Ecos De Sabbath; Bang – «S/T» (1971)
Heavy Metal / Proto Metal
(Capitol Records)
Volvemos a nuestros “Ecos De Sabbath” en este viernes y nuevamente a nuestra nueva ruta por la larga caravana de los setenta con especial mención a esos redondos destacados dentro del denominado proto metal, las muchas influencias que marcaron los principios marcados por las eternas huestes de Birmingham en esta sección tan caracterizada por la proyección de su largo bagaje.
Por falta de tiempo, volvemos a hacer un repaso a una de las bandas más ilustre que recogía el musculo sonido de Black Sabbath entre sus composiciones y que evidentemente, era de esperar que entrará en esta sección más idónea para este redondo en cuestión. Hoy, para cerrar la semana, toca el turno para hablar del homónimo álbum con el que debutaron la banda Bang.
Haciendo un poco de hincapié en los orígenes de estos grandes artistas de Philadelphia, sus principios se remontan a finales de los años 60, más concretamente en 1969 es cuando se gesta este proyecto que entra dentro de ese cónclave de pioneros del heavy metal, un género que empezaba a sentar sus primeros fundamentos por aquellos años y que formaciones como estos Bang, Blue Cheer, Sir Lord Baltimore y reconocido de una manera más masiva tan solo unos meses después serían los eternos Sabbath desde Birmingham quiénes acabarían definiendo este estilo.
Tan solo dos años después de su nacimiento, tardarían estos músicos en fabricar este homónimo debut. Casi que podríamos decir que este disco, sin duda, fue uno de los mejores filones que pudo tener ese primer retoño de los Ozzy, Iommi, Ward y Butler. Son muchos los discos que tenían esa marca tan Sabbath, pero los que eran verdaderas copias son estos Bang. Pero la música de los norteamericanos, como tantos discos procreados en aquella época, está llena de influencias, de hecho, una canción como “Last Will And Testament”, bien puede pasar por un b-side de los mismos Beatles.
Posiblemente el curso de 1971 fuera uno de los más importantes de la década de los 70. La friolera de grandes lanzamientos que entraron en aquellos doce meses pasarían a la historia con el paso de los años; “IV” de Led Zeppelin, “Pearl” de Janis Joplin, “Fireball” de Deep Purple, “Masters Of Reality” de Black Sabbath, “L.A. Woman” de The Doors, “Aqualung” de Jethro Tull, “Low Spark Of High-Heeled Boys” de Traffic, “The Yes Album” de Yes o este homónimo de Bang, es una larga colección de los muchos hitos que hoy son verdaderos pináculos para las memorias de esta especie de dinosaurios del rock.
En el caso de Bang, se formó justo dos años antes de este lanzamiento bajo la batuta de Frank Ferrara (bajo) y Frankie Glicken (guitarra), ambos con tan solo 16 años poniendo un anuncio en el periódico para formar una nueva banda. La respuesta fue inmediata y ahí entraría en juego el batería Tony Diorio, diez años mayor que ellos y comenzando así a fabricar pieza por pieza lo que vería la luz dos años después.
Apartándose más de los sonidos psicodélicos que dejaba el éxtasis producido en la segunda mitad de los 60 y los pioneros de la psicodelia, sería la entrada de la década posterior dónde muchos proyectos darían más músculo a sus composiciones entrando más en juego el sonido pesado. Bang son unos portadores del mismo, de esos catalogados del oscuro heavy metal, o lo que tiempo después incluso llamarían doom. Con una gran versatilidad en sus funciones, las habilidades de composición de Bang se ven claramente en las 8 piezas que compone el redondo. Un disco que se ha ganado a pulso su merecido peso a favor con el paso del tiempo y considerado por muchos como un trabajo de culto de esa oleada del proto metal norteamericano.
Prácticamente insuperables en composición, temas estrellas como “Questions” o “Come With Me” te harán levantar del asiento mediante un rock totalmente adictivo. Hablamos antes de las primeras intromisiones al sonido pesado, de esto tiene mucho “Future Shock” y ese fantástico toque en eco de la batería por parte de Diorio.
Estos son algunos de los pocos ejemplos que te vamos a mostrar por lo que más nos interesa son las repetidas escuchas que les quieras dar. Resumir este disco pieza por pieza, no tiene sentido ninguno, esto es material de bienvenida para el viernes, para afrontar el inicio del fin de semana con el mejor de los brebajes y la buena compañía de un mejor sonido, el que sale amplificado de tus altavoces, el homónimo de Bang. Tristemente como tantas bandas de aquella época, la mala gestión administrativa no tardó mucho en entrar en juego y la discusiones con algunas compañías discográficas acabarían destrozando otra de esas clásicas gemas. Aunque hace unos años han vuelto, son discos como este debut los que traen esas bombas cargadas de riffs como todo un entusiasmo de lo más revolucionario. Una explosión para el proto metal de aquella época que hoy te recomendamos fervientemente.