(1967- 2017): 50 años del origen de la supernova

En un artículo que llevo trabajando todo el año es de esperar que este 31 de Diciembre, a las puertas del 2018, cerremos el curso conmemorando en el recuerdo de los más nostálgicos, de los melómanos, de esos asiduos al rock más clásico, los 50 años que vieron su cumpleaños con la llegada de este 2017, como el mejor año de todos los tiempos vividos por y el para el rock en todos sus derivados; 1967.

El rock psicodélico en líneas generales, el que nos concierne a diario, tiene su punto de origen en estos tiempos, aunque estaría mal decir que todo empezó con The Beatles y su “Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, uno de los puntos culminantes en la discografía de los de Liverpool, no está demás decir que fueron otra rama de ese roble milenario que en la actualidad sigue creciendo. Pero antes de todo esto, Roger “Roky” Kinard Erickson ya hacía de las suyas con sus The 13th Floor Elevators. Poco tiempo antes, Syd Barret gestaba sus universales Floyd con las primeras demo, incluso The Blue Magoos con “Psychedelic Lollipop” o las primeras canciones de Byrds, empezaban a fabricar los primeros cimientos de la psicodelia que vería en  el año 1967 como el origen de su supernova.

Mucho que contar en esos 12 meses de éxito rotundo, del nacimiento de alguna de las obras más históricas del género en cuestión. El LSD entraba en escena, desde la costa oeste norteamericana y muchos proyectos como The Doors, Grateful Dead o Jefferson Airplane, bautizaban el género, nunca mejor dicho como “acid rock”. Desde el otro lado del Atlántico, Pink Floyd, Soft Machine o Traffic extendían este contagio, convirtiéndose en mundial, una moda a gran escala, escenificada con melenas sueltas, pantalones acampanados y festivales como los de Monterey, el primer gran certamen del género, precursor del posterior Woodstock. El mismo daría su bienvenida entre el 16 y 18 de Junio de 1967, comandado por una legión de ilustres como Jimi Hendrix, The Byrds, Otis Redding, Grateful Dead, The Who, The Animals, Canned Heat, Simon & Garfunkel o Big Brother & The Holden Company, que si mal no recuerdo, fue la primera banda de Janis Joplin, entre otros. Casi nada…

Otro que también entraba en escena por aquellos tiempos era la retorcida mente de Frank Zappa desde el sur de California, casi que como el matemático de su especie, y con sus primeros Mothers Of Invention. El gran freak de aquellos tiempos, también escribía con letras de oro la historia del género, con vecinos suyos como Captain Beefheart. Ese año llegaría con nada más y nada menos que “Absolutely Free”.

Lanzamientos en aquel período inolvidable, hubieron a destajos. Como antes mencionábamos, se pudo ver el arranque del famoso “club de los 27” en buena parte de su estirpe. Desde Los Ángeles, Morrison partiría hacía dimensiones desconocidas con su homónimo disco y su ácido “Strange Days”, posiblemente uno de los discos más experimentales de The Doors. Siguiendo este selecto club, la californiana Janis Joplin haría lo propio con el debut auto-titulado de sus mencionados Big Brother & The Holden Company, justo un año antes de sacar una de sus obras más ilustres, “Cheap Thrills”. Siguiendo en la costa oeste norteamericana, los lanzamientos lloverían a mansalva en ese mágico 1967, si Jefferson Airplane rompería esquemas con sus hits; “Somebody To Love” o “White Rabbit”, Grateful Dead también arrancaría con su homónimo redondo.

Al norte de la soleada California, la inolvidable zurda de Seattle, revolucionaba el género, casi que declarándose como portador del mismo y escenificándolo en ese espectáculo definitivo que supuso una de sus primeras irrupciones en su país natal y los 30 minutos que bastaron para levantar las 50.000 almas que habitaban el Monterey Pop Festival. Hendrix ya era conocido en Europa por sus fechorías pero la llegada de “Are You Experienced?” como debut de su “Experience”, tuvo su mejor escaparate para los Estados Unidos, después de haberse ganado al viejo continente, en el certamen californiano.

Surcando el planeta del oeste al este, otro de los discos importantes a tener en cuenta, llegaría el 12 de Marzo de aquel año con ese famoso plátano que cubría la portada del primero de The Velvet Underground & Nico, directo desde las cavernas de Nueva York y comandado por Lou Reed y John Cale. Incluso tendríamos tiempo de recibir a la primera de las súper bandas con Cream y su “Disraeli Gears”, lanzado originalmente el 2 de Noviembre de 1967, justo un año antes de la fundación entre Jack Bruce, Ginger Baker y Eric Clapton. Y es que al saltar el charco Atlántico siempre nos hacemos la misma pregunta, ¿cuánto le debe el rock al territorio británico? Si Cream conquistaba a la escena con su clásico y sutil heavy psych, de marca exquisita, con éxitos como “Strange Brew” o el riff de “Sunshine Of Your Love”, sería el demente de Syd Barret quién se pondría al mando de sus Pink Floyd para sacar uno de los máximos exponentes del rock psicodélico y auténtica fuente de inspiración para el devenir de los músicos posteriores, hasta los días del presente; “The Piper At The Gates Of Dawn” (reseña aquí), dónde comenzaría la leyenda de los músicos de Londres.

Pasando por aquel gran verano del amor, de la libertad espiritual, de la controversia, la revolución por la paz y las muchas sustancias en especias, tenían su punto de encuentro con el nacimiento de todos estos nombres que a la postre se convertirían en leyenda.

Un 1967 para el recuerdo, sin duda el año de la creación de muchos y explosión de esta corriente alternativa que décadas después homenajeamos con su 50 cumpleaños. Tan solo unos meses después, una nueva oleada vendría de una manera más amplificada, aderezando la psicodelia con la distorsión y en lo alto del todo, unos pioneros de la talla de Blue Cheer, empezarían a fabricar los gérmenes de un heavy metal que vería su explosión definitiva en el año 1970, otro de las grandes fechas para historia. Pero eso es algo que ya contaremos en otra ocasión…