Crónica Ufomammut (Santeria Social Club, Milán)
Una fuerza cósmica surgía de las entrañas del espacio más ignoto. Ecos del oscuro abismo atraparon a la audiencia al ritmo de pesados riffs, envolviendo sus mentes en un magma estelar de densa materia. Los cuerpos parecían sucumbir a la imponente e invisible fuerza de gravedad, siendo arrastrados hacia el escenario donde tenía lugar un caos meticulosamente ordenado. Esto fue el principio de la noche del 22 de septiembre, abriéndose paso con un “Hellcore” que avecinaba fuertes tormentas eléctricas en la sala de conciertos. Nos habíamos atrincherado en un búnker llamado Santeria Social Club para el apocalipsis espacial desencadenado por los italianos Ufomammut.
Rojo mezclándose con azul neón, vórtices de energía sobre fondo blanco girando incesable y velozmente, la pantalla de proyecciones del escenario ambientaba la noche. Un set list sorpresa primero, encabezado por la descrita “Hellcore”, seguida de las oscuras “Snake” y “Nowhere”, productos del disco “Godlike Snake”, año 2000 de nuestra era. Los temas que le continuaron fueron “Oroborus”, “O7”, “Smoke” y “God”, para dar paso a la nueva criatura surgida de las entrañas del año 2017: “8”.
La tríada de seres interestelares se hizo con el control de la sala. Aires de adictivo stoner mezclados con un sonido mucho más metalero de lo que se podría haber imaginado para un grupo del estilo, embaucaron los sentidos de todos los asistentes. No cabía un solo alma más en esta nave interplanetaria. Habíamos despegado con el ruido infernal de fondo de los motores a propulsión, esperando alcanzar el destino prometido por el grupo este año, un planeta mucho más hostil que la Tierra.
Con “Warsheep” pudimos ser testigos de la dirección que pretende tomar la banda, un sonido más integrado hacia el space rock que antes, mutado con distorsiones y ritmos a medio camino entre el metal progresivo y lo experimental. Cual destructores imperiales sacados de un apocalipsis cósmico nos fueron introduciendo en el nuevo “8”, un lujo sin precedentes del que, estoy segura, nos acordaremos todos los allí presentes.
Entrada “Fatum”, los tortonesi siguieron enlazando perfectamente cada nota y golpe de percusión, tema tras tema, sin interrumpir en ningún momento la cautivadora atmósfera en la que nos envolvían, un alarde de maestría por su parte ya que llevan en activo desde 1999, algo tangible en directo.
Las dos horas y media largas que duró la explosión cósmica se nos hicieron cortas, ya que a pesar de ser una sala de no grandes dimensiones, la calidad del sonido fue más que excelente, pudiendo soportar perfectamente la desgarradora voz que surgía del micrófono de Urlo integrándose a la perfección con los eléctricos riffs de Poia al ritmo del destructor e incansable Vita. Cercanos al público y sobre todo muy profesionales como grupo, Ufomammut son más que recomendables en directo para una buena dosis de ruido y sinergia atmosférica.
Crónica: Sara CG
Fotos: Varia Erikhova