Doe, antes del ansiado evento en el Adrenaline Heavy Metal Pub al sur de la isla de Gran Canaria. Los protagonistas para la ocasión eran los explosivos Toundra, formación madrileña con más de 8 años en carretera, cuatro grandes discos de estudio y una infinidad de elogios que se han ganado a pulso por parte de público y crítica que no han hecho más que catapultar su hasta ahora corta pero espectacular carrera musical para el ambicioso cuarteto musical.
El caso de los madrileños es de los pocos dónde se puede ver como despegar a lo grande dentro del maravilloso universo underground. Una banda desconocida para muchos en el año 2008, cuando llegaría su debut, y que ahora, 8 años después, mueve masas de personas allá por dónde vayan descargando su espléndido directo. Suya era la noche y todo apuntaba que el Aguere Cultural Club iba a reventar. Desde primeras horas de la tarde, “La Habitación 235” se puso el uniforme de faena y estuvo en unas pruebas de sonido que se hicieron algo largas buscando el sonido perfecto para una noche perfecta. Aunque tal vez no fuera tan perfecta del todo, la prensa local ya publicaba artículos del evento con la clara visión de no tener ni puñetera idea de lo que escribía, quizás esta fuera la nota cómica del día que la banda supo encajar con simpatía y colocando el cartel de entradas agotadas a escasas 2 horas del inicio del concierto.
Anécdotas a un lado, el recinto se vestía de gala y a poco más de las 9 de la noche las multitudes empezaban a acudir a su fiel cita, esperando con nervio y ansia el espectáculo audiovisual que bien acostumbra a una banda como Toundra. La cabalgada de los instrumentales enriquecía las mentes presentes, el sonido de la madre naturaleza con el cantar de los pájaros nos abría los ojos como cada mañana para entrar en hiper-sueño. Los músicos no se hicieron de rogar demasiado, saltó a las tablas del Aguere abriendo con la gran “Strelka”, tema inicial de “IV”, quienes como zorros comenzaban su fuga por el bosque como cuenta la historia de su flamante último trabajo. Como bien se muestra en dicho trabajo, los madrileños lo clavan en su directo, cañonazo con sus habituales picos que rellenan un valle cargado de la obsesión musical de Toundra, compuesta por los momentos ambientales que salpican las grandes llanuras a su característico post rock y los guiños a una banda propia como Baroness. Grandioso comienzo para abrir boca. “Marte” proseguía el show, la cuarta pieza de su “III” daba el asalto al recinto con un riff afilado de entrante que introducía una avalancha de ideas musicales diferentes. La extensa “Magreb”, fue uno de los primeros platos fuertes de la noche. En lo que yo considero su mayor escaparate dentro de su post instrumental, este monstruo de su segundo disco trajo el primer fallo en la pedalera del guitarrista Macon, solventado de la mejor manera improvisada por el resto de sus secuaces. Solo los más curiosos se dieron cuenta de que no había nada ni nadie que les fuera a detener para su gran noche en la isla de Tenerife.
De vuelta a su último trabajo y después de más de 20 minutos de puro éxtasis musical, la atmósfera de “Lluvia” servía como estupenda antesala recogiendo la oscura ambientación del lugar y sirviendo en bandeja a “Belenos” una de las gigantes de su último disco. El esfuerzo sobrecogedor de una banda entregada a sus fieles seguidores tenía su recompensa con este estupendo tema, que como cualquiera de sus tantos monstruos instrumentales, asistimos nuevamente a una metamorfosis musical que vemos como nace, crece y se reproduce. Una gozada de tema y en directo simplemente te hace flotar.
Turno para los primeros quince minutos que abrían su penúltimo “III”. “Ara Caeli” y “Cielo Negro (Black Sky)”, recogían el testigo de sus predecesoras llenando de luces multicoloristas un recinto totalmente abarrotado con más de 300 mentes disfrutando del paraíso musical de Toundra como pocas veces antes había presenciado la ya mítica sala lagunera. “Kitsune” seguía con la promoción de “IV” (reseña aquí), y al que yo considero como tema clave de su último disco ya que de aquí nace la idea del zorro japonés que acabo influyendo el resto del álbum. Musicalmente, es todo un placer escucharla, las guitarras de Esteban y Macon pintaban el lienzo progresista a través de la dualidad de sus guitarras. En el centro del escenario, Alberto con el bajo rellenaba con la ajustada distorsión el entorno que recoge en líneas generales el largo y ancho de “IV”. Con casi 7 minutos de canción cumplido, Toundra cerraba de manera majestuosa con un Álex a los tambores totalmente poseído, el momento cumbre de la noche. Este tema, simplemente, hace que el credo por esta formación se haga eterno. La verborrea mastodoniana llegaba con “Zanzíbar” y su descarga lisérgica pero nuevamente el fallo venía ahora del lado de Esteban, quién tardo poco menos para reprender nuevamente la velocidad de este expreso desenfrenado que haría su parada bajo la premura de “Oro Rojo”. El cierre del novedoso álbum traería tras de sí la belleza elevada al cubo en las líneas musicales de Toundra. Y ya que hablamos de cierres de discos, tampoco se dejo de lado a “II” y nuevamente volvemos a las memorias del que muchos consideran su obra maestra con esa majestuosa aventura épica de 8 minutos y medio llamada “Bizancio”.
Ante un público abducido por el grandioso espectáculo de los madrileños, era de esperar algún bis por parte de la banda. El detallazo de los músicos, vendría por partida doble, la primera en caer fue “Spirita”, quién cerraría ese trinomio de canciones finales en los discos de Toundra, enganchadas una tras otra. Uno de los mayores logros de su brillante discografía alcanzaba uno de los clímax atmosféricos dentro de la noche lagunera y así llegar al final del concierto con la envenenada “Medusa”, único tema que entraría dentro del setlist del concierto de su álbum debut.
Evidentemente se echaron en falta temas como “Requiem”, “Viesca”, “Órbita” o la gran “Qarqom” de su último “IV”, pero cuando estas ante una de las bandas más envidiables del panorama estatal con una discografía tan sobresaliente, el show podría durar 5 horas y aún seguirías pidiendo más carne para el asador. Casi 2 horas de concierto ante un multitudinario ambiente así lo atestiguan, la primera llegada de Toundra a las Canarias se puede considerar como un rotundo éxito que la promotora La Choza De Doe puede colgar con todo orgullo en sus vitrinas. Tan solo la espera por verlos nuevamente en el ruedo sea el único punto negativo para unos visionarios del post metal que no se detuvieron ante nada, que en todo momento estuvieron entregados a sus feligreses y que así se lo recompensaron en una de esas noches que pasará al recuerdo dentro de la historia del Aguere Cultural.