Sonidos Del Ayer; Shrinebuilder – «S/T» (2009)
Haciendo hincapié en los grandes hitos de la última década, sobre todo si hacemos especial énfasis en el juego de las súper bandas, desde la costa oeste norteamericana y reuniendo una auténtico prodigio de formación llena de cabezas pensantes, una banda como Shrinebuilder, probablemente se llevaría la palma.
A tan solo unas horas de cumplir su primera década de existencia, el único álbum y posterior debut homónimo de los músicos californianos, es nuestra entrada en los “Sonidos Del Ayer”, celebrando estos 10 años que cumplirá en el día de mañana, 12 de Octubre.
Imaginarse una banda con componentes de bandas como Sleep, Melvins, Neurosis, Om o Saint Vitus, era la leche por aquellos tiempos, un sueño hecho realidad para muchos y lo mejor de todo, rompiendo con lo establecido en esa anécdota que pocas veces suele fallar, Shrinebuilder si puede llevar perfectamente esa mención, ya que las influencias de sus proyectos principales, aquí encajan como anillo al dedo, definiendo un disco tan efectivo como estimulante. En este caso, el 12 de Octubre de 2009, vía Neurot Recordings, Cisneros, “Wino”, Dale Crover y Scott Kelly, estrechan sus brazos a la hora de crear un proyecto de tal magnitud que solo podía ser equilibrado con un debut tan impactante como este.
Shrinebuilder empezó a recrearse en las mentes de estas bestias rondando el año 2003. Al Cisneros creo esta fantasía de las sombras, convirtiéndolo en un proyecto paralelo de su banda Om. Ese año contacta con Scott “Wino” Weinrich (Saint Vitus) y le propone formar una banda junto con el otro componente de la banda Om, Chris Hakius, quien llevaría a cabo las labores de la batería.
Es el propio Cisneros el que en un principio quiere que sea Scott Weinrich el que se encargue de las voces en esta temprana edad de la banda, pero es entonces cuando un tiempo más adelante el bajista alista a sus filas a un tal Scott Kelly, convirtiéndose en otra de las voces de la banda.
Empezó a darse a conocer en cualquier rincón de la red y ante tanto talento reunido la gente comenzaba a frotarse las manos ante lo que se presentaba como uno de los proyectos más interesantes dentro de los parámetros del doom. Hakius decide abandonar tanto el proyecto como su andadura por el mundo musical a principios del año 2008 y la banda contrata al batería de Melvins, Dale Crover. Una vez hecha esta contratación la banda queda definida y lista para entrar a grabar el preciado disco.
En enero de 2009 y con la banda ya completada, empiezan a grabar canciones para lo que sería su hasta ahora único disco y debut. Dicho disco se grabó en un tiempo récord, tres días para ser exactos. A diferencia de cualquier otro súper proyecto donde al mezclarse tanto talento, la respuesta exigida aquí es más bien alta, Shrinebuilder consigue superar este obstáculo, aportando todos los matices en el largo bagaje de su carrera como músicos y reduciéndolos a la fórmula maestra que quedaría implantada en la banda. Sin duda, uno de las grandes gestas para el sonido pesado en los últimos años.
La dinámica de la banda es esencial y se puede ver la química entre sus componentes en pistas como “Pyramid Of The Moon” o “Blind For All To See”, un auténtico escaparate para una banda cómoda en sus funciones, un pequeño mosaico del doom de la mejor escuela a través del espejo de estos cuatro integrantes, hombres cuya madurez musical se encuentra en su cúspide. “Solar Benediction” en cambio resalta a Scott Kelly en las voces, muy próximos a los Neurosis del antológico “Given To The Rising”. El crecimiento de “Science Of Anger”, reserva una de las mejores partes del redondo. A través de sus monolíticos riffs, contemplamos la hermosura de sus oscuras melodías y ese juego a tres voces. Mención especial en este caso a Al Cisneros, un puto genio de las 4 cuerdas.
La ambientación de Shrinebuilder también es otro de las culminaciones en este debut, interfiriendo en esos largos pasajes y reservando fuerzas para todo el potencial descargado al final. Algo visto en las bandas de este estilo pero nunca definidas de mejor manera.
Shrinebuilder contiene un pedazo de la vida de estos 4 músicos, un disco que más allá de su personalidad, lleva ese choque de sentimientos dónde lo convierten en un viaje puramente emocional, creadora de una marca musical única e irremplazable. Una exhibición de talentos por excelencia, actuando como si tuviera una batalla por el futuro siguiendo las pertinencias de su propio pasado.
En épocas dónde se han visto muchos casos de reuniones impensables, en lo más profundo de nuestro corazón dónde el seísmo de Shrinebuilder sigue latente durante esta última década, la reaparición de estos músicos sería prácticamente una utopía, de no ser así, la misma quimera se puede ver, oír y disfrutar en las fantasías de un mundo sombrío proyectado en uno de los picos musicales en la larga batida a la exposición ofrecida durante toda su carrera musical por estos 4 dioses , que a día de hoy, siguen siendo historia viva de los estilos más densos y experimentales. He aquí una de sus mejores ofrendas.