Kvelertak – «Nattesferd» (2016)
Black Metal / Rock’n’Roll
A veces no comprendo las críticas negativas que puede deparar una banda cuando tan solo llevan 3 discos a sus espaldas. Cosa que todavía se vuelve todavía más surrealista cuando hablamos de una banda como Kvelertak, amo y señor de los dos grandes trabajos que los han coronado por lo que son hoy en día y que este año no es menos , ya que su nuevo “Nattesferd” los trae de regreso en el 2016 para reclamar su trono.
Hablemos de experimentación, de esa dónde muchas bandas son coaccionadas por un sello todopoderoso detrás que prácticamente les obliga a sacar un sonido un tanto comercial. Infinidad de casos se han visto que puedan dar credibilidad a este ejemplo, desde las más grandes hasta las más pequeñas, pero no señores, en mi humilde opinión, se han cebado de lleno con una correcta continuación como puede ser “Nattesferd”, el nuevo retoño de los jóvenes nórdicos que no es superior que ninguna de sus anteriores obras pero que sigue mostrando el mejor estilo de una banda innovadora como es Kvelertak.
Que hay temas prescindibles, por supuesto, pero es que tampoco hay un disco perfecto. En la historia del rock, en todas sus ramificaciones, siempre se ha demostrado esto, desde un acorde que no iba en su sitio, hasta un solo que sobraba, desde un coro que no funciona con los ideales de la banda, hasta un tramo que puede resultar más light que la pepsi y es en este último ejemplo dónde “Nattesferd” se tacha de blandengue y no queridos críticos de medio pelo como un servidor, las cosas para criticarlas, primero hay que mirarlas desde todos sus lados y en toda su expansión, porque si empezamos a decir lo primero que nos salga por la boca, apaga y vámonos…
En fin, dejando a un lado esta pequeña protesta, vamos con el tema que nos precede hoy. A mí una banda como Kvelertak siempre me ha parecido fascinante, no solo por ser de esas pocas bandas que resultan complejas a la hora de exteriorizar su gran puesta en escena, de llevar en sus canciones una divagación de tantos géneros que muy pocas y en la actualidad puedan hacerlo con la grandeza de este sexteto noruego.
El homónimo debut lanzado en 2010, impresionó a muchos, a otros los enamoraron a las primeras de cambio y los grandes medios empezaron a catalogarlo como una nueva visión del metal dentro del nuevo milenio. Para un debut que lleva esos calificativos, creo que ante todo se merecen una oportunidad para darles ante un supuesto paso en falso. “Meir” (reseña aquí) llegó tres años después para dar un puñetazo sobre la mesa y traer una evolución de aquel primer álbum bajo la mejor definición hasta la fecha de Kvelertak. Incluso un split con Gojira ese mismo año hacía creer que para estos tipos no había techo que los parará y ahora, en el presente año, se presenta con “Nattesferd”, un trabajo que recoge el pasado, el presente y el futuro de estos jóvenes músicos.
Los músicos son como una cadena de montaje que consigue fabricar piezas adictivas, el gancho es su mejor aportación. Es imposible que alguien pueda tildar a Kvelertak de ser una banda aburrida y como tales, a través de esa expresión por sus vecinos contemporáneos y las leyes que han establecido en los géneros más extremos, “Dendrofil For Yggdrasil” salta sobre ti para aplastarte cuál prensa hidráulica al infernal ritmo de los mejores blast beat, como siempre se ha recordado a esta banda y acto seguido piezas como el single “1985” dónde ya se empieza a ver ese sonido un tanto más comercial pero sin perder la huella de la banda, pasa a una gran pieza como “Nattesferd”, canción que lleva el nombre del disco, segundo videoclip y uno de los atractivos del LP.
Artífices tan grandes como para pasar por docenas de subgéneros, cavar en sus extensas influencias y molerte con el mejor sello del tristemente fallecido Lemmy y los suyos con “Berserkr”. Sin embargo, la segunda parte del disco es dónde muchos la tachan de perder la fuerza ante un inicio sobrecogedor y que es realmente hasta yo lo entiendo. Es imposible rozar la perfección durante todo un álbum, que esta gente lleva poco más de 5 años. Y que tal si habláramos de Kvelertak dentro de 20 años, tal vez y siguiendo el camino de este primer lustro, no solo cerraría muchas bocas sino que es muy probable que asistamos ante uno de los verdaderos buques insignias del metal del siglo XXI y no me pongo ni colorado al decirlo.
“Ondskapens Galakse” te permite mirar al cielo, disfrutar del paisaje estelar con un ritmo más popero y tirando de esa inmensidad de los hits de finales de los 70 y los 80, cuando el señor Van Halen copaba las mejores cadenas de radio con todos sus himnos de batalla. ¿Y qué me decís de “Heksebrann”? La canción dura el doble que cualquiera de las que compone “Nattesferd”, pero dónde muchos ven suavidad y una pérdida total de identidad, yo veo una creación de impulso en la misma, capaz de captar la atención del oyente que tiene el oído más fino y con una continuación de cambios de ritmo pocas veces vista hasta la fecha.
“Nattesferd” puede ser un don nadie para este 2016 pero será un trabajo de Kvelertak que gane con el tiempo porque aquí es dónde los noruegos marcan un punto de inflexión para abrirse hacía nuevos horizontes sin olvidarse de lo recogido hasta la fecha ya que hasta aquí se han traído ellos solito sin ayudas de nadie. Hablamos de un punto culminante en la carrera musical de Kvelertak, que pueden presumir desde ya de una rentabilidad satisfactoria en tiempo récord y bajo la compañía de los sellos más grandes. ¿A qué músico que se precie no le gustaría estar en la piel de cualquiera de estos seis componentes? Para estos artistas no hay etiquetas, ni siquiera importa el subgénero por dónde recorran sus composiciones ya que puede que ser totalmente parcial y esto es muy difícil si hablamos de bandas de la actualidad. Dónde muchos lo han criticado yo me mojo por mencionar que me parece una notable continuación. La duda y el suspense se empieza a crear ahora por lo próximo con lo que nos sorprenderán ya que “Nattesferd” anuncia vientos de cambio.