Doublestone – «Wingmakers» (2013)
No sabía nada de esta banda danesa desde que escuche su segundo corto a principios de este año. Ese rock retro y contundente mostrado en dicho EP, me hizo sentir esa adicción que puede despertar una banda como si de los mismos Uncle Acid & The Deadbeats habláramos. El sonido y estilo era bastante similar, por lo que escuchar su primer álbum de estudio era una de las tareas que más esperaba este año.
La banda con base en la capital de Dinamarca, cumple sus tres años de proyecto lanzando su esperadísimo debut. Durante todo este tiempo ya han actuado en directo con otros viejos conocidos del género como Orange Goblin, Sienna Root, Spiders o Endless Boogie por citar algunos. En esos directos la banda has plasmado esa mezcla de doom-rock con todas las influencias y la grandeza de las leyendas del pasado.
“Wingmakers” es un álbum cargado de riffs pesados, el frontman Bo Blond y los suyos cabalgan con grandes dosis del mejor y más contundente rock, en uno de esos trabajos que no se si pasará a ser de los mejores del año, pero de lo que si estoy seguro es de que tengan esa vena adictiva a escucharlo repetidas veces, cosa que solo una banda como Doublestone lo tiene bajo el brazo como una fórmula mágica.
El nuevo trabajo es la continuación perfecta de lo que nos brindaron a principios de año. Cualquiera de las canciones de “Wingmakers” te puedo transportar a los 70 con toda la facilidad del mundo.
Bo Blond sigue haciendo de las suyas a la guitarra como ya hiciera en los dos anteriores corto, al igual que la batería de Mike James Bruun, pero verdaderamente las características más importantes y los puntos más definidos de “Wingmakers” sean la aportación del bajo de Kristian Blond, fenomenal en todo el disco, y la del nuevo fichaje, o debería decir invitación, al teclado del señor Tony Reed. Un elemento indispensable para el sonido de Doublestone.
Algunos críticos del sector incluso han tenido los huevos, por así decirlo, de decir que este álbum deja el nuevo trabajo de los alemanes Kadavar en la más estricta vergüenza. No opino igual y creo que suenan tan parecido pero a la vez diferentes en los estilos impregnados por ambas. Sí que apuntillaría que “Wingmakers” puede ser más contundente e incisivo al contrario que “Abra Kadavar” que empieza muy bien pero va perdiendo fuelle conforme pasa el disco.
Comparaciones a un lado, estamos aquí para hablar de lo nuevo de la banda de Copenhague. Es el propio Tony Reed (Mos Generator, Stone Axe) quién se encarga de la mezcla del álbum. ¿Qué podemos destacar de “Wingmakers”? Pues todo lo dicho anteriormente, el ambiente cálido del sonido de los 70, repartido en sus 10 canciones. Ese toque distinguido de la banda por el retro ocultismo de décadas anteriores como así lo reflejan sus letras.
La banda ofrece ese particular boogie en su estilo. Música muy adictiva que no cesa en su empeño de que menees cualquier parte de tu cuerpo con toda la sencillez, marca de la casa, de Doublestone.
“Save Our Souls” marca la pauta desde un inicio que llevará el disco. El fuzz de sus riffs guitarreros se muestran incisivos desde el primer minuto de canción. Firmes como una puta roca, la banda empieza a dejar destellos desde los primeros compases del álbum a leyendas como Deep Purple. Si a esto le sumamos el ocultismo que desprenden sus letras nos ponemos ya en la vena del bueno de Glenn Danzig.
Bo Blond está impecable con sus cuerdas vocales, ese gaznate recuerda a muchos iconos del pasado, no digo ya su estilo guitarrero que hace que degustes todo un vino añejo. “The Bringer Of Light” nos deja uno de los mejores partes de “Wingmakers”. Ritmo vertiginoso y unos riffs muy adictivos por parte del señor Blond, acompañados a la perfección por el órgano de Reed. Lo dicho, una de las grandes del disco. Su lenta atmósfera que domina el primer tercio de canción se queda a un lado cuando los daneses cogen velocidad de crucero y llevarnos a una segunda parte de canción memorable.
Hay más temas a destacar como la gran “The Endless Line”, todo un homenaje a Black Sabbath. La propia “Wingmakers” también suena poderosa, regalando otro de los puntos más altos del trabajo.
El nuevo y primer álbum de estudio de la banda, es una maravillosa colección de canciones que despiertan vibraciones fuertes con toda la bruma añeja de décadas anteriores mezclado con el stoner más actual. Sin duda estamos ante el equilibrio perfecto al que tantas bandas han querido entregar en el presente 2013 como verdaderos revival de la escena.
Sigo diciendo que señor riff es el amo del disco, toda la fuerza de “Wingmakers” viene comandada por el sonido de la guitarra de Bo Blond. Su disco hace que toda vieja gloria adicta al sonido setentero, viva una segunda juventud con este trabajo.
Gran regreso sin duda, me quedo con la magia hipnótica que como dije antes, parece que Doublestone mantengan bajo el brazo, como si de una fórmula mágica se tratará. Los que hayan degustado cualquiera de los álbumes de discografías legendarias de bandas como Kyuss, Black Sabbath, Saint Vitus…. Les presento a su nueva banda favorita, Doublestone!
Yo desde que los conocí en su EP, me fascino el sonido de la banda. Ese toque retro junto con los riffs de Bo Blond dejan una gran continuación al corto pero esta vez para disfrutarlo más tiempo. Saludos Roberto!
Acá intervino el cola de flecha….poseídos por el setentismo…como en el comienzo del extraordinario homónimo,,,Hand of Lucifer!